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Los Universitarios Héctor de León




Futuro sombrío con el problema del agua

Héctor de León




Atrás quedaron aquellos tiempos cuando veíamos con gozo aquel hermoso manantial de los baños de Ojocaliente; aquel ducto abierto de aguas que bajaban por toda la Alameda, o aquellas corrientes de agua cristalina que serpenteaban por el río de Los Pirules. Nunca volveremos a ver la abundancia de agua, un elemento fundamental, imprescindible para la vida. Ayer, como hoy, nos anuncian que el agua se nos acaba y por lo visto, nadie hacemos nada, más que lamentarnos de lo que pueda ocurrir mañana.

Desde hace cuatro décadas se repite, como disco rayado, sentencias sobre el problema del agua que tenemos en Aguascalientes; las declaraciones van en un sentido o en otro, pero lo que prevalece es que diariamente se dan las quejas de vecinos, de las distintas colonias de la ciudad, de que no tienen ni gota de agua, de tandeos, o bien, de la raquítica presión con que sale el agua de la llave, que no les permite almacenar el líquido en su tanque elevado porque carecen de aljibe.

¿Quién no ha vivido en carne propia la ausencia de agua por unos días en sus casas? Sin agua, todo se vuelve un caos: no hay para bañarse, en el excusado, para lavar los trastes, con el agravante de que algunos ciudadanos tienen que pagar el servicio de una pipa, o tener la necesidad de comprar el agua por garrafones. Es cuando nos damos cuenta del alto valor que tiene el vital líquido en nuestras actividades cotidianas, y el bien que representa para nuestro organismo.

En mayo del 2013, el entonces delegado de la Semarnat, Salvador Cabrera Álvarez (qepd), sostuvo que “en Aguascalientes el 90 por ciento de agua que se utiliza, es extraída de las fuentes subterráneas o de las presas y únicamente el 10 por ciento restante es superficial, de manera que el hecho de que se tenga una sobre explotación de los mantos freáticos, también nos estará afectando por el lado de los agrietamientos y los movimientos o ajustes de la tierra, que es un fenómeno que se seguirá presentando con frecuencia a la brevedad”.

Dentro del mismo contexto, el buen amigo Salvador Gaytán Rangel, delegado de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), nos ha advertido de los abatimientos de los mantos acuíferos, para luego añadir que en el futuro habrá que traer agua a la ciudad de otras partes. ¿De dónde? He aquí el gran dilema.

Un caso dramático es el que se empieza a padecer Sao Paulo, Brasil, que sufre la peor crisis hídrica que recuerdan sus habitantes. De acuerdo a informaciones, “hay casas sin agua 12 horas al día, cafeterías que han dejado de servir café por la tarde, algunos restaurantes de lujo que han comenzado a comprar platos de plástico para servir sus manjares, los hospitales buscan planes de emergencia, los bidones gigantes de hasta 250 litros se han convertido en objeto de deseo y las comunidades de vecinos imponen su propio racionamiento. Y es solo el comienzo…” Hablar del problema del agua en Aguascalientes, también es una cosa seria. (hmdeleon terra.com.mx)

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