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Mercado Interno Elevado gasto público

REDUCIR EL GASTO,
OBLIGADO; SUBIÓ
A 27.1% DEL  PIB

*Ajuste se prolongaría dos años más: expertos
*Sin más ingreso al trabajador, seguirá pobreza

Juan Manuel Rodríguez   (22 feb 16)

Al inicio de la actual administración federal, el primer motivo digno de presumir fue que, por primera vez en muchos sexenios, se había dado una transmisión del poder pacífica y sin los habituales  temblores económicos, con devaluaciones a que nos habían acostumbrado las herencias de Echeverría, López Portillo, De la Madrid, no digamos Salinas de Gortari, etc. O crisis políticas de la docena panista que terminó en baño de sangre.

Ahora el motivo de jactancia oficial es que el crecimiento que siempre se ha considerado mediocre, de alrededor de 2.5 por ciento del PIB, es ahora el non plus ultra de los países de América Latina, muchos de los cuales están en franca recesión, e incluso superamos a algunas de las potencias desarrolladas, pues… en el país de los ciegos…

Lo que no advertimos, es que este sexenio no esperaría la transición para entregarnos el panorama desolador con peores condiciones económicas, con funestas devaluaciones, enorme deuda externa, la excepción afortunadamente una bajísima inflación  --que ya empieza a desbocarse--  y un déficit que haría revolcar en su tumba a don Rodrigo Gómez o a Antonio Ortiz Mena, cerebros del milagro mexicano del “desarrollo estabilizador”.

Al término de este sexenio, se teme que la evaluación rebasará la de otros regímenes anteriores porque “la reducción de 0.6 % del PIB anunciada tendría que verse como la primera de un programa que probablemente tenga que durar un par de años” y quizá se requiere un ajuste fiscal sustancial y más aumentos de tasas de Banco de México (Rogelio Ramírez de la O., analista económico, El Universal, 18 feb 2016).

Este mismo analista afirma que reducir el gasto es la única opción pues la desaceleración en EU  debilitará la demanda externa, más impuestos debilitarían la demanda interna y el reajuste debe recaer en el “excedido” gasto público que pasó, “más de lo deseable”, de 19.2 % del PIB en el 2000 a 25.1% en 2012 y hasta a 27.1% el año pasado.

Aumenta inversión transnacional
por el bajo costo laboral en México

Ciertamente existe incertidumbre financiera global, un desplome de petroprecios producto de un provocado excesivos inventarios del crudo, y aún así, somos entre los países de América Latina (algunos con depreciaciones), el único que crece cuando menos al 2.5 por ciento, pero no debemos soslayar el efecto de una política económica interna que abandonó a nuestra industria y mercado domésticos para entregarse más a la inversión extranjera, capital trasnacional que gustoso viene a gozar de un ejército de mano de obra calificada, pero realmente explotada, un mercado laboral de bajísimo costo, como el que sufrió China en su arranque industrial que fomentó Deng Xiao Ping hace casi 4 décadas y que ahora las trasnacionales abandonan porque hay países con un costo muy bajo, como México.

Si los salarios en México se han mantenido durante 30 años criminalmente (Rosa Albino Garabito, dixit) estancados y con una pérdida de poder adquisitivo de más del 70 por ciento, con aumentos insultantes de poco más de 2 pesos por año en el salario mínimo (alrededor del 60 por ciento de los trabajadores registrados en el IMSS, ganan entre 2 y 3 salarios mínimos), con la brutal devaluación registrada recientemente el salario quedó por los suelos.

Estudio reciente revela que una familia de 4 miembros requiere unos 240 pesos diarios sólo para alimentos, los cual significa 7 mil 200 pesos al mes, cuando el mínimo, ahora de 73.04 pesos, significa que la gran mayoría de los trabajadores gana entre 4 mil 500 y 6 mil 500 pesos mensuales, insuficientes siquiera para la canasta básica que ahora se ha incrementado al grado que un trabajador ya no puede llevar la inalcanzable carne a su hogar… y no es por la cuaresma.

Este fin de semana Gonzalo Hernández Licona, secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), durante una reunión con integrantes de la Comisión de Desarrollo Social, dijo que no se podrá abatir la pobreza mientras no exista un ingreso real al alza de los trabajadores, porque en los recientes 20 años la capacidad de compra de los mexicanos no ha crecido “prácticamente nada”.

Además, de 1950 a 2014, indicó, México ha registrado un crecimiento económico per cápita de sólo 2 por ciento anual y difícilmente se podrá mejorar el nivel de vida si continuamos con esos porcentajes.






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