"Fuero"
Ni duda cabe que el fuero es el fuero. Bien dicen que el miedo no anda en burro y, hablando del equino, son varios los tiradores o aspirantes que en balde buscan hacer creer que son poseedores de méritos propios después de andar obsequiando despensas cuyo contenido viene más rasurado que en los tiempos del ahora rector de una universidad al surponiente de Aguascalientes. Sí, el mismo que se aparece en todos y cada uno de los eventos a donde acude la mandamás del Estado, nada más porque alguien le hace llegar la agenda con anticipación. Con tanta regularidad que hasta indispensable ya se llegó a creer, cuando en realidad lo que se ocupa es mantenerlo con la mente ocupada y no darle tiempo a sus típicas ocurrencias o a su controversial forma de actuar, por no decir —como diría Cantinflas— que “como dice una cosa, hace otra”, todos culpables, menos él.
Regresamos con los del fuero y sus “legítimas” aspiraciones. Acá no cabrían las lealtades, sino los que más se apuren a librar la justa causa del racero de la transparencia, la fiscalización y el buen ejercicio del servicio público. No es para menos: a muchos se les ha ido la mano despachándose con la cuchara grande. Al cabo, “nadie se va a dar cuenta”, les dicen. Menuda tarea que pondrá en jaque a los responsables de las áreas auditoras y de fiscalización, máxime en lugares donde hay que rendirle cuentas al gobierno federal, tratándose de recursos de esa esfera.
Continuamos: el fuero no discrimina, cuesta, y en esta ocasión se prevé que será a tarifas muy altas. Dependiendo del sapo será la pedrada. No bastarán las plurinominales de suyo propias, tendrán que echar mano de los espacios de aliados entre sí, por no decirles cómplices o socios.
Así las cosas, la pasarela de colores se verá con tonos muy fuertes, destacando al menos dos de la escudería naranja, la que correspondería al equipo tricolor, las pluris de facto del 6 y 10 local, en lugares donde se antoja ya muy complicado por el olvido al que fueron condenados no solo los ciudadanos, sino también los mismos operadores políticos. Esos que siempre cargan con el peso y la prueba, pero que aun así, para esta ocasión tampoco les alcanzó —como dirían los juristas o leguleyos— para magistratura o juzgado, por no pertenecer al cada vez más selecto e identificado grupo político. De extranjeros, por cierto, esos que dan por ciertos hechos y actos que en algún momento encontrarán de frente el buti de controversias constitucionales.
Retomamos el fuero: ¿usted para quién cree que sea? ¿Para los que manejan el dinero?, ¿para los más leales —si es que los hay—?, ¿para aquellos que saben lo que hicieron o lo que los obligaron a hacer?, ¿para los que apenas saben lo que firmaron?, ¿para los que hacen creer a la ciudadanía que existe pulcritud en su actuar?, ¿para los que juegan a tres bandas?, o simplemente ¿para los que lleguen con la puja económica más atractiva? Total, el fuero es el fuero, y en eso de respetar acuerdos también el fantasma de la equidad e igualdad nos alcanzó: ni hombres ni mujeres se distinguen ya por honrar del todo la palabra. Al fin y al cabo, de política se trata.
Veamos entonces, y para que nadie se haga bolas: el Ayuntamiento capital se estaría viendo extremadamente comprometido en la próxima justa electoral. La lucha se estaría dando entre Morena y el blanquiazul, y la diferencia ya no es la de antes en términos porcentuales. Y es que, para ser sinceros, al menos en oriente no es lo mismo ir a competir con periódicos mientras que en las casas de líderes perfectamente identificados ya no hace falta ir a buscar despensas: ya les llegan a domicilio, junto con becas de cualquier cosa. Esa práctica paternalista de la que tanto se quejaban los de color marrón, hoy se valen de ella para captar y cachar adeptos. ¿El fantasma de la traición? Total… en otro lado ya se cansaron de hacerles la chamba a los mismos holgazanez de siempre. Reza el refrán: nadie sabe para quién trabaja, entonces aplican la de “hágalo usted mismo y por usted”.
Ahora, no es que cambien de bando o se les pueda acusar de traidores, sino que van en búsqueda de la sobrevivencia. Y quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Aparte, esos que exigen las famosas e inexplicables cuotas de género ya están maquivelando, so pretexto de que cada vez son más y que en una de esas les pega. Ya que, al menos por lo que se sabe, en el municipio de Aguascalientes la candidatura recaería en una dama, y por lo que se ve, ellas aún no se han apuntado. Y quienes ya lo hicieron se dieron cuenta muy pronto de que ese camino de las fundaciones ya no es lo más idóneo: en principio por salir en falso, por indisciplina o porque simplemente no han entendido que la rebeldía va en franco, y será un épico todos contra todos. Ganará no el más fuerte, sino el más hábil. Por lo que la sugerencia ahora es: fíjense bien, no será de juntar más votos, sino de evitar que acudan a sufragar. Y eso, eso al final cuesta más…
MC dará mucho de qué hablar. El PAN exhibirá a los que requieren fuero. El PRI a quien digan en el CEN. Morena entrará fracturado pero, sorprendentemente —anótelo bien— crecerá en un 25% más de lo que hoy representa en Aguascalientes. Si los liderazgos políticos azules no rectifican e informan bien a su jefa política, terminarán siendo los paganos al final, porque ni chivos expiatorios les quedarán, por tanto menosprecio al que han condenado tanto a los aliados como a su propia militancia.
Y si creen que aquí les mentimos, váyanse a dar una vuelta a los distritos menos afortunados de Aguascalientes. Échense unas copas con algún comunicador de esos que se estila revelar sus fuentes y, mejor aún, hablen con sus policías, no los importados, sino con los de carrera, los de verdad.
Neltiliztli Tlanextli
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