Agradecidos con Dios por la visita del santo Padre Francisco, ahora a poner en práctica todas sus enseñanzas.
La liturgia de este segundo Domingo de Cuaresma tiene como elemento central la Transfiguración del Señor, que es una solemne manifestación de la gloria de Dios y una confirmación de la identidad de Jesucristo y de la misión que le ha confiado el Padre: “Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo”.
Esta Transfiguración es una anticipación de la gloria que le espera cuando haya resucitado de entre los muertos.
La presencia de Moisés y Elías tiene un profundo significado pues muestra a Jesucristo como la plenitud de la Ley y los Profetas.
En medio de una densa nube, se escucha una voz que afirma: “Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo”. Es una confirmación de la identidad de Jesucristo como Hijo eterno de Dios encarnado, y cuya misión es revelar el misterio de Dios a través de sus enseñanzas, milagros y su Pascua.
Tomemos en serio este tiempo de la Cuaresma. Acompañemos a Jesús en su camino hacia Jerusalén, donde llevará a cabo el máximo gesto de amor, que será entregar su vida por nosotros.
Buona domenica dell Signore. Dio con noi.
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