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El brindis de un bohemio Fco. Javier Ramos Rivera

¡Caray, no dije nada.
Ni siquiera un chiste para acreditar buen estado
 de ánimo en el inicio de año?
Está bien, ahí va uno corto y ad hoc:

brindo por la mujer... por esa, la que amenaza
con pegarme si no lavo los trastes
-expresó así el bohemio inspirado, con grave acento-.

Y, ¿te pega? preguntó el bohemio de la tristeza
claro que no, contestó el interpelado
y, cómo le haces? - quiso enterarse
el bohemio de la esperanza.

Muy fácil, respondió el de los trastes ...los lavo de inmediato.
y así continuaron, entre el humo de cigarros y el olor a detergente.

Bueno, para empezar el año, ya tienen
 la receta para evitar los golpes:
hagan rápido el quehacer
al fin que, como decía mi vecino,
es solo cuestión de práctica.
No anden después diciendo que se tropezaron.


Acabo de escuchar, como por milésima
vez, el brindis del bohemio,
esa poesía propia de este tiempo de final
de año y de buenos propósitos.

Como siempre, me impresionan esas que
en el mismo se llaman palabras vanas
y que son de gran contenido e intensos sentimientos:
de la mujer, la esperanza, la tristeza
y en especial de las madres
de una rima sobrada, medida
extraordinaria y adecuada extensión.

Mientras encuentro una pizca de inspiración que se le parezca
aprovecho el conducto para desearles que tengan buen año.
de propósitos, de realidades, de acciones y de resultados;
de vivencias buenas y de muchas y grandes emociones.


francisco Javier ramos rivera

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