Obtiene de langostas de rio el aditivo Glucosamina;
beneficio sobre todo para adultos mayores
La
glucosamina es un aditivo considerado un suplemento alimenticio que utilizan
las personas que tienen problemas de Osteoartritis, en particular adultos
mayores, y se suele conseguir de manera comercial en pastillas, pero gracias a
una estrecha vinculación entre la Universidad Autónoma de Aguascalientes y la
Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) en la entidad, se logró obtener esta
sustancia de las cáscaras de un crustáceo e incorporarla con éxito una galleta
tipo pastiseta.
Este
trabajo es de Laura Eugenia Pérez Cabrera, catedrática e investigadora del
Centro de Ciencias Agropecuarias de la UAA,
quien desde hace varios realiza investigaciones con el interés de
obtener biomoléculas para la industria, que sean de impacto social, que se
logren a bajo costo, de preferencia de materias primas consideradas como
basura, como el exoesqueleto de langosta de río.
La
investigadora se propuso conseguir la glucosamina de materiales alternativos y
la incorporó a una galleta tipo pastiseta con el fin de saber si afectaba el
sabor, la calidad y la presentación de la misma. Y después de hacer varios
experimentos, Pérez Cabrera indicó que al consumir dos galletas que su equipo
cocinó, se logran obtener los 1 mil 500 miligramos de este suplemento que se
recomiendan para consumo diario.
También
dio a conocer que la receta de las pastisetas que se empleó es la misma que usa
la UAA en sus productos Posta, lo que garantiza la calidad de los ingredientes;
y con base en los análisis sensoriales, mecánicos y de color, estas galletas
con glucosamina presentaron un color más dorado, una textura más crujiente y el
sabor original de la pastiseta no se pierde, por lo que se logró obtener una
manera diferente de tomar el suplemento que puede ayudar a mejorar la salud de
los adultos mayores.
La
incorporación de la glucosamina a las galletas fue un éxito, por lo que es
necesario realizar otra investigación que pruebe la eficacia biológica de las
pastisetas, es decir, si el cuerpo absorbe la glucosamina con la misma eficacia
que si proviniera de una pastilla.
Explicó
que desde hace varios años el binomio UAA-CONAGUA de Aguascalientes ha
realizado varios proyectos cofinanciados por la Universidad Autónoma y la
Comisión, en el que se emplean cáscaras de dicho crustáceo para caracterización
y uso de las biomoléculas.
Pérez
Cabrera señaló que en este proyecto CONAGUA apoyó con la materia prima, que
fueron aproximadamente 80 kilos de langosta de río a las que se les retiró la
cáscara. Además de que prestó su laboratorio para que la investigadora y su
equipo lograran obtener glucosamina con un mayor grado de pureza.
0 Comentarios