El Panorama no es tan negro como se supone
Perspectivas económicas para 2016
4.1.1 Fuentes de crecimiento
De
acuerdo con el consenso de los principales analistas y organismos
internacionales, se anticipa que durante 2016 el crecimiento económico mundial
y, particularmente, el de Estados Unidos, registre una aceleración. Sin
embargo, el balance de riesgos en el entorno externo se ha deteriorado en los
meses recientes, tanto para el crecimiento económico de algunas regiones como
para las condiciones de los mercados financieros internacionales, como se
detalla al final de esta sección.
La
expectativa de un mayor dinamismo para la economía estadounidense está
sustentada, principalmente, por: (1) un crecimiento sostenido del consumo
privado impulsado por la mejoría de la situación en el mercado laboral y la
mayor disponibilidad de recursos de los hogares dado los bajos precios de los
energéticos; (2) condiciones favorables de acceso al crédito; (3) incremento de
la riqueza financiera de los hogares y un alto nivel de confianza de los consumidores,
y (4) una aceleración de la inversión privada por un entorno de financiamiento propicio,
necesidades de renovación y ampliación de la capacidad instalada, la recuperación
del mercado de vivienda y mayores ganancias de las empresas. Si bien se espera
que para 2016 la Reserva Federal de Estados Unidos haya comenzado a incrementar
su tasa de interés objetivo, la política monetaria seguiría considerándose
acomodaticia dado que se espera que esta tasa permanezca por debajo del
promedio histórico.
Para
México se anticipa que la estabilización observada durante los últimos meses en
la plataforma de producción de petróleo se mantendrá en 2016, por lo que se
estima que el impacto negativo del sector petrolero sobre el crecimiento del
PIB será más moderado que lo observado en 2014 y 2015. Se estima que la
contribución negativa al crecimiento anual en dichos años fue entre 0.2 y 0.4
por ciento, respectivamente, mientras que para 2016 se estima sea sólo de 0.04
por ciento.
Asimismo,
se espera un fortalecimiento de la demanda interna, impulsado por el
crecimiento del empleo formal, la expansión del crédito, un aumento del salario
real y una mejoría paulatina de la confianza de los consumidores y las
compañías. Por tanto, también se anticipa una expansión de los sectores de la
construcción y los servicios menos vinculados con el sector externo.
Se
considera que parte del mayor dinamismo esperado para el consumo y la inversión
sea resultado de las reformas estructurales que están implementándose. En
particular, se prevé que el consumo privado se siga viendo favorecido por los
menores costos de los servicios de telecomunicaciones y de las tarifas
eléctricas domésticas, así como por una mayor oferta de crédito. La inversión
privada seguirá fortaleciéndose por el ambiente de mayor apertura a la competencia
en varios sectores (destacando el de telecomunicaciones), condiciones
favorables de acceso a financiamiento y disponibilidad de insumos estratégicos
a menores precios. De acuerdo con la encuesta a los especialistas en economía
del sector privado publicada por el Banco de México en septiembre de 2015, se
espera que el ingreso de inversión extranjera directa se incremente de 25 mil
millones de dólares en 2015 a 30 mil millones de dólares en 2016 (que sería el
segundo mayor nivel en la historia de este indicador).
Se estima
que durante 2016 el valor real del PIB de México registre un crecimiento anual
de entre 2.6 y 3.6 por ciento. Para efectos de las estimaciones
de finanzas públicas, se plantea utilizar un crecimiento puntual del PIB para
2016 de 3.1 por ciento.
En un
escenario de crecimiento del PIB de 3.1 por ciento, se proyecta que el valor
real de las exportaciones de bienes y servicios se incremente a un ritmo anual
de 7.2 por ciento. Por otro lado, se estima que la inversión y el consumo
registren crecimientos anuales de 4.4 y 2.8 por ciento, respectivamente.
Asimismo, se espera que las importaciones de bienes y servicios aumenten a una
tasa anual de 7.2 por ciento.
El
panorama económico para 2016 es consistente con una inflación general que se
ubique dentro del objetivo del Banco de México de 3 por ciento más un intervalo
de variabilidad de un punto porcentual. Este escenario
implica que la cuenta corriente de la balanza de pagos registre un déficit
moderado de 31 mil 600 millones de dólares, el cual sería equivalente a 2.6 por
ciento del PIB. Se proyecta que el flujo de inversión extranjera directa
financiará alrededor del 94 por ciento del déficit en cuenta corriente.
El
entorno macroeconómico previsto para 2016 se encuentra sujeto a riesgos que
podrían modificar las estimaciones anteriores. Dentro de los elementos que de
materializarse podrían generar un efecto negativo sobre la economía mexicana,
se encuentran los siguientes:
ü Menor
dinamismo de la economía de Estados Unidos. Es posible que
el ritmo de recuperación de la producción industrial sea más moderado que lo
anticipado en caso de que persista la tendencia de apreciación del dólar y el
precio de los energéticos desincentive la inversión en ese sector. Por otra
parte, es probable que la inversión de las empresas (especialmente en
estructuras) continúe creciendo a un paso relativamente lento, a pesar del
fortalecimiento que han observado sus hojas de balance. Finalmente, existe
incertidumbre sobre el efecto que tendrá el incremento de las tasas de interés
sobre el crecimiento económico.
ü Debilitamiento
de la economía mundial. Si bien la expectativa es de una mayor
expansión económica mundial (el FMI estima crecimientos de 3.3 por ciento en
2015 y de 3.8 por ciento en 2016), recientemente se ha incrementado el riesgo
de una mayor desaceleración de algunas economías emergentes como China, Brasil
y Rusia. Asimismo, la zona del euro continúa recuperándose, pero persiste
holgura en el uso de los factores de producción que aún se refleja en altos
niveles de desempleo y baja inflación.
ü Elevada
volatilidad en los mercados financieros internacionales. La
volatilidad de los mercados financieros podría continuar en niveles elevados
por factores como: el proceso de
normalización de la política monetaria en Estados Unidos, la falta de
una solución estructural a la crisis de la deuda en Grecia, una mayor
desaceleración económica y volatilidad en los mercados accionarios en China, y
tensiones geopolíticas. En caso que se materialice este riesgo, es probable que
las economías emergentes enfrenten un deterioro en las condiciones de acceso a
financiamiento y menores flujos de capital.
ü Agotamiento
geológico adicional no previsto en los campos de exploración de petróleo. Si bien
se ha observado una estabilización de la plataforma de producción de petróleo,
una maduración más rápida a lo contemplado podría afectar negativamente el
nivel de producción. De registrarse esta situación, se afectaría el crecimiento
económico y el nivel de ingresos petroleros, lo que generaría presiones
adicionales a las finanzas públicas. Precio del Petróleo el precio de referencia para la mezcla mexicana de
crudo de exportación para el 2016, resultante de promediar los componentes I y
II, es 54.7 dpb.
De
acuerdo con la LFPRH, el valor del precio que se utiliza como parámetro en la
formulación de la Ley de Ingresos no deberá superar este precio de referencia.
En consecuencia, para la Iniciativa de la Ley de Ingresos 2016 se
plantea utilizar un precio de 50 dpb. De manera preventiva, entre junio
y agosto de 2015, el Gobierno Federal cubrió un piso de los ingresos petroleros
con la compra de coberturas financieras a un nivel de 49 dpb. Para cubrir la diferencia de 1
dólar que quedaría descubierta, entre 49 dpb y el nivel propuesto de 50 dpb, se
plantea la creación de una subcuenta en el Fondo de Estabilización de los
Ingresos Presupuestarios (FEIP)
denominada “Complemento de Cobertura 2016” por 3.2 mmp
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