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¿Y si mejor cancelan la corrida? Christian Muñoz

(Politólogo y promotor del ciclismo urbano en Aguascalientes)
Siempre he pensado que la Feria de San Marcos es un reflejo franco y directo de la sociedad y no solo de aquella que vivimos en esta bella ciudad. La música, los colores, la vida, la fiesta, la alegoría, pero también el abuso, la embriaguez, la doble moral, la promiscuidad e incluso el mal olor (en un sentido literal y metafórico) son en cierta medida la forma en la que somos; todos los claroscuros de los mexicanos quedan impregnados en el caldo pestilente de las 7:00 de la mañana y la derrama económica que afortunadamente produce la verbena.
Los esfuerzos por mejorarla año con año son notables y sin duda dignos de reconocer; la infraestructura, logística y la creciente cantidad de eventos gratuitos son reflejo de la urgente necesidad y en consecuencia de las acciones emprendidas por democratizar una fiesta que es de todos pero en muchos casos y eventos no es para todos.
Los ridículos precios por una botella en un antro, los “covers”, los cadeneros que discriminan y en esta edición, los accesos para la esperada corrida de José Tomás, seducen la perspicacia de algunos para conspirar y pensar que si bien la fiesta brava ha sido declarada patrimonio inmaterial en nuestro Estado, el disfrutarla el día 2 de Mayo será solo para aquellos que conocen a alguien de “la empresa” o que están dispuestos a pagar hasta $16,000 por un boleto de tendido en la reventa.
Para ser honesto, no se como la gente puede sentir admiración por un matador que si bien es un fenómeno en el arte del toreo, como empresario tiene incluso menor calidad moral que aquellos mercenarios que se aprovechan de la estupidez y fanatismo de la gente al poner precios ridículos a los boletos sabiendo por supuesto que no faltará quien los pague. Se sabe que por torear el “monstruo” cobra millones y si bien se juega la vida en el ruedo (al igual que todos los demás toreros, novilleros, banderilleros, picadores etc.) sus exigencias y fantochería hacen pensar que se asiste a ver más bien a un Justin Bieber que a un Manolete.
Me preocupa y mucho, el hecho de que seguramente llegará gente de todo el mundo a nuestro Estado y estoy seguro también de que pagaran las decenas o incluso cientos de miles de pesos que un boleto en precio de reventa puede llegar a costar y eso es inaceptable, pues lejos de ser una Feria con magníficos eventos, nos deja como una sociedad en la cual todo se puede lograr siempre y cuando tengas dinero; acción triste y lamentable pues de ese tamaño es el mensaje negativo que estamos enviando a quienes nos visitan y todo gracias a la ambición y avaricia de unos cuantos.
Ojalá que la autoridad municipal que tiene a su cargo la normatividad sobre espectáculos públicos, actúe en beneficio de todos los aficionados independientemente de su capacidad económica, recordando de por si que en cualquier corrida, las localidades de la plaza establecen una diferenciación sin que esta merme el sentir y la pasión de la verdadera afición
Deseo pronta resignación para quienes no tienen internet (o no saben de la compra de boletos en línea) e hicieron fila durante 4 días en las afueras de la plaza, espero que encuentren pronto consuelo y que mejor disfruten y apapachen a Joselito, a Fabián Barba, al Tuco y a todas aquellas personas que con talento y esfuerzo buscan mantener viva una fiesta que bastante tiene con ser cuestionada y atacada por incongruentes para tener de pilón que soportar la prostitución a la que se encuentra sometida.

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