Su historia y descripción
¿Qué Tiene que ver con las mulas?
Corpus Christi es la
fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la
Eucaristía.*
Este día, recordamos
la institución de la Eucaristía, que se llevó a cabo el Jueves Santo, durante
la Última Cena al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.
Es una fiesta muy
importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho,
movido por su querer quedarse con nosotros después de la Ascensión.
Origen de la fiesta
Dios utilizó a santa
Juliana de Mont Cornillón para propiciar esta fiesta. La santa nace en Retines
cerca de Liége, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por
las monjas Agustinas en Mont Cornillón. Cuando creció, hizo su profesión
religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Por diferentes intrigas
tuvo que irse del convento. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las
monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.
Juliana, desde joven,
tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre añoraba que se
tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haberse
intensificado por una visión que ella tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de
luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta
solemnidad.
Ella le hizo conocer
sus ideas a Roberto de Thorete, el entonces obispos de Liége, también al docto
Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos; a Jacques
Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Liége, después obispo de Verdun,
Patriarca de Jerusalén y finalmente al Papa Urbano IV.
El obispo Roberto se
impresionó favorablemente y como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de
ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un sínodo en 1246 y ordenó que la
celebración se tuviera el año entrante; también el Papa ordenó, que un monje de
nombre Juan debía escribir el oficio para esa ocasión. El decreto está
preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes
del oficio.
El obispo Roberto no
vivió para ver la realización de su orden, ya que murió el 16 de octubre de
1246, pero la fiesta se celebró por primera vez por los cánones de San Martín
en Liége. Jacques Pantaleón llegó a ser Papa el 29 de agosto de 1261. La
ermitaña Eva, con quien Juliana había pasado un tiempo y quien también era
ferviente adoradora de la Santa Eucaristía, le insistió a Enrique de Guelders,
obispo de Liége, que pidiera al Papa que extendiera la celebración al mundo
entero.
Urbano IV, siempre
siendo admirador de esta fiesta, publicó la bula «Transiturus» el 8 de
septiembre de 1264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de nuestro
Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la
solemnidad de «Corpus Christi» en el día jueves después del domingo de la
Santísima Trinidad, al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los
fieles que asistieran a la santa misa y al oficio. Este oficio, compuesto por
el doctor angélico, Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, es uno de los
más hermosos en el breviario Romano y ha sido admirado aun por Protestantes.
La muerte del Papa
Urbano IV (el 2 de octubre de 1264), un poco después de la publicación del decreto,
obstaculizó que se difundiera la fiesta. Pero el Papa Clemente V tomó el asunto
en sus manos y en el concilio general de Viena (1311), ordenó una vez más la
adopción de esta fiesta. Publicó un nuevo decreto incorporando el de Urbano IV.
Juan XXII, sucesor de Clemente V, instó su observancia.
Ninguno de los
decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la
celebración. Sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por
los Papas Martín V y Eugenio IV y se hicieron bastante comunes en a partir del
siglo XIV.
La fiesta fue
aceptada en Cologne en 1306; en Worms la adoptaron en 1315; en Strasburg en
1316. En Inglaterra fue introducida de Bélgica entre 1320 y 1325. En los
Estados Unidos y en otros países la solemnidad se celebra el domingo después
del domingo de la Santísima Trinidad.
En la Iglesia griega
la fiesta de Corpus Christi es conocida en los calendarios de los sirios,
armenios, coptos, melquitas y los rutinios de Galicia, Calabria y Sicilia.
El Concilio de Trento
declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios
la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este
excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y
reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares
públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan
inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente
presente la victoria y triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor
Jesucristo.
El milagro de Bolsena
En el siglo XIII, el
sacerdote alemán, Pedro de Praga, se detuvo en la ciudad italiana de Bolsena,
mientras realizaba una peregrinación a Roma. Era un sacerdote piadoso, pero
dudaba en ese momento de la presencia real de Cristo en la Hostia consagrada.
Cuando estaba celebrando la Misa junto a la tumba de Santa Cristina, al
pronunciar las palabras de la Consagración, comenzó a salir sangre de la Hostia
consagrada y salpicó sus manos, el altar y el corporal.
El sacerdote estaba
confundido. Quiso esconder la sangre, pero no pudo. Interrumpió la Misa y fue a
Orvieto, lugar donde residía el Papa Urbano IV.
El Papa escuchó al
sacerdote y mandó a unos emisarios a hacer una investigación. Ante la certeza
del acontecimiento, el Papa ordenó al obispo de la diócesis llevar a Orvieto la
Hostia y el corporal con las gotas de sangre.
Se organizó una
procesión con los arzobispos, cardenales y algunas autoridades de la Iglesia. A
esta procesión, se unió el Papa y puso la Hostia en la Catedral. Actualmente,
el corporal con las manchas de sangre se exhibe con reverencia en la Catedral
de Orvieto.
A partir de entonces,
miles de peregrinos y turistas visitan la Iglesia de Santa Cristina para
conocer donde ocurrió el milagro.
En Agosto de 1964,
setecientos años después de la institución de la fiesta de Corpus Christi, el
Papa Paulo VI celebró Misa en el altar de la Catedral de Orvieto. Doce años
después, el mismo Papa visitó Bolsena y habló en televisión para el Congreso
Eucarístico Internacional. Dijo que la Eucaristía era «un maravilloso e
inacabable misterio».
Tradiciones mexicanas
de Corpus Christi
Esta fiesta
tradicional data del año 1526. Se acostumbra rendir culto al Santísimo
Sacramento en la Catedral de México. El centro de la festividad era la
celebración solemne de la Misa, seguida de una imponente procesión que partía
del Zócalo, en la que la Sagrada Eucaristía, portada por el arzobispo bajo
palio, era escoltada por autoridades virreinales, cabildo, cofradías, ejército,
clero y pueblo. Había también representaciones teatrales alusivas, música y
vendimia especial.
Los campesinos traían
en sus mulas algunos frutos de sus cosechas para ofrecérselas a Dios como señal
de agradecimiento.
Esto dio origen a una
gran feria que congregaba artesanos y comerciantes de distintos rumbos del
país, que traían mercancías a lomo de mula (frutos de la temporada y artesanías
que transportaban en guacales).
Cuentan que un
hombre, llamado Ignacio, tenía dudas acerca de su vocación sacerdotal y un
jueves de Corpus le pidió a Jesucristo que le enviara una señal. Al Pasar el
Santísimo Sacramento frente a Ignacio en la procesión, Ignacio pensó: «Si ahí
estuviera presente Dios, hasta las mulas se arrodillarían» y, en ese mismo
instante, la mula del hombre se arrodilló. Ignacio interpretó esto como señal y
entregó su vida a Dios en el sacerdocio y se dedicó para siempre a transmitir a
los demás las riquezas de la Eucaristía.
Así fue como
surgieron las mulitas elaboradas con hojas de plátano secas con pequeños
huacales de dulces de coco o de frutas, de diversos tamaños.
Ponerse una mulita en
la solapa o comprar una mulita para adornar la casa, significa que, al igual
que la mula de Ignacio, nos arrodillamos ante la Eucaristía, reconociendo en
ella la presencia de Dios.
Buscar similitud al amigo, al vecino o a quien se ponga enfrente, con las acémilas, ya es cosa del ingenio de los mexicanos.
Esta fiesta se
celebra cada año el jueves después de la Santísima Trinidad. Se lleva a cabo en
la Catedral y los niños se visten de inditos para agradecer la infinita ternura
de Jesús. Se venden mulitas con gran colorido.
Diversas maneras de
celebrar esta fiesta
Participar en la
procesión con el Santísimo
La procesión con el
Santísimo consiste en hacer un homenaje agradecido, público y multitudinario de
la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Se acostumbra sacar en procesión
al Santísimo Sacramento por las calles y las plazas o dentro de la parroquia o
Iglesia, para afirmar el misterio del Dios con nosotros en la Eucaristía.
Esta costumbre ayuda
a que los valores fundamentales de la fe católica se acentúen con la presencia
real y personal de Cristo en la Eucaristía.
* Catholic.net
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