Francisco Javier Ramos Rivera |
Unos menos y otros mas
pero todos acusamos los efectos de la edad.
No es para asustarnos o ponernos a llorar
con lo que tengas basta para vivir en paz.
Un poquito de salud con algo de ecuanimidad
unos pesos para el café y unos pasos para caminar
unos ojos para ver y unos amigos para platicar.
Entre triste, cabizbajo y confundido
-así llegó un amigo y en confianza me contó
de su encuentro con una novia de juventud:
le dio un abrazo ,y al oído le susurró:
"Qué jodido estás, Juan".
Se quedó entre anonadado y perplejo y no supo que contestar; yo le hubiera dicho:
-así llegó un amigo y en confianza me contó
de su encuentro con una novia de juventud:
le dio un abrazo ,y al oído le susurró:
"Qué jodido estás, Juan".
Se quedó entre anonadado y perplejo y no supo que contestar; yo le hubiera dicho:
quiere decir que antes estaba bien bueno
o, no te preocupes, tu sigues igual que hace 40 años.
La verdad es que mi amigo se ve algo deteriorado,
pero así nos vemos todos con la edad -y algunos, más-.
o, no te preocupes, tu sigues igual que hace 40 años.
La verdad es que mi amigo se ve algo deteriorado,
pero así nos vemos todos con la edad -y algunos, más-.
Cuando le digo a mi esposa: "Qué mal se ve Fulano",
me responde que así nos han de ver ellos.
"Abrázame que el tiempo es cruel y nunca perdona";
así dice la canción y así hay que hacerle,
no escatimar un saludo y un abrazo
que la imagen refleja nuestra edad
y hay que aprender a llevarla con dignidad.
Y si me encuentro con un cariño de antes,
me dará gusto si me da un abrazo
aunque sea para decirme: "Qué jodido estás"
francisco Javier ramos rivera
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