Muy buenos días mi querida familia.
Domingo XXVIII Ordinario. Ciclo A
Mt 22,1-14.
Lo dicen todos los estudios. La religión está en crisis en las sociedades desarrolladas. Son cada vez menos los que se interesan por las creencias religiosas. Los jóvenes abandonan las prácticas religiosas. La sociedad se desliza hacia una indiferencia religiosa.
Hay, sin embargo, algo que nunca hemos de olvidar los creyentes. Dios no está en crisis. Esa Realidad suprema hacia la que apuntan las religiones con nombres diferentes sigue viva y operante. Dios está también hoy en contacto inmediato con cada ser humano. La crisis de lo religioso no puede impedir que Dios se siga ofreciendo a cada persona en el fondo misterioso de su conciencia.
Desde esta perspectiva, es un error «demonizar» en exceso la actual crisis religiosa, como si fuera una situación imposible para la acción salvadora de Dios. No es así. Cada contexto sociocultural tiene sus condiciones más o menos favorables para el desarrollo de una determinada religión, pero el ser humano mantiene intactas sus posibilidades de abrirse al Misterio último de la vida, que le interpela desde lo íntimo de su conciencia.
El Evangelio de hoy nos muestra la parábola de «los invitados a la boda» lo recuerda de manera expresiva. Dios no excluye a nadie. Su único anhelo es que la historia humana termine en una fiesta gozosa. Su único deseo, que la sala espaciosa del banquete se llene de invitados. Todo está ya preparado. Nadie puede impedir a Dios que haga llegar a todos su invitación.
Es cierto que la llamada religiosa encuentra rechazo en no pocos, pero la invitación de Dios no se detiene. La pueden escuchar todos, «buenos y malos», los que viven en «la ciudad» y los que andan perdidos «por los cruces de los caminos». Toda persona que escucha la llamada del bien, del amor y de la justicia está acogiendo a Dios.
¿Y tú, aceptas o rechazas la invitación del Señor? ¿Será que las preocupaciones de la vida y las ambiciones humanas sofocan nuestra respuesta?.
Unidos en oración por la Paz del mundo. Por el Sínodo de la Sinodalidad y por los trabajos hacia el V plan Diocesano de pastoral.
Buona Domenica dell Signore. Dio con noi.
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