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El Misterio de las lluvias


 ¿Por qué a Veces  Llueve 

“Menudo” ó “A Cántaros?




¿Por qué llueve?
¿Son las nubes “bolsas” de agua?
¿Por qué las nubes no se rompen con el peso del agua?
¿Por qué cae granizo?
¿Cuándo llueve “menudo” y cuándo a “cántaros”?

 

Por Matías LOZANO DIAZ DE LEON 

 

Con frecuencia se dice que “Lloviendo, todos nos mojamos”; y todavía hay quienes no se explican esa afirmación. Sin embargo la explicación es sencilla y es un fenómeno que se da en cuanto el primer aguacero de la temporada humedece los sedientos campos de labranza, particularmente en Aguascalientes donde la mayor parte de la superficie cultivable es de temporal, es decir, que está supeditada al riego de la lluvia.

 

Ese fenómeno ya no es, empero, fácil de advertir, y conforme crece la ciudad y aumenta la población, se hace más difícil; consiste en que, conforme se inicia el ciclo de lluvias, el temporal, propiamente, como lo llaman los campesinos, la gente del campo es invadida por un entusiasmo sorprendente, tradicional, inercial, casi automático, y sale a comprar infinidad de cosas que serán necesarias para comenzar la siembra, como: semillas, aperos de labranza, etcétera.



 

Pero, aunque la lluvia es la que mueve toda esa maquinaria que reactiva la economía, como vuelve a hacerlo cuando se levanta y se comercializa la cosecha, poco nos preocupamos por conocer más de ella, no obstante ser un fenómeno interesante, extraordinario. 

 

Incluso, no es raro que alguien se quede sorprendido cuando se dice que llueve “menudo” o a “cántaros”, pues no conciben un espectáculo en el que caigan “libro”, “panza”, “callo” y hasta “pata”; o a “cántaros”, como si San Pedro la echara con una jícara, balde, bote o cubeta. 

 

“Una cosa importante que hay que mencionar es que las gotas se forman individualmente, y como caen a diferentes velocidades y unas son más grandes que otras, quizás no distingamos la separación entre ellas, ya que depende de la velocidad de la caída y del tamaño de la gota; es como un maratón, si lo vemos de arriba, notaremos que van en hilera, cuando en realidad los corredores se desplazan  a velocidades diferentes y por separado”, nos explicó alguna vez la Dra. Ana Rosa Peralta, como Coordinadora de la Estación Meteorológica de la posta zootécnica de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

 



¿Por qué el agua no cae de golpe?

-“Esa es otra pregunta muy interesante; ¿Qué cree usted que sea más pesado? Un volumen de aire seco o un volumen igual, de aire húmedo? –Pienso en la pregunta capciosa de “¿qué pesa más: un volumen de algodón, o uno de fierro”? y le respondo que el  húmedo, y me corrige: -“No, Es el aire seco. El aire seco pesa más que un volumen de aire humedo; si sacásemos el peso promedio de todos los elementos del aire como el nitrógeno, el oxígeno, el óxido de carbono, el ozono, el helio, el argón, el zenón, etc., todos ellos tienen pesos moleculares diferentes, y si hacemos un promedio, el peso molecular promedio sería alrededor de 29 grados por volumen, en cambio, el peso de la masa de aire húmedo es de 18, es más ligera una masa de aire húmedo que la de aire seco. A eso se debe que no se desplome la nube. Que la humedad sea más ligera que el aire seco, la mantiene a flote. De otro modo: si me ponen en una nube, me caigo”, dice la científica.

 

Por otra parte, agrega,  la densidad de la nube es mucho más ligera que la densidad del aire, y además, debajo de la nube hay corrientes de aire, que se les llama fuerzas de sustentación, que están haciendo una barrera, la cual, las gotas de agua deben vencer para poder caer. Cuando alcanzan el tamaño suficiente y el peso para ello, vencen la barrera de la base de sustentación que forman las partículas del aire, y entonces se precipitan, atraídas además, por la fuerza de la gravedad. “Es la fuerza principal: cuando alcanzan su peso y tamaño suficiente, no hay nada que las detenga”.



 

-¿Las nubes, no son propiamente “bolsas de agua”?

-“No. Es una niebla, exactamente. Cuando estamos dentro de un banco de niebla, es como estar dentro de una nube. Es vapor, las moléculas de agua están en movimiento tan rápido, que se juntan, pero igualmente rápido, vuelven a separarse; entonces, con el efecto de la condensación, empiezan a crecer las gotas de agua. A determinada temperatura, van a crecer más rápido o más despacio; y dependiendo del tipo de nube, puede convertirse en nieve, en granizo o en agua, es decir, depende del ambiente que se tenga dentro de la nube”.

 

-El granizo, ¿cómo se forma

“Es otro aspecto interesante” –nos anima la Dra. Peralta. –“Por la energía que hay dentro de una nube, y más si es del tipo de la cúmulo limbus, algunas de las cuales llegan a medir más de 10 kilómetros de altura entre la base y su tope, las gotas de agua tienden a subir y bajar, subir y bajar. 

 

“Hablamos de una nube con temperatura relativamente caliente –observa la entrevistada-, porque a veces la base de la nube puede estar a 800 metros del suelo, a veces a mil, ahí la temperatura es como de 18 grados centímetros, dependiendo también del área donde se forme la nube. Entonces, en la parte baja, se satura el aire, y si hay efecto de condensación, se forma la gotita; luego, una fuerza ascendente la sube, alcanza el punto de congelación y sigue subiendo; luego, baja; se rodea de agua líquida y vuelve a subir, y se congela, por las diferencias de temperaturas. Si partimos un granizo, lo veremos como una cebolla, formado de capas, y entre mas grande sea la nube, mas grande será el granizo.

 

“Se han observado granizos que miden más de 7 centímetros, o como pelotas de golf, aunque también hay unos chiquitos, de menos de 6 milímetros, pero el promedio es de alrededor de un centímetro”, señala Ana Rosa Peralta.



 

“El tamaño depende de muchas cosas: de donde se haya precipitado el granizo, y de la temperatura por la que estuvo atravesando: si es caliente, va perdiendo volumen.

“Hay lugares –relató entonces  la coordinadora de la estación meteorológica de la UAA-, en donde se  ve que está lloviendo pero que el aire está tan seco, que el agua no alcanza a tocar el suelo. En Tucson es muy común eso, el desierto de Arizona es seco, seco, y cuando llueve, es un bonito espectáculo la cortina de agua que cae pero que nunca llega al piso. Todo se evapora antes de llegar”.

 

Así, por la explicación de la catedrática, queda claro que si alguien dice que llueve “menudo”, es porque caen gotas pequeñas, y que si se dice que llueve “a cántaros”, se refiere a que lo hace copiosamente. Y si se dice que está cayendo un chaparrón, no se trata de que un hombre de corta estatura perdiera el equilibrio, sino de que un fuerte aguacero se precipita a tierra. 

Por cierto, cuando oiga usted a un lector de noticias decir que una “tromba” azotó tal o cual colonia de la ciudad o fuera de ella, tómelo con las reservas del caso, porque una tormenta no es necesariamente una “tromba” (“columna de agua o vapor que se eleva desde el mar  con movimientos giratorios por efectos de un torbellino atmosférico”)

 

 

 

 

 

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