Muy buenos días mi querida familia.
Hoy V domingo de tiempo ordinario y se cortara este tiempo ya que el próximo miércoles 10 de presente iniciamos el tiempo de Cuaresma con el gesto de la imposición de ceniza.
El pasaje evangélico conocido como “la pesca milagrosa”, es ante todo un relato vocacional. En él se concreta el contenido del llamamiento de Jesús a sus primeros cuatro discípulos: Simón (a quien Jesús llamaría Pedro), su hermano Andrés -que no es nombrado aquí pero podemos deducirlo por el contexto-,
y otros dos, también hermanos, Santiago y Juan, los que ayudaron a Simón y Andrés a recoger la pesca Milagrosa.
La primera lectura (Isaías 6, 1-8) describe la vocación del profeta Isaías. Cabe destacar en su relato la actitud humilde de quien se reconoce pecador, indigno de ser escogido por Él para ser su “profeta”, es decir, para hablar en su nombre.
La actitud de Simón Pedro en el pasaje del Evangelio es similar, pero su experiencia del poder de Dios no acontece en el Templo de Jerusalén, como en el caso de Isaías, sino en el lago de Tiberíades, cuando realiza su trabajo como pescador.
Dispongámonos asimismo nosotros a seguir a Jesús que nos llama y nos envía, a cada uno y cada una con una vocación y una misión específicas ( niños, adolescentes, jóvenes, maduros, casados o solteros, viudas o consagrados....),para colaborar con él en la tarea de ser “pescadores”, es decir, de motivar a todas las personas que podamos, con nuestro testimonio de vida, para construir juntos un mundo nuevo, la nueva civilización del amor, cada cual poniendo todo cuanto esté de su parte. Para ello es preciso que dejemos nuestras “redes”, es decir, que nos des-en-redemos de nuestros afectos desordenados, de todo cuanto nos impide seguir de lleno a Jesús.
Este viernes primero llegó llega la esperanza a tierras mexicanas oremos para su estancia nos llene y nos motive a seguir caminando juntos por un pedacito de cielo.
Buona domenica dell Signore. Dio con noi.
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