Cortando por Lozano
Empecemos a defendernos de los malos prestadores de servicios |
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Tema 1
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“Hoy no hay columna”
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Se fue “la luz” toda la noche
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Debemos confiar en el personal de la
CFE
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Esos hombres de veras se la “rifan”
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La oscuridad es propicia para que
vaguen los recuerdos
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Mañana será otro día
TEMA 1.- ESTOY
ABOCADO A otras labores antes de entrar a escribir la columna y ¡se va la luz”.
Los archivos, ya más o menos ordenados para irlos desgranando se quedan en la
computadora y de nada sirve que la portátil tenga un 89 por ciento de reserva
de energía. Mis ojitos (el chamuco) me dicen que me duerma, que quizá la luz no
vuelva en toda la noche, pero es frustrante quedarse con temas que desde el
momento de escogerlos los imaginamos publicados…
SON LAS 3:26 A.M. y
la ingrata no llega, me consuela saber que el problema está en varias
calles, me lo dijo un operador muy amable hace unos minuto al otro lado de la
línea 071, y ello me “consuela”, sobre
todo porque me da la seguridad de que el nunca bien ponderado personal de la
CFE estará trabajando para solucionar el problema…
TODOS LOS TRABAJOS
son importantes, por supuesto que sí, pero hay algunos indiscutiblemente
especiales y entre ellos destaca el de los “kilowatitos”. Sólo de verlos
trabajar en lo alto de los postes da escalofríos y despierta admiración, pero
cuando sabemos que las más de las veces operan con “líneas vivas”, no queda
sino expresarles, a lo lejos, nuestros respetos…
“LINEAS VIVAS”, NO
ESTÁ por demás decirlo significa que por circunstancias del trabajo, por la
necesidad de mantener en acción, fábricas, oficinas, hospitales, pequeños
talleres y gigantescas industrias hay que manejar cables cargados de energía: ¿de
cuánta? Imagínese usted. Están tan expuestos al peligro más que un torero ante los
cuernos de un toro, pero a ellos no los ovaciona nadie, los vemos con
indiferencia, como a cualquier otra persona que cumple con su trabajo. Ellos no
se desaniman y cada día salen a la calle “a partirse la madre”, pero con la fe
y la esperanza puestas en que no sea una tragedia la que corone su arriesgado
trabajo…
SI “SE VA A LUZ”,
pensamos en las “deficiencias” de la CFE, en los “flojos” de los trabajadores electricistas,
cuando son los menos culpables del incidente, y estadísticamente los usuarios
somos los causantes en mayor grado, de los “cortes” que se registran. Un
“diablito”, un árbol cuyas ramas no cortamos con oportunidad, algún objeto
colgado en los cables (tenis, o zapatos viejos por lo general), acciones que
nadie sanciona y por eso lo seguimos haciendo…
SON LAS 3:45… y entre
reflexiones, unas cuantas tecleadas y otras distracciones los minutos de
oscuridad se extienden; nada hay más allá de la parte superior de la tapa de la
portátil, cuya carga se sigue consumiendo más rápido de lo que yo quisiera, la
oscuridad es total, por fortuna ya no creo en fantasmas, pero si bajo a la
cocina por un café, quizá no lo haga sin llevar una linterna…
NO ES MIEDO, MIEDO
era 50 y tantos años atrás al salir de El Heraldo más o menos a estas horas, a
mis 14 años, y tener que caminar entre penumbras (a veces la luz de la luna es
más traicionera) por un callejón bordeado de grandes mezquites, luego de dejar atrás las últimas
luces de la ciudad justamente donde termina el panteón de La Cruz, de cuya frontera
a mi casa me separaban no más de un kilómetro, sin agua, luz, drenaje,
teléfono, alumbrado público. Si la hoy prolongación Guadalupe no era ni calle,
siquiera, sólo una vereda entre mezquites y escombros….
YO ENTONCES SABIA
muchas canciones (las aprendí por necesidad), y las entonaba a todo pulmón apenas llegando a la
orilla del panteón para entrar a la
mezquitera, era una soledad total, que asustaba. Así llegaba a mi casa,
con el zaguán tenuemente iluminado por un aparato de petróleo que dejaba mi
madre para orientarme en mi escabroso camino, como si fuera el camino de la
vida. Ya dentro, una tortilla de huevo con frijoles refritos y un jarro de
café, preparados por las manos amorosas
de doña Chabela, me volvían a la vida. Años después, la misma actividad, aunque
con mejores condiciones –luz, agua. Calles, aunque de terracería-, y el mismo
chiqueo, pero ya a cargo de doña Lula…
POR ESO NO ME ASUSTA
(¡de veras!) caminar en la oscuridad; lo que preocupa es que “se vaya la luz”,
porque luego empiezan a salir los recuerdos, les gusta la oscuridad, la ausencia
de todo , son de otras épocas y se cohíben, les da pena y miedo la luz de los
faroles. Sigo a oscuras, procuro moverme lo menos posible para no acrecentar el
calor. Son las 4:15 y a cada minuto me convenzo más de que hoy no habrá
columna, que no hay nada qué contar…
POR FORTUNA tampoco hay patrón que me descuente el día,
pero el compromiso que se adquiere con los lectores es muy fuerte e importante.
Por eso me preocupa que hoy no les ofrezca nada para leer…
PUEDO ESPERAR más,
pero la carga de la laptop no se recupera
con la oscuridad. Quizá tenga que desistir. Lo haré cuando apenas quede
energía para avisar que hoy no hay columna, por causas ajenas a mi voluntad.
Mañana será otro día. No Internet ni de Telmex ni de izzi, compartí el del
celular para subir este archivo…
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1 Comentarios
Como se nota tu pasión y compromiso con las letras, me encanto la NO columna de hoy!!
Felicidades mil!!