Los periodistas de ayer (LXIV)
Ahora nos corresponde hablar y subrayar la trayectoria profesional de un magnífico periodista y escritor que ha brillado con luz propia en prensa escrita, radio y televisión. Nos referimos a Jaime Arteaga Novoa, quien fue reportero del desaparecido diario Momento, El Heraldo de Aguascalientes y de EL SOL DEL CENTRO.
Jaime, quien hoy por hoy sigue vigente, se distinguió también por sus reportajes de color salpicados de humor, crónicas y reportajes, además de ser autor de por lo menos siete libros.
Pero entremos en materia.
Jaime Arteaga Novoa nació el 6 de abril de 1950 en la estación ferroviaria de Tamuín, San Luis Potosí. Por ser un poblado pequeño la educación pública era precaria y junto con sus hermanos, todos mayores que él, ya estaban en edad escolar, decidieron sus padres mudarse a Aguascalientes donde tenían algunos familiares, como el doctor Ignacio Arteaga de la Parra y sus hermanas María Luisa, Guadalupe y Dolores.
“Llegamos a Aguascalientes en 1951 y aquí ha transcurrido mi vida desde entonces, con una breve interrupción de 1972 a 1976, en la que viví en el entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México, para estudiar en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) la carera de Periodismo y Ciencias de la Información, profesión a la que he dedicado 50 años”, detalla.
Antes estudió la educación básica en esta capital, el bachillerato lo hizo en el Instituto Autónomo de Ciencias y Tecnologías (IACT), Prepa Petróleos, ahora de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).
Al regresar del entonces Distrito Federal, comenzó a trabajar en el periódico Momento, dirigido por el licenciado Jorge Varona Rodríguez, hasta la desaparición de este medio impreso que vino a revolucionar el periodismo escrito en Aguascalientes, lo cual debemos reconocer y enaltecer.
Fue un diario combativo y veraz, con notas objetivas y críticas, que causaban incomodad entre las autoridades, además de que prevalecía el color y el diseño moderno en cada una de sus páginas. La verdad como hace falta un medio así en estos tiempos tan aciagos, donde impera la impunidad y la corrupción. Todos estos comentarios son al margen, solamente para ilustrar.
“Fue un buen inicio en el periodismo, ya que después de esa experiencia, quedé curado de ‘espanto’. La oposición al gobierno fue la característica principal de este diario.
“Pasé después a El Heraldo de Aguascalientes y ocupé las corresponsalías de Notimex y el diario La Jornada, mientras llegaba a EL SOL DEL CENTRO, donde hice huesos viejos con algunos altibajos”, añade Arteaga Novoa.
En este último Diario hizo una carrera de 30 años hasta su jubilación. Antes trabajó en Radio UAA, de 1997 a 2007, incursionó en la televisión concretamente en Cablecanal bajo la dirección del licenciado Eduardo González Jiménez, quien posteriormente fue director general de Radio y Televisión de Aguascalientes, y ahora es presidente fundador del consorcio radiofónico MásQueRadio.
“Lalo me llevó después a Radio y Televisión de Aguascalientes, donde realicé la serie ‘Historias no Contadas’ en la que obtuve con el equipo de RYTA por dos veces consecutivas el Premio Nacional de TV denominado Pantalla de Cristal, de TV UNAM”, subraya.
También tuvo un breve paso por oficinas de prensa con el gobernador J. Refugio Esparza Reyes, y después en el DIF estatal con la señora Azul V. de Landeros, ambos de muy grata memoria y recordados por la sociedad de Aguascalientes, pero su verdadera vocación la vivió en la prensa escrita, en radio y en la televisión.
Cabe mencionar que durante su permanencia de 30 años en EL SOL hubo grandes tiempos de convivencia armónica, de buena amistad y compañerismo con los demás reporteros y fotógrafos, a grado tal que todas las tardes, casi sin excepción, la redacción se convertía en un recinto de risas y algarabía, salpicado de anécdotas y de cosas chuscas que ocurrían en el ejercicio reporteril, en el día tras día en pos de la noticia y sobre todo de la llamada nota “de ocho”, es decir, la principal. Había una competencia sana entre los reporteros de la sección local, por ejemplo, Jaime Arteaga Novoa, Sandra Luz Muñoz Santana, José Isabel Vela Pérez y el que esto escribe, y luego con Matilde Arteaga Duarte cuando renunció Vela Pérez para fundar y dirigir su propia revista. Y la convivencia era también con los reporteros y reporteras de las demás secciones: sociales, cultura, deportes y policía.
Pero de todo esto y más hablaremos después.
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