Hoy estamos en el VI domingo de Pascua.

“Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé”. Estos dos Apóstoles, rechazaban cualquier tipo de exigencia u obligación que pretendiera imponerse.
Estamos, pues, ante el primer conflicto que enfrentó a los cristianos. Es interesante destacar que esta tensión se produce entre dos grupos que están dentro de la Iglesia, que han respondido con generosidad al llamamiento del Señor. Esta situación se repetirá muchísimas veces en la historia de la Iglesia: sostienen diversas posiciones grupos que están dentro de la Iglesia, que la aman, que se sienten responsables de conservar la
fidelidad a la Tradición recibida.
A este conflicto se decide ir a consultar a los discípulos y presbíteros. Esta sabia decisión condujo al Concilio de Jerusalén, reunido hacia el año 49 DC. Así comienza la historia de los Concilios y los Sínodos, una maravillosa expresión del gobierno colegial de la Iglesia, que ha conocido momentos de esplendor tanto en Oriente como en Occidente, pues allí han madurado los grandes pronunciamientos de la Iglesia en cuanto a la doctrina, la moral, la disciplina eclesiástica y la acción pastoral.
El concilio resuelve no imponer más cargas a los paganos convertidos.
Mi querida familia, debemos ser respetuosos de las normas jurídicas, pues ellas establecen las reglas de juego para la convivencia social. El ordenamiento jurídico nos impide caer en la arbitrariedad y el caos. Ahora bien, la sociedad debe tener la sabiduría para modificar su ordenamiento jurídico, de manera que pueda resolver las situaciones nuevas que se van presentando, respetando siempre la mayoría y no que una minoría tenga la última palabra.
Buona domenica dell Signore. Dio con noi.
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