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Mercado Interno: El reto para el nuevo gobierno

Informalidad y salarios

Precarios, el nuevo reto

 


*Crece éxodo de trabajadores del campo  a la industria

El desafío es sostener alto crecimiento económico

 

Juan Manuel Rodríguez    (15/ago/16)

El tema de la política y la vocación económica del estado de Aguascalientes es, y debe seguir siendo el tema toral para todos los sectores de la sociedad, de ello depende su estabilidad social, eje del bienestar de las familias hidrocálidas.

Y ese interés debe acentuarse en este momento de transición en el que termina un período de espectacular crecimiento económico e inicia otro que, no obstante las ofertas y compromisos contraídos durante la campaña, como todo cambio, despierta inquietudes y sobresaltos respecto al porvenir.

Es explicable la conducta de la administración saliente al insistir, públicamente, en que es necesario no abandonar la ruta de la industrialización, persistir en un fomento educativo con incursión en el desarrollo de la tecnología de la información, no visto en decenios, y generación de empleos alcanzada en los últimos 5 años y medio.

Puede considerase justificable para quien ve un éxito corroborado en su administración, sin embargo, existen otras propuestas de la administración entrante que no podemos soslayar, particularmente    la diversificación de la industria para apoyar a la iniciativa privada local, el emprendedurismo, que desde luego han sido apoyados en esta administración (aunque, en nuestra opinión, no con el mismo empuje aplicado a la inversión extranjera trasnacional).

 

Y lo hemos señalado desde hace tiempo, al manifestar que vemos a “…la inversión local y nacional como pilar del desarrollo, donde la inversión extranjera, tan necesaria, sea complementaria del esfuerzo doméstico, de lo contrario estaremos apoyando un desarrollo supeditado a los vaivenes de las trasnacionales y convirtiendo a Aguascalientes, precisamente en un Pequeño Gigante…. pero con pies de barro” (J.M.Rodriguez, 9 dic 2013, www.mercadointerno.wordpress.com).

Aguascalientes logró, junto con otras entidades  del Bajío, convertirse en una ínsula excepcional para la industria manufacturera y su exportación, pilar de la endeble economía nacional, pero debemos observar el desarrollo local de la economía, donde, no obstante el apoyo tan formidable a la agroindustria, el anual reparto de implementos  agrícolas a la agricultura de subsistencia no ha podido impedir el éxodo de los trabajadores del campo, no digamos a los Estados Unidos, sino a la concentración industrial del Estado, por las empresas de Nissan-Mercedes Benz-Renault, porque el campo pareciera no ser ya una alternativa viable  para retener a los jóvenes.

La concentración económica se reveló cuando, ya en junio de 2014 el valor de la producción automotriz alcanzaba el 79 por ciento del total estatal (la manufacturera fue de 13 mil 490 millones de pesos en junio de ese año), y en segundo lugar la alimenticia, con 7 por ciento, y empezaba a vislumbrarse un incipiente éxodo de la zona rural y los servicios,  hacia la ciudad industrial (bajó sólo de 5.7 a 5.6 por ciento el empleo en el agro, aunque fue superior en los sevicios de 65.4 a 64.3 por ciento, aumentando la ocupación en el sector secundario,que pasó de 28.8 a 29.9 por ciento con casi 150 mil empleos).

No sorprenda pues, que ese ritmo se mantenga y que ahora en el segundo trimestre de este 2016, INEGI señale que la ocupación en el campo sea sólo de 4.4 por ciento de la población ocupada, los servicios sigan bajando su porcentaje de ocupación a sólo el 63.6 por ciento pero la industria suba al 31.7 por ciento. Aun los servicios y el comercio mantienen su tasa de ocupación casi con dos terceras partes de los empleos, pero la industria, con casi un tercio, sigue subiendo, generando mayores tasas de crecimiento laboral.

El lado oscuro de la luna sigue

siendo la informalidad laboral

 

La política industrial estatal ha logrado bajar sustancial y persistentemente las tasas de desocupación en el Estado, prácticamente como ninguna otra entidad del país lo ha hecho, medida en porcentajes; sin embargo,  el punto débil es la precariedad del empleo y los bajos salarios, que implican percepciones indecorosas para miles de trabajadores.

El discurso oficial federal se protege señalando que está aumentando el consumo, pero en parte es explicable por los millones de campesinos que por la reforma salinista al artículo 27 constitucional que desbarató al ejido, se fueron al norte  y ahora nos envían  unos 26 mil millones de dólares (convertidos en pesos es una derrama excepcional para las familias receptoras), y que da un respiro a nuestros estrategas de la política económica, quienes toda solución la ven en la deuda externa que embarga nuestra soberanía.

La verdad es que,  del millón 200 mil mexicanos que ingresaron al mercado del trabajo en el segundo trimestre de este año,  817 mil entraron a los micro negocios, en donde actualmente existen más de 20 millones de mexicanos, muchos de ellos en el sector informal.

Hay que reconocer que no es un problema particular de esta entidad, sino generalizado en todo el país, producto de una política heredada que ha sido aplicada desde hace más de 30 años, bajo el falso argumento de que el salario es inflacionario. Con simpleza se puede uno preguntar, por qué el ingreso del factor Trabajo es inflacionario y no el de la alta burocracia o el sector del Capital.

En el estado el 95.9 por ciento de la Población Economicamente Activa está ocupado,  a la que hay que sumar 2.5 por ciento de los ocupados que siguen buscando un segundo empleo para completar sus ingresos. Sin embarego de toda la población ocupada en Aguascalientes, el 22.9 por ciento, o sea más de la quinta parte está en el sector informal, en empresas familiares no registradas, que operan desde el hogar, pero si se suma el porcentaje de los empleados de la Informalidad ampliada, que incluye a la servidumbre en los hogares, a trabajadores agrícolas y a empleados de empresas formales y hasta del gobierno, pero que no tienen prestaciones ni seguridad social, el número de la informaqlidad global alcanza el  44.6 por ciento de todos los aguascalentenses con trabajo.

El de la informalidad es el sector al que hay que poner atención y, desde luego, a todo el sector laboral cuyas percepciones, aunque en Aguascalientes han estado incrementándose, lamentablemente son por lo general precarias.

El gran paso lo dio la actual administración, consiguiendo inversión extranjera y grandes plantas industriales, sin descuidar al sector  económico local, pero ahora es imprescindible dar el segundo paso, para atender a la industria tradicional aguastacalentense con mayor énfasis. Un reto para el nuevo gobierno.

www.mercadointerno.wordpress.com

 

 

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