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Padre Gandhi El Primer Concilio de la Iglesia

Muy buenos días mi querida familia. 
Hoy estamos en el VI domingo de Pascua.

Hoy la primera lectura de los hechos de los Apóstoles, nos narra el primer concilio de la iglesia en Jerusalén. Este concilio fue motivado por el ímpetu evangelizador de los primeros cristianos que había superado las fronteras del entorno cultural judío, y la Buena Noticia de Jesucristo era proclamada a los paganos. Esta apertura suscitó malestar entre los judíos que se habían bautizado, quienes se sentían los herederos legítimos de la promesa. Pues cumplir con las exigencias de la ley judía era un pre requisito necesario para formar parte de la comunidad de los bautizados.

“Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé”. Estos dos Apóstoles, rechazaban cualquier tipo de exigencia u obligación que pretendiera imponerse.
Estamos, pues, ante el primer conflicto que enfrentó a los cristianos. Es interesante destacar que esta tensión se produce entre dos grupos que están dentro de la Iglesia, que han respondido con generosidad al llamamiento del Señor. Esta situación se repetirá muchísimas veces en la historia de la Iglesia: sostienen diversas posiciones grupos que están dentro de la Iglesia, que la aman, que se sienten responsables de conservar la
fidelidad a la Tradición recibida.

A este conflicto se decide ir a consultar a los discípulos y presbíteros. Esta sabia decisión condujo al Concilio de Jerusalén, reunido hacia el año 49 DC. Así comienza la historia de los Concilios y los Sínodos, una maravillosa expresión del gobierno colegial de la Iglesia, que ha conocido momentos de esplendor tanto en Oriente como en Occidente, pues allí han madurado los grandes pronunciamientos de la Iglesia en cuanto a la doctrina, la moral, la disciplina eclesiástica y la acción pastoral.

El concilio resuelve no imponer más cargas a los paganos convertidos. 

Mi querida familia, debemos ser respetuosos de las normas jurídicas, pues ellas establecen las reglas de juego para la convivencia social. El ordenamiento jurídico nos impide caer en la arbitrariedad y el caos. Ahora bien, la sociedad debe tener la sabiduría para modificar su ordenamiento jurídico, de manera que pueda resolver las situaciones nuevas que se van presentando, respetando siempre la mayoría y no que una minoría tenga la última palabra.
Buona domenica dell Signore. Dio con noi.

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