Aguascalientes tiene historia… pero hay historias que construyeron a Aguascalientes.
Y este fin de semana, una de ellas se reunió en una mesa.
Se trata de la Primera Generación del Colegio Marista, quienes conmemoraron los 70 años del inicio del colegio en la ciudad. No es exageración decir que, antes de ser estudiantes, muchos de ellos terminaron siendo piezas clave en el desarrollo del estado: empresarios, diseñadores urbanos, ingenieros, profesionistas y líderes que, desde sus trincheras, marcaron el rumbo de Aguascalientes con impacto nacional.
Porque detrás de estos exalumnos hay algo más que nostalgia: hay legado.
El Colegio Marista abrió sus puertas en septiembre de 1955 en lo que fue el Seminario Menor, en la antigua Calle del Estanque, hoy José María Arteaga, cerca del Jardín de Zaragoza. Solo eran cuatro grupos: primero, segundo, tercero y cuarto de primaria.
Un año después, en 1956, se mudaron al edificio que hoy conocemos como la Preparatoria del Colegio Marista.
Ahí comenzó el crecimiento:
Un grupo más cada año, hasta llegar a nueve grupos: seis de primaria y tres de secundaria.
La primera generación comenzó en cuarto de primaria en 1955 y egresó de tercero de secundaria en 1961.
En total, durante esos seis años pasaron 70 alumnos por esos salones. Algunos se quedaron toda la formación, otros se fueron y otros llegaron después. Grupos pequeños, sí… pero con grandes historias.
Cuando terminaron la secundaria, la mayoría continuó sus estudios en el antiguo I.A.C.T., pues aún no existía preparatoria Marista en Aguascalientes.
Después, muchos viajaron para continuar su formación académica:
• U.N.A.M. donde varios se convirtieron en profesionistas destacados.
• Tec de Monterrey, cuando solo existía el campus Monterrey.
Esos jóvenes, con uniforme, mochila al hombro y sueños enormes, años más tarde diseñaron proyectos, impulsaron empresas y tomaron decisiones que dejaron huella en la vida económica, social y cultural del estado.
Hoy, 70 años después, esos alumnos se reunieron nuevamente.
Ya no son jóvenes corriendo por los pasillos; hoy son parte de la historia viva de Aguascalientes.
De los 70 integrantes de aquella generación, 20 ya han fallecido. Cada reunión es también un homenaje a ellos.
Entre abrazos, anécdotas y fotografías amarillentas, quedó claro que el tiempo pasa… pero el legado permanece.
Porque hay historias que merecen contarse, y esta es una de ellas.
Información y fotografías (no todas): Fortino Cabral




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