ENVIDIA DE LA MALA. Difícilmente un mexicano destacado ha alcanzado niveles de popularidad mundiales, es decir, merecer las primeras noticias en medios de comunicación, ocupar los espacios de análisis y opinión, en suma, ser noticia por varios días, y vaya que también en México tenemos mujeres y hombres que destacan en el campo de la ciencia, la investigación, la cultura y otros quehaceres de la vida humana, pero para llegar a conseguir su perfil destacado, han tenido que pasar por determinados procesos educativos y formativos que les han despertado y acrecentado sus cualidades innatas o genéticas, para sobresalir en sus distintos campos. Para no detallar una lista de personas importantes de nuestro México, bastaría mencionar a genios de la talla de José Guadalupe Posada, David Alfaro Siqueiros, Octavio Paz, Jaime Torres Bodet, José Mario Molina, Rosario Castellanos, Amalia González Caballero –defensora de los derechos de la mujer-, hasta se podría incluir del mundo artístico a una Dolores del Río, María Félix o Mario Moreno “Cantinflas”, a reserva de otros nombres destacados en el mundo de la ciencia, como un Emilio Rosenblueth. A esta clase privilegiada le costó toda una vida alcanzar y consolidar su prestigio mundial… INIMAGINABLE. De pronto, como si fuera una maldición, aparece un mexicano que llega a ser noticia mundial, un hombre que difícilmente llegó a terminar el tercer año de la primaria, para convertirse de golpe y porrazo entre los hombres más ricos de México y figurar en el top ten de las redes sociales. Me refiero a Joaquín “El Chapo” Guzmán, cuya carrera se puede resumir en toda una vida llena de anécdotas que hoy llenan las páginas y contenidos de los diferentes medios mundiales. Cuentan que antes de comenzar a delinquir se dedicó al campo, al igual que su padre, en su natal Badiraguato (en la zona serrana de Sinaloa). En la escuela no pasó de tercero de primaria. En la década de los ochenta, cuando tenía algo más de 20 años, debutó en el negocio del narcotráfico con uno de los viejos capos originarios de Sinaloa. Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido como El Padrino, el zar de la cocaína y líder del Cártel de Guadalajara, lo incrustó en la organización. La detención de El Padrino en 1989 provocó el nacimiento de dos de las organizaciones más importantes para el tráfico de droga a Estados Unidos: la de Tijuana y la de Sinaloa. De ahí pal real, la figura del Chapo crece sobremanera en el mundo de la delincuencia organizada. Independientemente de sus “logros” como delincuente, alcanzó el honor de ser el más buscado del mundo, y hoy se convierte en el hombre más famoso en el mundo por su carrera maléfica y por haberse fugado de dos de las cárceles más temidas de México, como Puente Grande y la del Altiplano, mejor conocida como Almoloya, que por lo visto no reúnen los estándares de seguridad mundial… RECONCOMIA. Hay un dejo de coraje ver que una figura de esta talla pueda convertirse en una especie de modelo para muchos mexicanos, que le ensalzan y admiran por sus destrezas y por haber puesto en jaque al sistema penitenciario, especialmente por llevar a la cúspide de la crítica a los gobiernos de Vicente Fox y Enrique Peña Nieto. Es incomprensible que se aplauda las destrezas de un capo y se eleve su trayectoria como si fuera un mexicano notable. Sí pues, es excepcional por su inteligencia dedicada al mal, pero esto por sí solo lo hace criticable y lo ubican como un personaje absolutamente contrario a las aspiraciones que puedan tener las nuevas generaciones de mexicanos. Nuestra preocupación debe ser exaltar a los grandes personajes que ha tenido México en el ayer y en los que tiene hoy… PREGUNTA: ¿Qué, en México no se generan las noticias buenas?... VOX POPULI: Buen porte y buenos modales abren las puertas principales… (celcastillo@hotmail.com)
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