
MAYOR PODER
ADQUISITIVO AL
MINISALARIO
*Aprueba el
Senado la desindexación del mínimo
*Reforma que
deben aprobar todos los Congresos
Juan Manuel
Rodríguez (27/X/15)
El pasado jueves 20 de octubre, por fin el Senado de la
República “descongeló” la reforma constitucional mediante la cual el salario
mínimo fue desindexado de cuando menos 151 leyes federales que lo usaban como
referencia, y constituye el primer paso para que en el futuro quede libre para
fijar sus incrementos sin “ataduras” legales o administrativas.
Unificado el salario mínimo a nivel nacional a partir del
día primero de este mes, que algunos calificaron de apenas “un pasito” en el
camino correcto, ahora el Senado da este nuevo paso que crea la Unidad de Medida
y Actualización (UMA) que, tras su envío para su revisión y aprobación en la
Cámara de Diputados, pasará a los Congresos Locales cuya mayoría, si la
aprueba, permitirá que el Ejecutivo Federal la promulgue y, si se cumplen
rápidamente estos requisitos, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos
(Conasami) podrá fijar en diciembre los salarios mínimos por primera vez bajo
este nuevo marco legal.
En realidad, los primeros efectos de la nueva política
salarial no llegarán sino hasta 2017, puesto que primero tendrá que aplicarse
la fórmula diseñada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el
Banco Mundial (BM) que permitirá sustituir la inflación como la base para fijar
los minisalarios. Tendrá que haber un consenso entre todos los sectores, del capital
y del trabajo, para que en diciembre del año próximo la secretaría del Trabajo
presente finalmente el proyecto definitivo. Mientras la Comisión Consultiva
para la Recuperación de los salarios mínimos Generales y Profesionales deberá
entregar en junio de 2016 una serie de recomendaciones, aunque no son
vinculantes con la Conasami.
Trascendental este proceso, al que la prensa no le dio su
verdadera importancia, dado que permitirá por fin empezar a recuperar el poder
adquisitivo de los salarios que es uno de los factores que tienen estancado
cuando menos hace tres decenios el crecimiento económico nacional, disminuido
nuestro consumo y debilitado al mercado interno que, por cierto, empezó a
respirar un poco estos meses, gracias a la baja inflación y a la reducción de
algunas tarifas de servicios, con lo que se incrementaron las ventas al nivel
de supermercados y tiendas departamentales.
Sin embargo, Coneval ha señalado que hace casi un cuarto
de siglo que los salarios no han mejorado porque en 1992 era el 53.2 por ciento
de la población que con su salario no le alcanzaba a cubrir el costo de la
canasta básica de alimentos, pues el ingreso era de 3 mil 15 pesos y ese
porcentaje prácticamente ha mantenido.
Para 2014 persiste a nivel nacional la desigualdad en
ingresos, y se maneja que el 64 por ciento de los trabajadores percibe entre
uno y dos salarios mínimos, mientras que sólo el 7 por ciento tiene más de 6
salarios mínimos mensuales.
Aguascalientes
sigue creciendo,
Pero con
bajo nivel de satisfacción
Precisamente ahora que hablamos de salarios, acaba de
presentar el INEGI los interesantes resultados, por novedosos, de una nueva
estadística que incluyó la visita a 44 mil 518 viviendas con casi 40 mil
entrevistas que por primera vez incluyeron las condiciones socioeconómicas de
los estados, como el PIB y otras variables, y las vinculó con las de carácter
subjetivo. Se consideró que el material era representativo tanto a nivel
nacional como de entidades federativas.
Este ejercicio, denominado BIARE Ampliado (Bienestar Autoreportado),
toma en cuenta no solo bienes y servicios para medir el nivel de satisfacción
con la vida. Se basa
también en la medición de bienes intangibles como la
autonomía personal, el
sentimiento de logro, de seguridad, los afectos, la
familia, los amigos (bienes
relacionales) o el sentimiento de propósito en la vida.
Lo mencionamos, porque sin duda este levantamiento sobre
insatisfacción con la vida, tiene mucho que ver con el ingreso. El promedio de
satisfacción con la vida de la población
adulta, urbana y rural, levantado en el país por INEGI fue de 7.95 en una
escala de 0 a 10, pero a nivel de entidades federativas, los promedios van
desde 8.45 en el Distrito Federal, hasta 7.46 para Oaxaca. El territorio
nacional fue dividido en 4 grupos llamados cuadriles de 8 entidades cada uno. Uno de los resultados se muestra en
el cuadro siguiente:
PIB PER CAPITA Y SATISFACCION CON LA VIDA
POR ENTIDAD FEDERATIVA
INEGI señala que la relación creciente entre promedios de
satisfacción se observa asimismo a nivel de entidades federativas como muestra
el gráfico en el que, el eje de la X
(horizontal), se representa el PIB per capita de las entidades y en el eje de
las Y (vertical) sus promedios de
satisfacción con la vida.
Y añade INEGI: Las 8 entidades con promedios más altos de
satisfacción fueron el DF, Chihuahua, Tamaulipas, las dos Baja California,
Querétaro, Nuevo León y Durango. Entre los que sacaron los promedios más bajos
de satisfacción con la vida fueron Campeche, Guerrero, Aguascalientes,
Veracruz, MoreLos, Michoacán, Puebla y Oaxaca.
En anterior artículo, comentamos que la desigualdad,
herencia de varios lustros registrada en Aguascalientes, persistía no obstante
el rápido crecimiento logrado, por lo que se requiere mucho más tiempo y
persistir en los programas de desarrollo económico establecidos, insistir en la
diversificación de las actividades productivas para absorber el enorme
porcentaje de trabajadores informales y, con el mejoramiento previsto del poder
adquisitivo del salario, avanzar más en una mayor equidad y satisfacción de la
sociedad hidrocálida con la vida.
Si bien es cierto que esta investigación estadística de
Bienestar Subjetivo es clasificada como experimental y tendrá que profundizarse
en el futuro, lo que sí confirma y que podría considerarse obvio, es que se
tiene un nivel más alto de satisfacción, “el no presentar condiciones de pobreza
y vulnerabilidad, el participar de las redes sociales, el haber tenido un
ascenso o un aumento de sueldo y el confiar en cinco o más amistades”.
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