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Padre Gandhi La Reflexión dominical

Muy buenos días mi querida familia.


Hoy la Iglesia celebra la solemnidad 
de la Transfiguración del Señor 



El mensaje que nos trae el Evangelio de la fiesta de la Transfiguración del Señor se centra en el tema de la fe, que a su vez implica una actitud de esperanza en medio de las dificultades de esta vida.

Veamos tres momentos, de este evangelio: 1) al ver transformados su rostro y sus vesti­dos tienen la expe­riencia de que su destino final no es el fracaso, sino la gloria; 2) al aparecérseles Moisés y Elías se confirman en que Jesús es el culmen de la historia religiosa de Israel y de la revela­ción de Dios; 3) al escuchar la voz del cielo saben que seguir a Jesús no es una locura, sino lo más conforme al plan de Dios.

Para entender el mensaje de la Transfiguración, el mismo Evangelio de Mateo cuenta que Jesús les anunció a sus discípulos que lo iban a matar y que al tercer día resucitaría (Mateo 16, 21), y luego les hizo esta reflexión: “Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame” (Mateo 16, 24). El anuncio de su pasión y muerte, y la exhortación a tomar la cruz y estar dispuestos a entregar la vida a imitación de Él, causaron en aquellos primeros seguidores de Jesús un efecto de desaliento. Entonces, para animarlos y fortalecerlos en la fe, Él les manifiesta su gloria haciéndoles ver en forma luminosa lo que sería el acontecimiento pascual de su resurrección, e indicándoles que en Él se cumplirían las promesas contenidas en el Antiguo Testamento, específicamente en los textos bíblicos de la Ley y de los Profetas, simbolizados respectivamente por las figuras de Moisés y Elías.

También nosotros necesitamos que, en medio de la oscuridad de las circunstancias problemáticas de nuestra existencia, cuando nos sentimos abrumados por el peso de la cruz que a cada cual le corresponde cargar, el Señor se nos manifieste animándonos desde la fe, iluminándonos con su propia luz y dándonos la fuerza que necesitamos para no desfallecer en el camino de esta vida, que no es un camino de rosas sino un sendero en el que debemos afrontar con valor las situaciones difíciles que se nos presentan y esforzarnos por superarlas con su ayuda. Para que esto suceda, es preciso que busquemos espacios y aprovechemos los que se nos ofrecen, de modo que podamos oír en nuestro interior, en un clima de oración, la voz de Dios que nos dice, como a aquellos primeros discípulos de Jesús: “Este es mi Hijo predilecto: escúchenlo”.

Buona domenica dell Signore. Dio con noi.

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