𝐂𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐄𝐝𝐢𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚𝐥 𝑫𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝑨𝒍𝒕𝒖𝒓𝒂𝒔...

Por aquí seguimos, no nos vamos, solo nos distanciamos, pero retomamos a ratos lo que nos gusta y de lo que nos enteramos.

🖊️ INAUGURARON EL NACIONAL CHARRO… PERO ¿Y LA ORGANIZACIÓN?

Arrancó el XXXII Campeonato Nacional Charro Infantil, Juvenil y de Escaramuzas 2025 en Aguascalientes, y aunque la sede es de lujo y la afición charra responde con entusiasmo, la organización —hay que decirlo— parece más bien una mala faena del Buró de Congresos y Visitantes.

Porque de experiencia y sentido común andan escasos.

Para empezar, la vialidad fue un desorden. Los semáforos de acceso a la Isla San Marcos simplemente no funcionaban como deberían. Alguien olvidó programarlos. No había ni un solo agente de tránsito que diera paso a peatones o vehículos. Quienes intentaban cruzar con familia, niños o en silla de ruedas, lo hacían bajo su propio riesgo. Eso sí: el pasto de los camellones, bien recortado… porque ya saben, la imagen es lo que importa, aunque el fondo quede en el abandono.

Ya adentro, el evento inaugural se vendió como “espectacular”, pero se convirtió en un retraso de dos horas para los verdaderos protagonistas: los niños, las niñas y los caballos, que ya estaban listos para competir. Lo dijeron participantes y comerciantes por igual: tanta parafernalia hizo que las faenas iniciaran tarde y con estrés. ¿Quién piensa en el bienestar animal o en el desgaste emocional de los chiquitos? Claramente, no los organizadores.

Julión Álvarez apareció, sí… cantó tres canciones. Solo tres. Y eso porque el público lo pidió. El resto, pura vuelta protocolaria con funcionarios sonriendo para la foto. Pero una vez que terminó el “espectáculo”, la arena se quedó vacía. Como siempre: los únicos que se quedaron fueron los competidores y sus familias, mientras que la oficina de Relaciones Públicas —esa que debería difundir y promocionar— nuevamente no lo hizo… o quizá se le olvidó. Otra vez.

Eso sí: los que sí cantaron a gusto fueron los empleados de oficinas gubernamentales y algunos del equipo de prensa del Congreso, que más que cubrir el evento, parecían grupo de fans pegados al artista. Mal se ven, la verdad.

Y por si fuera poco, durante el ingreso de las autoridades, cerraron parte del acceso a la zona de expositores. No se podía pasar. Esto, para “salvaguardar” al artista y a las autoridades. Se perdió más de una venta y muchas miradas curiosas que iban con intención de comprar un sombrero, un cinto o una camisa vaquera.

Una lástima. Porque la gente, el talento, los caballos y el espectáculo están ahí. Los pequeños charros, las niñas hermosas y valientes, los caballos listos para las mejores suertes. Pero si no se cuida cada punto y coma del evento, si no se difunde, si no se facilita el acceso ni se piensa en el visitante… de nada sirve.

Mucho esfuerzo de la gobernadora para generar estos espacios… como para que al Buró de Congresos y Visitantes le quede grande la silla de montar.

* Las opiniones expresadas en esta editorial son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de este medio informativo

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