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Francisco (el abogado) y Tambor



Fulgor es bonito nombre para un mayordomo, o al menos original y tambor para un conejo de peluche, igual. a poco no
(a ver si no se enoja el pan por la frase final).


Ya saben ustedes que en argentino, ahórcate es "colgáte", 
pero en "mexicano", para Derbez es pasta dental.

Animo, que es viernes y toca "palenque" -
aunque Paola Rojas reclamó: ¿por qué nomás los viernes?
Es que le gustan mucho los gallos.
nota.- si requieren aclaración, me la piden y se las doy,... la aclaración.
 

cosas de que se entera uno: cuando Miguel se percató de la situación de la economía familiar digamos que iba a la baja -léase bancarrota- de inmediato le dijo a su mayordomo, que pidiera a Manuelita en matrimonio.

Ella era la solterona rica del pueblo y de inmediato aceptó.

Por cierto, Fulgor era el nombre del enviado y Pedro, el hijo del amo, ambos de apellido Páramo que, los hijos de Miguel, pudo ser el nombre de lo que sucedió en Comala.

El conejo de mi nieta se llama Tambor, si hubiera sido coneja se llamaría corneta, todo acorde con las bandas de guerra, que no se por qué se llaman así pero estaría bien, que las guerras se decidan a pitos y tamborazos.

Lo que yo quería contarles y ya quedó, es la historia de Fulgor y de Tambor; por si tienen un capataz o una mascota
y les anda faltando el nombre, pos ahí tienen dos.

A mi me parecieron simpáticos y hasta quise cambiar de nombre al Boby, le quedaría bien Fulgor
aunque, a ver si no protesta la familia de Juan Rulfo,
tan celosos con las obras del escritor.

10 de abril del 2015

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