BANNER

Felipe Colunga Soules, un hombre excepcional -descansa en paz




Humorista como era, dejó a la familia con


los preparativos de su cumpleaños 93


Felipe Colunga, en su cumpleaños 90, 2017

Fue de los fundadores de El Heraldo de Aguascalientes 
Cerraba los bailes de la 3a. Edad, con "un rico mambo"


Por Matías Lozano Díaz de León 


El día 22 de enero, a escasos días de llegar a la edad de 93 años (5 de febrero),  expiró  un gran tipo, una persona excepcional, don Felipe Colunga Soules, maestro de varias “disciplinas”: Linotipista, tipógrafo, formador, prensista, impresor, bailador, bromista, hermano, padre, abuelo, beisbolista. Incluso fue un robador incorregible. Un gran amigo, siempre sonriendo, incluso si el momento exigía seriedad para reprender; y si no lo creen, ahí están los hijos, los nietos y bisnietos, que pueden dar fe de ello.


Yo tenía 15 años cuando lo conocí (el siempre tuvo 22 años más que yo), era Jefe de Talleres en El Heraldo de Aguascalientes, a donde yo entré como aprendiz, al término de la huelga de 1964, que duró 101 días, de mayo al mes de agosto. Colunga no se unió a los huelguistas: de eso nos platica Juan Manuel Rodríguez, quien podría ser el único sobreviviente de los fundadores de ese diario, hecho ocurrido 10 años atrás. 

No obstante la edad alcanzada, Felipe Colunga no creó un Currículum Vitae muy extenso, nunca anduvo de un lugar a otro, siempre fue fiel a El Heraldo hasta que no se jubiló pero, esa fue su gracia.

Las fotografías publicadas en su muro de Facebook por los miembros de la familia, hacen innecesario agregar algo para su descripción. Las últimas veces que platicamos fue en “mi oficina”, el primer arco del portal de entrada a Palacio Municipal, se detenía para saludarnos, camino a la Casa de la Cultura, ya sin temor de “enfriarse”, porque caminaba desde su casa, en el fraccionamiento Morelos, en las proximidades de la estatua del Siervo de la Nación, hasta el centro de la ciudad, ¡todos los días!, y del mismo modo se regresaba.


Fue, mientras pudo, es decir, aún cuando ya rebasaba los 90 años, miembro del grupo de baile de la Tercera Edad; mucha gente lo vio, disfrutó, admiró y aplaudió las participaciones de Felipe Colunga –me permitía “tutearlo”—en diversos escenarios, principalmente en la exedra de la Plaza de la Patria, eventos que por lo general remataba “reventándose” en pareja, que no cualquiera le aguantaba el paso un mambo sabrosón, con una agilidad pasmosa, increíble.

“Felipe Colunga, quien fuera jefe de talleres de El Heraldo, de gran personalidad y bonhomía, supo mantener su autoridad al  mismo tiempo con el compañerismo entre todos los trabajadores en la etapa previa a la huelga de mayo-agosto de 1964.

Un hombre íntegro que, incluso en los momentos más álgidos supo mantener el equilibrio en sus decisiones, incluso durante la difícil etapaen que debimos enfrentar la decisión de la empresa, de despedirnos, sin más motivo que la antigüedad. Cuando recogíamos las firmas de los trabajadores que estuvieran de acuerdo en formar un sindicato,  en lo que éramos neófitos, decidió con firmeza no estampar su firma ni sindicalizarse, ya que como jefe de Talleres tenía una alta responsabilidad para con la empresa. Sin embargo, en todo momento mostró un gran respeto por el movimiento de los obreros y nunca interfirió ni en favor ni en contra de sus subalternos, a los que consideraba sus compañeros de trabajo. Esto permitió que instaláramos las banderas rojinegras,  con sorpresa para el director, Nefatalí Zazueta.

 Deportista innato, formó siempre parte importante del equipo de béisbol y se hizo famoso por su velocidad para el robo de las bases.

No obstante su avanzada edad, se le veía en aceleradas caminatas cotidianas desde su domicilio en el sur de la ciudad, hasta el santuario de Guadalupe y retornar, sin detenerse “porque se enfriaba”. Sólo una caída sufrida pasados los 86 u 87 años de edad lo obligó, no a prescindir de su acostumbrada caminata, cuando mucho, a reducir el tranco.

Felipe Colunga, un hombre íntegro y de corazón afable.

(La huelga de los trabajadores de El Heraldo, tema para otro día). 

Publicar un comentario

0 Comentarios