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Los Universitarios Sergio Candelas Villalba

Los universitarios

En apoyo a Sergio Candelas Villalba

(De izq.a der: Héctor de León,Joselito Adame, Juan Manuel Rodríguez y Sergio Candelas V.)




Héctor de León

Sergio, antes que un periodista excelente y acucioso investigador, es un hombre bueno. Amigo honesto, franco, abierto y leal a más no poder, y de ello pueden dar prueba sus amigos verdaderos y un sinnúmero de personas que le han tratado, primordialmente en el periodismo y en el servicio público. A lo largo de su carrera ha recibido una serie de reconocimientos, pero el más valioso, es el de ganar más amigos que fortuna. Después de una larguísima trayectoria profesional, cubriendo muy de cerca las administraciones presidenciales, desde la última etapa de Gustavo Díaz Ordaz, el maratónico gobierno de Luis Echeverría, la desconcertante presidencia de José López Portillo o el tibio gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, sin dejar de lado sus servicios eficientes con los gobiernos estatales zacatecanos de Guadalupe Cervantes Corona, Genaro Borrego Estada o del aguascalentense Rodolfo Landeros Gallegos, carrera exitosa le ha llevado a una virtuosa vida que avala su honestidad. Hoy Sergio, dentro de su modestia y lo digo en voz baja, necesita de los amigos para hacer frente a una enfermedad que le aqueja desde hace dos meses y medio. Como en otra ocasión, Sergio se puede doblar pero no se quiebra.

La vida nos depara sorpresas insospechadas o nos lleva por caminos de difícil tránsito. Sergio, en sus casi ocho décadas -que a diario agradece al Señor-, ha gozado y ha tenido grandes satisfacciones en su vida familiar y en su profesión. Con discreción, atrás de los grandes escenarios, ha cumplido a cabalidad con lo que le apasiona y lo que más le enorgullece: el periodismo. A regañadientes se incorporó al servicio público por muchos años, en donde uno de sus mejores maestros lo fue el inolvidable “Güero” Landeros, al tiempo en que tejía con finura las intrincadas redes de lo que representa el despliegue de las áreas de comunicación y relaciones públicas, en las que Sergio es un experto. Como periodista fraguado en las grandes batallas del diarismo de antaño, no ha dejado, ni remotamente, el oportuno análisis de lo que pregonan los distintos medios de comunicación y, obligadamente, las pautas que ahora marcan las redes sociales. Su criterio único ha sido lo que le dicta la conciencia y el pleno uso de lo que representa la libertad de expresión, lo que lógicamente cala en el sentir de políticos, sobre todo de aquellos de reciente cuño, que han sido forjados en la inmediatez de los hornos de microondas, que no entienden que el servicio a los demás es una de las misiones supremas que tienen encomendados los seres humanos.

A Sergio se le ha atravesado, momentáneamente, un padecimiento del que no se conoce su origen, y es por ello que reclama la atención y los cuidados de los servicios médicos. El ISSSTE es el que le queda al alcance de su modesta pensión que tiene, pero su confianza también la ha depositado en la atención en este régimen de seguridad social porque también comparte con Juan Pueblo. Esperamos que Sergio recobre pronto la salud de ese padecimiento que no le limita su pensamiento bondadoso y crítico por tener un México mejor.

Pronto lo veremos como aquel 19 de noviembre del año pasado, cuando en su tierra, Zacatecas, presentaba exitosamente una nueva reedición de su libro “La batalla de Zacatecas”, en aquella noche esplendorosa, bajo el cobijo de un hermoso cielo estrellado, rodeado de familiares y amigos que le llevaron, plácidamente, horas de firmar libros. Como ese día, luego de tantos éxitos, nos espera otro buen brindis por la vida. ¡Ánimo, Sergio, los amigos estamos contigo! (hmdeleon@terra.com.mx)

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