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El origen del “Halloween” Padre Gandhi

"Dios nos ha creado 
para ser felices 
 (dichosos o 
bienaventurados)



Muy buenos días, mi querida familia:

Este es un domingo muy especial para todos, ya que antes de honrar la memoria de nuestros fieles difuntos, hoy celebramos la Solemnidad de Todos los Santos.

La fiesta de Todos los Santos tiene su origen en el siglo IV d. C., cuando la Iglesia estableció un día para honrar a la inmensa cantidad de mártires cristianos asesinados durante las persecuciones de los emperadores romanos. Desde entonces varios papas establecieron distintas fechas para conmemorar no sólo a los mártires, sino a todos los hombres y mujeres que se habían distinguido por sus virtudes cristianas.


En el siglo VIII el Papa Gregorio III fijó definitivamente la fiesta litúrgica de Todos los Santos el 1o de noviembre para sustituir, desde su víspera el 31 de octubre, una celebración pagana que realizaban los celtas, antiguos pobladores de Inglaterra y otros países de Europa, al comenzar la estación del otoño. 


Esa víspera o vigilia fue denominada en inglés antiguo “Hallow’s Even” (Víspera de los Santos), de donde procede el término “Halloween”, que luego fue perdiendo ese significado y ha adquirido nuevamente connotaciones paganas relacionadas con la brujería.

Ahora vayamos a ver que nos ofrecen las bienaventuranzas.
Dios nos ha creado para ser felices (dichosos o bienaventurados), pero la historia de la humanidad nos muestra que muchos no buscan la felicidad donde verdaderamente se encuentra. Cuando Jesús llama bienaventurados a los pobres en el espíritu -es decir, a quienes ponen su confianza en Dios en lugar de dejarse esclavizar por el apego a lo material-, a los mansos y humildes, a quienes anhelan la justicia y a quienes obran con misericordia dispuestos siempre a comprender y perdonar, a los limpios de corazón -es decir, a quienes ven y tratan a las demás personas con intenciones rectas-, a quienes trabajan por la paz y a quienes están dispuestos a ser incomprendidos y perseguidos por practicar lo que es justo -es decir, el reconocimiento efectivo de la dignidad y los derechos de todas las personas empezando por los más débiles y necesitados-, nos propone las actitudes necesarias para ser verdaderamente felices. Estas actitudes son las que Él manifestó en su vida terrena. Tenerlas es identificarse con Cristo y su programa.
El programa del “Reino de los Cielos” -o Reino de Dios- que Jesús propone, va en contravía de los falsos valores que impone la mentalidad propia de lo que podríamos llamar el reino de este mundo.
Buona domenica dell Signore. Dio con noi.

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