Los universitarios
Imágenes revolucionarias
Héctor de León
Es difícil olvidar determinadas imágenes del documental "La epopeya de la Revolución Mexicana", suceso que costó la sangre de miles y miles de mexicanos y que se derramó en la lucha armada de 1910 a 1917, como un elevado precio para favorecer la instauración de un régimen revolucionario y constitucionalista; la lucha tuvo campos y escenarios de México y hubo de hacerse con premuras; el olor de la pólvora saturó los aires, y el humo de la metralla oscureció los cielos; la tierra fue herida con el duro cabalgar de los ejércitos. Lo que ese sacrificio tuvo de heroico y de valor, lo terrible y de bárbaro es lo que se muestra en ese documental.
La cita anterior proviene de la transcripción de dicho documental, realizado con los sentimientos y circunstancias que se daban en el año de 1961, fecha de su edición, cuando la Revolución Mexicana era el ícono máximo del pueblo mexicano, y cuya concepción comienza a cambiar a partir del parte aguas que significó el movimiento de 1968, como hoy también se habla coyunturalmente de los sucesos de septiembre de 2014, con lo acontecido a los normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero.
Ahí mismo queda asentado que la Revolución Mexicana en sus dos principales etapas, la maderista y la constitucionalista, tuvo un elemento en común: el pueblo de México, que abrazó ambas causas con sacrificio y pasión de triunfo. Los campos de batalla fueron todos semejantes sino es que iguales, no habiendo más diferencia que la de los jefes militares.
El triunfo fue del pueblo que un día se hizo soldado al llamado de la Patria. La lucha comprendió múltiples y variados aspectos y tuvo como meta tres diferentes objetivos: la caída del régimen dictatorial de Porfirio Díaz. La exterminación del Huertismo y su principal apoyo, el ejército federal. Finalmente la unificación de las diferentes facciones bajo un solo mando y dirección, que permitiera el acceso a un gobierno estable a una paz consolidada y progresista y al postulado de los ideales de la revolución y al amparo de la ley. Lento y sangriento camino tuvo que recorrer México para conseguir esos propósitos. La revolución fue popular porque la hizo el pueblo, fue victoriosa porque tenía de su lado a la justicia, fue contradictoria en alguno de sus aspectos porque la realizaron hombres de pasión y de carácter, se manifiesta en el texto que acompaña inenarrables imágenes.
El 7 de junio de 1911 llegó Francisco y Madero a la ciudad de México, las muestras espontáneas de cariño que le mostró el pueblo, no tienen comparación en la historia, no hay comparación con caudillo alguno. Lo recibieron más de 100 mil personas para vitorearlo con entusiasmo delirante; Madero había derrumbado al gobierno dictatorial de Díaz que se antojaba invulnerable a la acción democrática del pueblo. En medio del júbilo popular algunos despechados esperaban la hora de la venganza y la traición; Victoriano Huerta era uno de los principales despechados.
Pues bien, lo anterior me da pie para hacer la invitación el próximo miércoles 26, a las 12 horas, en el auditorio "Ignacio T. Chávez", de la UAA, cuando se presentará el libro "La batalla de Zacatecas", obra del periodista Sergio Candelas Villalba.
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