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Padre Gandhi La Reflexión Dominical

Muy buenos días, mi querida familia:





Las lecturas bíblicas de este VI domingo de Pascua: Hechos de los Apóstoles, 1a Pedro, y Juan, nos invitan a prepararnos para las fiestas de los próximos dos domingos que cierran el tiempo pascual: el de la Ascensión y el de Pentecostés.

La primera lectura de este domingo nos muestra a los apóstoles Pedro y Juan orando por los creyentes en Jesucristo resucitado que habían sido bautizados en su nombre, pero todavía “no habían recibido el Espíritu Santo”, e imponiéndoles luego las manos para que lo recibieran. Esto quiere decir que habían recibido el sacramento del Bautismo, pero les faltaba el de la Confirmación, que para cada cristiano o creyente en Cristo equivale a la actualización del acontecimiento de Pentecostés en su propia vida.

La segunda lectura de 1a Carta de san Pedro constituye una invitación a dar testimonio de que nuestra fe no es irracional, sino razonable. En efecto, la fe en Jesucristo resucitado no se opone a la razón, y por lo mismo el hecho de creer en Él no implica actitudes ni conductas fanáticas. No es con sentimentalismos ni con fenómenos espectaculares como se da razón de la esperanza que nos da la fe en Jesucristo, sino con la coherencia entre lo que afirmamos que creemos y lo que hacemos, es decir, con la honestidad y la rectitud de nuestro comportamiento: un comportamiento orientado a la comprensión, a la tolerancia, a la compasión y misericordia, a la reconciliación y construcción de la paz en nuestras relaciones cotidianas con los demás.

Una de las formas de dar razón de nuestra esperanza es asumir con paciencia, sin devolver mal por mal, las dificultades que nos pueden sobrevenir a consecuencia del cumplimiento de nuestro deber de creyentes, como les sucedió a los primeros cristianos, que tuvieron que padecer la persecución por dar testimonio de su fe. Ellos padecieron la incomprensión siguiendo el ejemplo de Jesús, y también nosotros tenemos que estar dispuestos a afrontar todo lo que implica dar testimonio de nuestra fe. Ahora bien, pensemos cuánto sufren a la larga quienes se pasan la vida engañando, envidiando, haciendo daño, alimentando odios, desarrollando rencores, maquinando venganzas. A este respecto son significativas las palabras de la primera carta de Pedro en la segunda lectura de hoy: “Es mejor sufrir por hacer el bien, si tal es la voluntad de Dios, que por hacer el mal....

Buona domenica dell Signore. Dio con noi.

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