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Los universitarios País pobre; pobres trabajadores



Héctor de León



Para el maestro Octavio Maza
 y congresistas de la AMET

Todos los días en la Universidad Autónoma de Aguascalientes acontecen hechos extraordinarios. Una pléyade de sucesos en investigaciones, nuevas propuestas académicas, resolución de problemas, así sean teóricos, en fin, una serie de cuestionamientos que nos hacen pensar y reflexionar, por ejemplo, lo que sucede en México en materia laboral. Es importante que un investigador venga aquí, y grite a los cuatro vientos, que el salario mínimo ha caído en un 75 por ciento, y que el sistema neoliberal nomás no funciona; que el trabajo informal ha crecido a un ritmo desproporcionado que ahora comprende al 60 por ciento de la población laboral. En fin, que habrá que tener las antenas bien puestas y los ojos bien abiertos para conocer lo que acontece en la Universidad, y que funcione como una especie de laboratorio, para luego llevar las enseñanzas a la práctica en nuestro Aguascalientes o en nuestro México, tan ayunos de progreso.

Una referencia de lo que digo. El pasado miércoles estuvo en la UAA don Enrique de la Garza, a quien se identifica como el  gurú de la sociología del trabajo. El profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana sustentó una conferencia magistral en el marco del IX Congreso Nacional de la Asociación Mexicana de Estudios del Trabajo  (AMET).

A manera de síntesis, por cuestiones de espacio, el investigador recalcó que las estructuras de la producción laboral están siendo dañadas con el sistema neoliberal que se está manejando en el país. A partir de los años 90 existe la flexibilidad salarial donde se prescinde de los contratos y de los procesos de trabajo. “Esta flexibilidad es unilateral, es decir, la gerencia decide y el sindicato acepta. Esto no es gratuito, está relacionado con el fenómeno que todavía está profundamente presente en México: el corporativismo sindical, es decir, neoliberalismo con corporativismo”.

Declaró que dicen los neoliberales que hay que esperarse un “poquito” para que este país avance, pero el “poquito” ya fueron 25 años, entonces ya no es tan “poquito”. Vino entonces el grito fuerte que puso a temblar a los congresistas: “La caída salarial es salvaje en este país. De 1990 a la fecha, y no estoy descubriendo ningún hilo negro, el salario mínimo real en este país cayó 75 por ciento. Esto quiere decir, ¿que nos esperemos otro “poquito” a que caiga 95 por ciento? ¿Qué es lo que sucede con este neoliberalismo? El crecimiento del producto interno bruto (PIB) es sumamente bajo y el crecimiento de la producción también es lamentable, entonces si yo encuentro como investigador del trabajo una empresa que funciona muy bien, que es de peluche, pues qué bueno, pero no es lo que sucede en la generalidad de este país”. En México tenemos grandes ejemplos de empresas de peluche, y todas son trasnacionales, remató.

A grito abierto –disimulado- desenmascaró que el sector informal en México abarca casi el 60% de la población en edad de trabajar, entonces, se preguntó, ¿qué pasa? “Se trata  de que en México tenemos un modelo económico fallido, y eso es lo que algunos de nuestros colegas y gente de gobierno no quiere reconocer, estamos frente a un modelo fallido. Están buscándole tres pies al gato, es decir, buscando empresas de lujo, que funcionen muy bonito pero que finalmente dañan a la economía de un país y de los trabajadores”. Sin comentarios… Bueno, lo último: cierto, en la Universidad acontecen a diario hechos extraordinarios. (hmdeleon@terra.com.mx)

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