Mensaje del Dr.
Francisco Javier Avelar González, al rendir protesta como rector de la UAA
13 de enero de 2017, 12h.
Salón Universitario de Usos Múltiples
C.P. Martín Orozco Sandoval, Gobernador
Constitucional del Estado de Aguascalientes; Mtra. Laura Lorena Alba Nevárez,
Delegada de la SEP en Aguascalientes y representante personal del Dr. Salvador
Jara Guerrero, Subsecretario de Educación Superior de la SEP; M. En Admón.
Mario Andrade Cervantes, Rector saliente de la UAA; Dr. Rodolfo González
Farías, Presidente saliente de la H. Junta de Gobierno; Dr. Itzcóatl Tonathiu
Bravo Padilla, Rector de la Universidad de Guadalajara y representante personal del Mtro. Jaime Valls Esponda, Secretario General
Ejecutivo de la ANUIES; Lic. Gustavo Báez Leos, Presidente de la Mesa Directiva
del Congreso del Estado; Mtro. Juan Manuel Ponce Sánchez, Presidente Magistrado
del Supremo Tribunal de Justicia; Mtro. Jesús González Hernández, secretario
general de la UAA.
Invitados especiales:
Arquitecto Manuel Fermín Villar Rubio, rector de la
Universidad Autónoma de San Luis Potosí; Dr. Medardo Serna González, rector de
la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; Dra. Sonia Reynaga
Obregón, Coordinadora General Académica de la UdeG; Dr. Rafael Vidal Uribe,
Coordinador General de los CIEES; Mtra. María Teresa Jiménez Esquivel,
presidenta del Municipio de Aguascalientes; Dra. Refugio Rodríguez Vázquez, del
CINVESTAV.
Señoras, señores.
Quiero comenzar este discurso dando las gracias a todos ustedes por su
presencia, en tanto que la gratitud es uno de los valores más elevados que
hemos construido como Humanidad. “Dar las gracias” es una hermosa frase donde
al menos hay dos presencias implícitas: quien enuncia y quien recibe. Podemos
dar las gracias al despertar, y estaremos reconociendo el privilegio de estar
vivos; pero también podemos dar las gracias a otra persona, y ahí estaremos
iluminando una de las palabras más empolvadas por los tiempos en que vivimos: Concordia.
Etimológicamente, concordia significa “unión de corazones”. Hemos dado a
la palabra corazón una importancia de primer orden en nuestra sociedad, porque
está emparentada con la Vida y con el Amor, de modo que agradecer es una de las
más ricas manifestaciones del afecto y del reconocimiento al otro.
Esto, que posiblemente suene como una trivialidad, a juzgar por lo que
continuamente vemos en la prensa, ¡no lo es en absoluto!. El Doctor Alfonso
Pérez Romo, querido ex rector de esta Institución, considera que vivimos en la
época donde más se han vilipendiado los valores fundamentales que nos constituyen
como Humanidad; a saber, la fraternidad, la solidaridad, la honestidad, la
congruencia, la justicia, la concordia. Le sobran razones para decirlo. No creo
ser reduccionista si digo que la violencia, en cualquiera de sus
manifestaciones, ha sido la protagonista de lo que va del siglo XXI. A nivel
global, vemos cómo se disparan los fanatismos religiosos y políticos; pero hay otro fanatismo igualmente
preocupante: la megalomanía.
En una semana habrá un nuevo Presidente de los Estados Unidos, y el Muro
y la Discriminación y el Racismo que su próximo Titular ha manifestado en
distintas ocasiones son motivos para sentir escalofríos. Si pensamos que este
fenómeno es exclusivo de las celebridades o de los políticos, estamos en un
error. Citaré sólo un ejemplo que ocurre en nuestro país: continuamente vemos
en redes sociales a muchos ciudadanos que se sienten superiores a los demás, y
a nosotros nos ha parecido gracioso apodarlos Ladys o Lords.
Yo no veo sarcásticos títulos nobiliarios, veo prepotencia, soberbia y
violencia.
Todo fanatismo asume que su posición y que su visión del mundo es la
correcta e ideal, y en consecuencia, que quien piense distinto, no sólo está del
lado equivocado, sino que es entendido como un enemigo. Es verdad que esto no
es exclusivo de nuestro tiempo, pero dada la celeridad con que la información
se nos presenta, parece que la discordia está en todas partes. Sumado a los
fanatismos, también hay una crisis con el tiempo: al parecer, la Vida
contemporánea se ha encargado de que tengamos especial atención, no al pasado,
tampoco al futuro, sino al presente, al inasible presente. En resumen: buena
parte del mundo vive con urgencia y con desconfianza; es decir, vive para
atender lo inmediato y es indiferente con los demás.
Si el presente demanda urgencia, la Universidad pide tranquilidad y
paciencia; si el presente exige indiferencia, la Universidad pide reflexión y
concordia. Las Universidades son los recintos que resguardan y revitalizan la Tradición
Cultural de la Humanidad. Ningún otro espacio honra tanto al pasado de nuestra
civilización como la Universidad. Digo más: Los Clásicos, que en general son
los que principalmente nutren los currículos de los programas de estudio, son
los que animan la conversación del presente. Son presencias ausentes. Al decir
esto, acude a mi memoria Francisco de Quevedo:
Con pocos, pero doctos libros juntos
Vivo en conversación con los difuntos
Y escucho con mis ojos a los muertos.
Quevedo hace un elogio de lo que para él significan los libros y la
lectura. Y claro, cuando leemos, escuchamos, y cuando escuchamos, conversamos.
¿No es esto una acción manifiesta de respeto y afecto por el otro?. Lo mismo
creo para el ambiente universitario. A quien piense que al ir a la Universidad
está estudiando para sí mismo, tendríamos que rectificarle su camino: está
estudiando con el tiempo y está estudiando para los demás. Me refiero a que
estudiar nos enseña a ser respetuosos con el pasado y a estar comprometidos con
el futuro. Estudiar: consagración del tiempo. Como vemos, en el estudio hay un
continuo aprecio por la otredad.
En el uso popular, suele decirse que las Universidades son Casas de
Estudio. La metáfora me parece precisa, dado que “Casa” nos evoca un sitio familiar e íntimo donde el Mundo se
vuelve menos cruel y más armónico. Al llamar “Casas de Estudio” a los Campus Universitarios,
estamos dando un fraternal recibimiento a la Educación, que es el Espíritu de
la Universidad. Para evadir ambigüedades, quiero señalar cómo entiendo la
Educación a Nivel Superior y cómo quisiera que se entendiera.
Se dice que las universidades generan profesionistas altamente
capacitados para enfrentarse al mundo laboral. En efecto, los futuros médicos,
ingenieros, sociólogos, historiadores, biólogos; por mencionar sólo algunas
profesiones, son formados en las universidades; pero quisiera subrayar que si
bien el estudio es individual, los beneficios deben de ser colectivos.
Estudiamos para nosotros, y al hacerlo, actuamos para los demás. Acordemos
entender la Educación, no sólo como una carrera universitaria, no sólo como una
forma de crearnos un futuro, no sólo como una Profesión, sino como una Aspiración:
tratar de que la concordia encuentre un sitio a donde quiera que vayamos. ¿Es
esto romántico? Lo dudo: si en la Universidad no perseguimos los más altos
Valores de la Civilización, entonces la Institución se convierte en una empresa
al servicio de un mercado, y los estudiantes, en estadísticas.
Favorecer la concordia entre los seres humanos no quiere decir que
seamos complacientes con nuestros argumentos: significa que seremos
respetuosos, sensibles, pacientes, atentos, justos, rigurosos y nobles. Tener
una discusión, en muchas ocasiones engendra desencuentros y sinsabores, sobre
todo si los protagonistas son un necio y un impaciente, o si las ideas son
incompatibles y antitéticas. ¿Qué clase de concordia puede haber ahí?
Aceptemos que las personas e Instituciones no están exentas de incubar las
gracias y desgracias de la Naturaleza Humana; sin embargo, es en la Universidad
donde las pasiones tendrían que encontrar moderación y sosiego, ya que hablar
con argumentos precisa de evitar los sobresaltos. Argumentar, discutir,
criticar, autocriticar, debatir, consentir, disentir, proponer, analizar,
hacer; son algunos de los vocablos más apreciados por los universitarios. La
administración que encabezo los privilegiará, porque al hacerlo estaremos
fortaleciendo la Visión que nos hemos trazado rumbo al año 2024: La Universidad Autónoma de Aguascalientes será
un referente a nivel nacional por su contribución al desarrollo y bienestar de
la sociedad, su calidad académica, capacidad de innovación, producción
científica, humanista, tecnológica, artística y deportiva, por su
reconocimiento internacional y por la eficiencia y eficacia en la
administración y gestión de los recursos.
Toda palabra que está ahí es un compromiso de los universitarios; pero
quiero ser enfático y repetir cuatro palabras: Bienestar de la sociedad. Algún beneficio social trascendente
haremos si trabajamos en concordia, ya que estaremos colaborando para que el Mundo
sea un lugar más amable. Y digo “Mundo”, y no “Universidad”, porque quiero
insistir en que todo lo que se haga dentro de nuestra institución debe de tener
un provecho colectivo. Ser académico, como hemos visto, es un diálogo con los
estudiantes, con la historia, con el tiempo.
Permítanme
ahora compartirles algunas directrices del proyecto institucional que hemos
delineado para los próximos tres años. Así, para que los universitarios tengan
una formación de calidad, tendremos que trabajar para enriquecer las siguientes
áreas:
-
Ejercicio transparente de los recursos públicos. Esta es una institución
pública que se debe a su pueblo. Cada peso que invirtamos y que gestionemos
estará encaminado al bienestar de la institución y de la comunidad.
-
Educación por la paz y no violencia. Debemos implementar y fortalecer
los protocolos institucionales que garanticen la detección, denuncia y atención
efectiva y oportuna de todo tipo de violencia y discriminación. Como sociedad,
debemos de convertir nuestros objetivos en lugares comunes. Llegará el momento
en que hablar de equidad, respeto a la diversidad y no violencia sea una
obviedad. Trabajemos para lograrlo. Tenemos que hacer sentir a nuestros alumnos
que estamos en 2017 y no en otro año, de otro siglo.
-
Tener siempre una sincera, amable y eficaz voluntad de servicio. Sobre
este tema, quiero decir dos cosas:
1. Debemos dar una respuesta a la pesada burocracia
que dificulta el desenvolvimiento de las funciones sustantivas de la
Universidad.
2. Nos debemos a la sociedad, no a ningún otro tipo
de interés. Nunca lo olvidemos.
- El
aprendizaje en ambientes laborales reales. Esto es fundamental para que teoría
y práctica pertinentemente concuerden.
-
Publicación constante de trabajos de calidad de investigación y de
creación. Aquí tendrá una labor importantísima la relación entre la creación
científica, humanista y artística de la sociedad y la Editorial Universitaria:
tiene que haber una comunicación directa y eficaz. Sigamos el ejemplo de otras
Instituciones, donde lo mismo se encuentran desde Newton a Cervantes en sus
colecciones. Ciencia y Cultura, compañeros universitarios, son los dos hemisferios
del cerebro de nuestra Institución.
-
Promoción de la cultura y del arte en sus distintas manifestaciones. El
arte es, si me lo permiten, acaso la invención más original que hemos creado
como especie. Digo más: en épocas como la nuestra, ¡cuán necesario es el arte!,
pero especialmente la poesía (no sólo de la literatura, sino de la vida misma).
Trabajemos para fomentar la discusión y creación del trabajo artístico de
nuestra sociedad.
-
Educación para la salud: Uno de los aspectos que como universitarios a
veces pasamos inadvertidos es justamente la atención que tenemos con nuestro
cuerpo. Fomentaremos y difundiremos los programas de identificación de factores
de riesgo y su pronta y oportuna intervención en la comunidad. Asimismo, crear
conciencia sobre lo importante que es la buena nutrición y el deporte para
llevar una vida sana y equilibrada, será un objetivo prioritario.
-
Atención a grupos vulnerables y minoritarios: Si las Instituciones de
Educación Superior son de todos,
pero no están para todos,
tenemos un grave problema. Hay gente que debe de estar en la Universidad y no puede
estarlo, y tendremos que apoyarla para que lo logre. Por otra parte, la
vulnerabilidad académica tendrá que ser atendida con cursos remediales y de
preparación para materias con alto índice de reprobación. La atención a las
vulnerabilidades de género y de pertenencia a grupos minoritarios será también
prioridad institucional.
-
La Autonomía es un Valor y un Derecho, y debe de ser defendida de intereses
ajenos a la Institución. Autonomía Universitaria significa, en primer lugar,
tener un autogobierno con responsabilidad y congruencia social; pero también
significa tener una relación respetuosa y necesaria con todos los actores que
conforman nuestro entorno. Autoridades Federales, Estatales y Municipales, Sociedad
de Aguascalientes y de México: en esta Casa de Estudios ustedes encontrarán
apoyo, humildad, confianza, respeto, cordialidad, pluralidad, sensibilidad,
compromiso, congruencia, inclusión y diálogo.
No quiero dejar de mencionar otros asuntos
esenciales, como el desarrollo de habilidades sociales y de pensamiento
complejas; la creación de patentes; la Vinculación; la Universidad como un
referente local, nacional y en vías de consolidación de su reconocimiento
internacional; la sustentabilidad; la responsabilidad ética de cada persona; la
educación para el medio ambiente; el emprendimiento.
Cada punto que he señalado no debe entenderse como
una cuestión aislada. Para que una educación eficaz surta efecto tendrá que ser
integral y transversal. La equidad de género, por ejemplo, no puede ni debe
reducirse a un Comité o a una Teoría: tiene que vivirse en las aulas, en los
pasillos, en las cafeterías, en los Auditorios. Estos son algunos de los retos
que debemos atender, y será una prioridad de mi gestión estudiarlos y darles un
cauce justo.
Hace poco escuché a varios analistas mexicanos decir que el país está
viviendo el inicio de año más complejo del siglo XXI. Quien piense que nuestra
sociedad está enfrentando severos problemas políticos y económicos,
naturalmente estará en lo cierto, pero alcanzo a percibir una crisis mayor y de
naturaleza más compleja: una crisis moral.
Ante un escenario como éste, ¿qué es lo que ofrece la Universidad?. Lo
que aquí discutamos no va a detener la construcción del muro, pero podemos
construir puentes por donde transiten nuestros más preciados Valores.
Quiero finalizar como comencé: Agradeciendo. Reconozco y tengo en alto
aprecio a todas las Administraciones que me anteceden, desde la del Contador
Humberto Martínez de León, hasta la más reciente, la del Maestro Mario Andrade
Cervantes, porque considero que han sido positivas y que cada una ha dado nuevo
brillo a la institución. A los Rectores y a sus respectivos Equipos de Trabajo,
¡mi gratitud! A todas las personas que han hecho posible este Proyecto, por su
gentileza, esfuerzo y empeño, ¡gracias! A mi familia, desde luego, por su apoyo
y afecto, ¡muchas gracias!
Comunidad universitaria: Ser Rector es la distinción más grande que
puedo recibir. Soy consciente de la responsabilidad que conlleva ser el Rector
de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y sabré corresponder a la
confianza que han depositado en mí. Saber escuchar, y escuchar mucho, antes que
hablar, será una de las características de mi gestión. Sobra decir que en un
ámbito académico no valen las vaguedades, tampoco las mezquindades, sino los
argumentos, los valores, la honestidad y la justicia.
Con ello podemos ser noblemente partícipes de otra de las manifestaciones
más hermosas de la Vida: La conversación. Trabajemos en concordia para que a
los universitarios no se nos olvide nunca que estudiar no tiene sentido si no
hay otra persona con quien conversar. Conversar es otra forma de ser agradecido
con el otro, porque uno escucha y se siente escuchado. Aquí, por ejemplo, Ustedes
han tenido la amabilidad y paciencia de escucharme. Es mi turno y mi deber
escucharlos.
Agradezco su atención.
Se
Lumen Proferre
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