
mi querida familia.
En el evangelio de este domingo, encontramos la escena de un fuerte debate entre Jesús y los fariseos.
El punto neurálgico es la coherencia entre lo que dicen y hacen, entre la fe que profesan y el estilo de vida que llevan.
Los fariseos expresaban su religiosidad a través del cumplimiento externo de las normas; para ellos, lo más importante era cumplir las formalidades externas y en eso eran muy exigentes. Sin embargo, descuidaban lo que era más importante, es decir, la conversión del corazón y la adhesión a Yahvé que debía expresarse en unos valores éticos de justicia y solidaridad.
Jesús los denuncia sin contemplaciones: “Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres”.
La auténtica fe en Dios exige una coherencia entre lo que confesamos con los labios y el estilo de vida que llevamos. Lo importante no es aparentar cumplir sino expresar la fidelidad a Dios a través del testimonio de una vida coherente con los valores del Evangelio.
Buona domenica dell Signore. Dio con noi.
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