Muy buenos días mi querida familia.
Hoy domingo XX del tiempo ordinario.
En la segunda lectura de este domingo leemos en la Carta a los hebreos: “Dejemos todo lo que nos estorba; librémonos del pecado que nos ata, para correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante, fija la mirada en Jesús, autor y consumador de nuestra fe”.
¿cómo dejar a un lado lo que nos estorba?, ¿cómo librarnos del pecado que nos ata?, ¿cómo correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante?
Tres pistas importante:
La primera pista es vivir con pasión y entusiasmo nuestros compromisos. Jesús utiliza un lenguaje que nos debe despertar de nuestra somnolencia: “He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!”.
Segunda pista “para poder correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante”. Se trata de la misericordia, que cambia las relaciones sociales y hace presente el Reino de Dios. Como nos hace falta ser misericordiosos con los demás siempre viendo sus errores, sin ver los nuestros, siempre enjuiciando a los demás como si nosotros fuéramos perfectos. Misericordiosos como el Padre.
Tercer pista para librarnos de lo que nos ata y correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Es el llamado a la fraternidad que nace de las entrañas del Evangelio: “Nosotros no queremos vencer el odio con más odio, vencer la violencia con más violencia, vencer el terror con más terror. Nuestra respuesta a este mundo en guerra tiene un nombre: se llama fraternidad, se llama hermandad, se llama comunión, se llama familia”. El odio, la avaricia de poder que nos ciega a reconocer nuestras derrotas, la violencia y el terror son instrumentos de muerte; la fraternidad y la comunión generan vida y liberan el corazón de los hombres. Y eso es lo que la sociedad necesita en estos momentos generar vida y esperanza.
Por último la cuarta pista para transformar las relaciones sociales y así librarnos del pecado que nos ata. Se trata de reconocer las diferencias y vivir aceptándonos unos y otros como somos. Con humildad debemos confesar que no sabemos navegar por las aguas de la diversidad. Que nos cuesta trabajo convivir con aquellos que piensan diferente a mí o son diferentes a mi.
En fin, en la Carta a los Hebreos se nos exhorta a dejar lo que nos estorba, a librarnos del pecado que nos ata y a correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Y los cuatro medios son: pasión y entusiasmo, misericordia, fraternidad y reconocimiento de la diversidad.
Buona domenica dell Signore. Dio con noi.
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