Congregan en torno a la familia de don
Chito a los más disímbolos personajes
El pintor Rolando Veraza hace convivir a a Madre Teresa con
el fundador de Play Boy; a José Luis Morales con los Papas...
Matías Lozano Díaz de León
EN EL INTERIOR del complejo industrial JM
Romo se crean desde siempre, grandes cosas que han incidido en el confort y
eficiencia de las operaciones comerciales, ejecutivas e incluso del hogar en
México y en el mundo, porque su fama se extendió en poco tiempo y es ahora
sinónimo de progreso.
En su interior no sólo se hacen muebles,
se hace arte, como lo es también su parque recreativo, que causó asombro
general cuando se dio a conocer a la comunidad aguascalentense pues, si bien
fue concebido para los hijos de los trabajadores de la empresa, también se
reciben visitas de grupo bajo un programa debidamente estructurado. Gracias a
ello el parque perdura, y a los muchos cuidados que se le prodigan, lógicamente...
Fernando Romo Femat prepara otra
sorpresa, pero es impredecible la fecha, porque de continuo se le ocurren más
cosas y eso se vuelve “el cuento de nunca acabar”, y no puede ser de otra
manera, porque la “materia prima”, “eso” de lo que está hecha esa misteriosa
obra, no se acaba, no se agota, sino todo lo contrario...
“Esta obra –nos dice el autor, Rolando
Veraza-, es criticable, porque existe, si no existiera...
“Los personajes que están representados son
las vidas y los rostros que Fernando recuerda y que han significado algo en la
suya (están como en un teatro, el teatro de la vida, drama, comedia...), hay muchos que yo nunca pensé que me fueran a pedir pintar, por ser
algunos muy malos; , pero así es la vida, dice que su vida fue de malos y
buenos. Entonces, pues, ¡a pintar! ...
“Me costó trabajo entender que hay que
pintar lo que a uno le piden pintar, porque alguien requiere tus servicios; como médico, no vas a escoger a quien curar,
sino que curas al que te lo pide. Si eres arquitecto o ingeniero, es lo
mismo...
“Me lo pides y lo pinto, y bien”, dice el
artista, mientras se prepara para un día más frente al espectacular mural, de
ocho metros de largo; ahí acondicionó su taller, le hicieron su silla
personalizada para los momentos en que se pone a contemplar lo hecho. Obviamente no es el mejor lugar, pero ahí
tenía que ser, y con sus ideas y el ingenio de los trabajadores de la fábrica,
ha creado herramientas que le facilitan el trabajo.
(Está al centro el señor Jesús María Romo,
parado, y contrario a lo que pudiera
suponerse, no están los miembros de su
familia alrededor, sino intercalados con
personajes como Jesucristo, Carlos Slim, John F. Kennedy, Obama, Hugh Hefne,
dueño y fundador de Playboy; Jack Nicholson (Guasón), Hitler, El Chavo del
8, La Gioconda, María Félix, Juan Pablo II, Mahatma Gandhi y Teresa de Calcuta
junto a Felipe Calderón y este al lado de Juárez y atrás de ellos, José Luis
Morales).
En un segundo plano, los Papas Benedicto
XVI y Francisco y a sus espaldas, enfundado en su overol de trabajo, el propio artista,
Rolando Veraza.
EN EL EXTREMO derecho Emiliano Zapata, Pedro
Infante, El Gordo y El Flaco, Napoleón Bonaparte, Beethoven, Chaplin, Enrique
Peña Nieto, El Santo, El ingeniero Miguel Ángel Barberena, y los que usted,
lector, habrá de identificar en este monumental “porta retrato” de Rolando Veraza y, ¡por supuesto que ya los
descubrió: El Coyote y el Correcaminos y, en un lugar destacado, el ratón
Miguelito...
“FERNANDO me contrató para hacer primeramente
50 retratos y, ya por concluirlos, me dice: “¿Sabe qué: vamos a irnos por otros
50... y luego, me pidió continuar, y
estamos haciendo otros 50... pero se ha ido satisfaciendo una necesidad que le
ha sido promovida y fomentada desde sus ancestros, don Jesús María, que les
enseñó a disfrutar de la belleza de las cosas, prueba de ello es este parque
donde estamos, algo extraordinario, que se hizo para que los muchachos de los trabajadores
vinieran a divertirse, y en este lugar hay también una escuela de capacitación
para las esposas e hijos de los trabajadores...
“Años atrás, 10 o12, me invitaba un tío de mi esposa, a la
Feria, yo me resistía pero un día me dijo que
me consiguieron una exposición en el Gran Hotel Alameda, y vine; luego
lo hice año con año, así conocí a Fernando, hace unos 7 años y me platicó de un
proyecto que tenía en mente, platicamos, y que estaba juntando unos centavitos
para una pintura...
“Un día me habla y me dice que ya tiene
los centavitos para que empezara la pintura.
Nos reunimos para platicar sobre lo que
quería, que muchos no le entendían, y como soy arquitecto (antes, hacíamos los
proyectos o bocetos a mano, eran auténticas obras pictóricas, pero no dejaban
de ser efímeras, ahora es mas cómodo), me fue fácil captar la idea...
“Empecé a pintar desde los 14 años, esto me dio la facilidad de pintar un señorón,
José Muñoz Cota, quien un día me pidió permiso para publicar el retrato que le
hice, en uno de sus libros. Yo estaba fascinado.. ¿Cobrarle, qué le cobro?...
“Hoy estoy abocado a esta obra, espero
terminarla pronto, cualquiera daría muchas cosas por una oportunidad como
ésta”.
(“José Muñoz Cota Ibáñez, fue el primer
campeón nacional de oratoria en el año de 1927, del concurso del periódico El
Universal, que llegó a ser el de mayor prestigio del país.
Ese mismo año representó a México en el
concurso internacional de oratoria celebrado en Washington, Estados Unidos, en
él obtiene el segundo lugar, no obstante que el público se le entregó en
aplausos a su talento y buen decir, obteniendo como premio un viaje a la culta
Europa, tal vez allí inició su internacionalización, que le valió más tarde ser
embajador en algunos países...
“Federico Corral Vallejo es autor de un
pequeño gran libro, editado por Ceidsa Ediciones, en el año de 2007, que bajo
el título José Muñoz Cota: "Biografía de un relámpago", retrata a
pinceladas la vida y obra del gran tribuno, nacido en ciudad Juárez, Chih., el
21 de enero del año de 1907 y fallecido el 13 de marzo de 1993 a la edad de 86
años)
“Ya quiero acabar, y acabarla bien, la obra dirá “hasta aquí”, porque
se llenaría en demasía. Me lo propuse hace dos años, pero me dice, te hablo, y
pasan algunos meses...
Ya vamos para cinco años con el proceso”...
La dispersión de personajes, los
personajes, es al azar, o son acomodados
por alguna circunstancia? –le interrumpo.
“No es casual, se hace una serie de
estudios, de escritorio, muy exhaustivamente -Fernando es un tipo muy
meticuloso-, y decidimos qué personaje va en que lado. Empezamos por pintar a Erika...
“Buscamos las fotografías que más se
pueda, para ver si van bien y si representan la personalidad, que vean hacia el
frente, no está tan fácil, este cuadro grandote tiene muchísimo trabajo, que si
no hubiera sido por este acompañamiento de Fernando (llega y se está muchas
horas viéndome pintar ,y sugiriéndome cosas, y viendo otros personales”...
Está muy pesado, manejas diversos tonos:
algunos muy fuertes, otros no tanto, y grises –observo-.
“Si, es complejo; he pintado muchos retratos, pero nunca un
cuadro con tantos y tan variados. Hay un cuadro chino con muchos rostros, un
artista que tuvo esta idea de poner las personalidades mas importante del
mundo, no me acuerdo cuantos, pero no es común, no creo que haya
muchos.
“A veces me impacta, he llegado a las
lagrimas en alguna ocasión que he estado solo, y el dolor de cadera, los riñones,
porque es una posición incómoda para pintar. Me siento y empiezo a verlos y hasta
hablo con ellos, en un sentido de que me conocen, porque yo los he pintado...
“Gorki me impacta, vienen algunas
personas y se van asombradas por las expresiones de los rostros, son muy
“personales”, son de ellos. Es una bella experiencia que me da la vida, la satisfacción...”.
Dices que es una obra muy polémica,
tienes personas muy locales y los más famosos del mundo. Yo te preguntaría:
¿Por qué José Luis Morales y por qué no el padre, Agustín Morales?
“No sabría contestarte, Fernando me dijo
que quería que pusiéramos a una persona de la radio y escogió a un personaje
local, creo que con él tiene una amistad muy grande y él, José Luis Morales,
escogió ir junto a los papas; Hay
algunos que tienen esa posibilidad, otros no, además las localidades se van
acabando, se están cerrando, si acaso en esta parte (apunta hacia la parte
superior) cabrán unos 10, a lo sumo, y me dedico a la otra parte del mural”.
¿Algo que resuma tu obra?
“La satisfacción que dan las artes plásticas
normalmente es inmediata, y es muy grata y llena de plenitud o de frustración;
con estas obras, que son tantas -están muy bien algunas, otras no salen tan
bien, y hay otras en las que trabaja uno en demasía porque, como que se niegan.
Jamás habrá una obra perfecta, porque siempre habrá ante nuestros ojos la
imperfección, y quisiera uno continuarla, pero es imposible, hay que dar por
hecho que hay algo de incompetencia y que si sigues, la echas a perder.
“Yo
siempre he dicho que la tela tiene un porcentaje de errores, y la puede uno ir
llenando de aciertos, entonces, cuando alguien tiene la capacidad de llenar de aciertos una pintura, una obra, alcanza uno el 70 por ciento; el cien, creo que sólo Miguel Ángel, a lo
mejor Leonardo también, pero para mi gusto, es más grande Miguel Ángel”.
¿Algún personaje en especial que te costo
trabajo pintar?
“Pudiera decir que La Gioconda, de Da
Vinci pero, no: El Moisés, a lo mejor:
es la
única escultura en el mural, que no es “humano”,
¡y tiene tanto trabajo! Tan sólo la
barba... es el personaje que más me ha gustado pintar“.
(El Moisés de Miguel Ángel tiene una
expresión tal, total, no sólo el rostro, que ha sido objeto de estudio de los
más grandes psicoanalistas de la historia, Freud entre ellos)
“El hecho de pintar un mural de 8m por
2.5m con pinceles del 0, con la ínfima cantidad de pintura que se lleva para
pintar rostros de este tamaño, es desgastante”, señala Veraza.
Pero no queda ninguna duda de quien es el
personaje que estamos viendo... y menos con Mickey –le digo.
“De aquí han surgido otras oportunidades;
Me gusta que pueda yo ser el satisfactor de un proyecto de alguien que tiene
tanto deseo de hacer algo, que requiera de mi para poder lograrlo...
“Yo tengo la posibilidad de auto satisfacerme
haciendo lo que yo pinto, claro, cuando pinto, esculpo o hago arquitectura, es
para mi mismo.; pero nunca queda uno del
todo satisfecho. Pero cuando alguien te da un trabajo, la oportunidad de satisfacer
su gusto, das lo necesario para que quede contento, tranquilo. ¡Es doblemente
satisfactorio!...
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