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Mercado interno Juan Manuel Rodríguez

"¡Es nuestro mercado 
interno estúpido"!

Juan Manuel Rodríguez  (24-04.17)
Desde luego que es modesta la exportación que desde el municipio de Calvillo  se enviará a Francia, de media tonelada de productos con el sello “Hecho en Aguascalientes”, por parte de la empresa Donnaty, productora de dulces tradicionales y que, gracias a la sangre nueva de jóvenes socios, como Yessica Ruiz (29), llegó la innovación en la presentación del producto y estricta calidad en su contenido, para internacionalizarse y los importadores procedentes de París seleccionaron el producto con este pedido inicial que, de fructificar, abre una relación comercial bilateral, cuya derrama económica es de trascendental importancia para el consumo y el mercado local calvillense.

De eso conversábamos la semana pasada con importante empresario hidrocálido, sobre los relativos beneficios que nos deja la inversión extranjera, valiosa para nuestra balanza de pagos pero cuyas utilidades en gran porcentaje vuelven al país de origen y en menor a la reinversión, gozando de un costo laboral ínfimo por una aberrante política oficial que nos mantiene como simple país maquilador, en perjuicio de los trabajadores mexicanos y beneficio de trasnacionales, que se jactan abiertamente del ahorro, hasta del 50 por ciento de sus costos en mano de obra en México.

 Y en desdoro de los derechos constitucionales de los obreros, el gobierno concilia conflictos obrero-patronales para quitar las banderas de huelga (como en Nissan de Cuernavaca) y declarar que sólo fue un ”paro técnico”. La más malpagada mano de obra en industria automotriz es Taiwan o Tailandia con 7.5 dólares la hora en el área de producción y en México es de sólo 3.95  dólares (Estudio de la Fundación alemana Fredrick Ebert) para no mencionar los más de 35 dólares la hora que se paga en EU o Canadá.

En China, por ejemplo, hace 45 años durante la visita del presidente LuIs Echeverría, ese país rural nos compró automóviles (VW, por cierto) y ahora nosotros seguimos exportando autos extranjeros, sólo ensamblados aqui, y los chinos son exportadores de  sus propios vehículos chinos a todo el mundo. En ese viaje, por cierto, reapareció Deng Xiao Ping (según nos explicó el corresponsal cubano en Beiging),  tras largo cautiverio y al suceder a Maozedong logró sacar a China de un atraso endémico abriéndose al capitalismo sin desparecer el rígido sistema oficial comunista, y con los bajísimos salarios de unos cuantos yuanes (moneda china, o renminbi), llegaron empresas japonesas a introducir la siderurgia, franceses a explorar petróleo en el mar de China, italianos a construir enorme rascacielos en la antigua capital imperial de Nankin, entre otras, pero la condición fue que las trasnacionales deberían preparar a los chinos y dejar tecnologías en ese país, mismas que luego fueron manejadas por miles y miles de estudiantes chinos preparados tecnológicamente en prestigiadas universidades del exterior. Ahora el obrero chino es mejor pagado que el mexicano.

Los desequilibrios comerciales en la crisis de 2008 sorprendieron a EU con un déficit de 5.6 % de su PIB mientras el superávit de China era de 6.5 % y todavía el año pasado el déficit norteamericano fue de 500 mil millones de dólares (mdd), de los que 447 mil mdd son de déficit con China, por lo que Trump está decidido a eliminar, primero mediante una reforma fiscal para reducir impuestos y favorecer la inversión y las empresas en su país y generar empleo y aumentando aranceles a las importaciones chinas y, desde luego, mexicanas; segundo, revisar el TLCAN con México para reducir el déficit comercial que no pasa del 2.3 por ciento, pero un impuesto fronterizo de 20 %. si pegaría a la exportación mexicana. Si en reciprocidad aumentamos los impuestos a las importaciones norteamericanas, corremos el riesgo de llegar a una guerra comercial, dañina para todos.

La desesperación de Trump es porque sabe que la decisión en EU la tomarán los congresistas y éstos responden más a sus electores que a cualquier presión presidencial. Como habrá elecciones en EU el año próximo, los candidatos que quieran ser electos y los actuales representantes que quieran ser reelectos tendrán que responderle a los electores en 25 estados de la Unión Americana que apoyan el TLCAN porque representa la mitad de sus exportaciones a México, y cualquier cambio afectaría el comercio  bilateral de casi la mitad de los Estados norteamericanos. Pero esos legisladores quizá no verían mal aprobar el impuesto fronterizo a las exportaciones mexicanas, aunque éstas  tienen un contenido del 50% en sus insumos de procedencia norteamericana.

China se prepara para la era Trump, con quien Xi Jinping se acaba de reunir y además para reducir la dependencia de su economía de las exportaciones, que es del 45%, está decidido a rescatar su mercado interno, desarrollando la industria en el interior occidental de su territorio donde viven entre 700 u 800 millones de campesinos chinos pobres que ahora recibirán el beneficio de un desarrollo más equilibrado integrándose al consumo doméstico. En México, en cambio, los analistas consideran que, salvo algunos incipientes intentos por diversificar las exportaciones a Europa y China, el gobierno parece resignado a la negociación del TLCAN, puesto que no se ve ningún intento por sacar un plan de desarrollo industrial. Nuestra industria se estancó en 2016 (creció 0.0%), porque no hay poder adquisitivo en los ingresos de los mexicanos, donde 60 por ciento está en la economía subterránea o informal, 7 millones son “ninis” y más de 6 millones de trabajadores tienen ingresos de menos de 2 salarios mínimos.  Con una inflación que va hacia el 6 por ciento --un impuesto que todos pagamos--, y con 53 millones de pobres, la realidad es que sin dinero no hay consumo, y consecuentemente no crece nuestro mercado interno. pero seguimos insistiendo en las exportaciones de las que depende el 35 por ciento de nuestra economía.

En su estudio de este primer trimestre del año, Citibannamex afirma que el problema de México no es ni la relación con Estados Unidos, ni el TLCAN, el problema es interno y es estructural, por lo que tendremos que decir, como el clásico, que nuestro problema ¡es la debilidad de nuestro mercado interno, estúpido! 

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