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Para entender la Constitución: Diputado Méndez Noriega

Pronunciamiento a cargo del Diputado Juan Manuel Méndez Noriega, del PRI, ayer, en el Congreso del Estado, en la sesión  que coincidió con el aniversario 98 de la promulgación de nuestra Carta Magna. 

 

"Hoy conmemoramos el aniversario número 98 de la Constitución de 1917, ocasión que nos hermana para transitar con voluntad en la ruta hacia el futuro. 

 

El proyecto nacional mexicano se sustenta en la Constitución de 1917, que encarnó la doctrina revolucionaria de que el bienestar común tiene precedencia sobre los derechos individuales.

 

Este proyecto tiene hondas raíces.  Es pertinente aquí recordar al precursor  de la idea de la independencia y de la Constitución Mexicana, a Francisco  Primo de Verdad y Ramos (1760-1808) quien, con una amplia formación académica, participaba entonces en la discusión de estos temas, y, ante la abdicación de la monarquía española como consecuencia de la invasión napoleónica a la península, rescató el principio por el cual la soberanía reside esencialmente en el pueblo, con los que afrontó a las autoridades coloniales españolas. Por sus labores y empeños fue encerrado en las celdas del arzobispado de México, donde murió.

 

Hasta la actualidad, México ha tenido 9 instrumentos constitucionales. Ha sido gobernado por una regencia, una junta provisional, dos imperios, un supremo poder conservador, y 84 presidentes.  Los textos constitucionales son: el Decreto o Proclama de Miguel Hidalgo de 1810; la Constitución de Apatzingán, de 1813; el   Reglamento   Provisional del   Imperio   Mexicano, entre 1822 y 1823; la Constitución de 1824; la Constitución de 1836; las "Bases Orgánicas" de 1843; el "Acta de Reformas" de 1847; la Constitución de 1857; y la Constitución de 1917.        

 

Entre ellas, destacan las Constituciones de 1857 y 1917.  La primera, impulsada por Benito Juárez, fue redactada por un Congreso dominado por liberales moderados, y promulgada el 5 de Febrero de 1857, en presencia del histórico líder liberal y ex presidente Valentín Gómez Farías. La Constitución, luego de medio siglo de confrontaciones, estableció en definitiva una República de ciudadanos en lugar de una sociedad de siervos como lo fue la Colonial, así consignó los derechos individuales del hombre, además de velar por una República Federal, Democrática, y Representativa.

 

Vigente durante 50 años, bajo la Constitución de 1857, si bien se incorporaron los principios del liberalismo del Siglo XIX, falló en no ocuparse del grave problema de la desigualdad social, herencia directa del Virreinato, así como de los indios desheredados y promover su incorporación a la vida nacional.

 

El Siglo XX comenzó en México con la Revolución Mexicana de 1910, que puso fin al inmovilismo de la política del Porfiriato, y generó la movilidad social y los factores de cambio que condujeron a la promulgación de la Constitución de 1917, que a su vez fue el punto culminante de la Revolución.

 

En su carácter de Primer Jefe del Ejército Constitucional, en Diciembre de 1916 Venustiano Carranza convocó al Congreso Constituyente, que se llevó a cabo en el Teatro de la República, de la ciudad de Querétaro.  Éste contó con la representación de diputados de todos los estados y territorios del país, con excepción de Campeche  y Quintana Roo.

 

La Constitución Mexicana fue el resultado de un largo proceso de luchas internas y externas, que condujeron finalmente a la libertad y a la independencia, definieron la soberanía y la autodeterminación, y sentaron las bases para el actual sistema democrático y plural.  Postulaba nociones de justicia social y económica, proclamaba la primacía del Estado sobre la religión organizada, garantizaba los derechos de los sindicatos, y establecía el derecho inalienable del gobierno sobre el territorio y el subsuelo de la nación.

 

En el Congreso Constituyente se manifestaron tres tendencias principales: la de los carrancistas, o "renovadores," con personajes como Luis Manuel Rojas, José Natividad Macías, Alfonso Cravioto y Félix F. Palavicini; los "protagonistas," o "radicales," con líderes como Heriberto Jara, Francisco J. Múgica, Luis G. Monzón; y los independientes.

 

En la Constitución de 1917, el concepto de "derechos humanos" incorporado a la Constitución de 1857, se convirtió en "garantías individuales." Fue la primera en el mundo en declarar y proteger las "garantías sociales," que consignan el derecho de los ciudadanos para llevar una existencia digna, y el deber del Estado de asegurar que así se cumpla,   con cuya inclusión se cubrían  también las garantías individuales.

 

Esta Constitución  no surgió  como una reforma a la de 1857, aunque de ella haya heredado los principios básicos, sino como una nueva Constitución, más fuerte que recogió los ideales revolucionarios del pueblo mexicano, les dio forma y sentó las bases para la creación de instituciones que los realizaran en la vida futura del país.

 

Fue aprobada por los constituyentes con el apoyo de los grupos radicales, y en contra de la opinión de Carranza, que tan solo pretendía confirmar la vigencia de la Constitución de 1857  Coadyuvaron con este propósito ideólogos tales como el General Francisco Múgica, que creía en las reformas agraria y laboral, y Andrés Molina Enríquez, padre intelectual de la revuelta agraria; ambos elaboraron artículos importantes del documento. La nueva Constitución encarnaba la doctrina revolucionaria de que el bienestar colectivo y el desarrollo social tienen precedencia sobre los derechos individuales. 

 

La Constitución, promulgada el 5 de Febrero de 1917, fue singular en su desviación radical de los modelos liberales-democráticos del Siglo XVIII. Los Artículos 3º, 25º, 27º, 123º  y 130º definieron el nuevo proyecto nacional.  Así, la nación pasó del liberalismo individualista al liberalismo social.

 

La Constitución de 1917 fue el punto de partida de la institucionalización de la Revolución Mexicana y así convertirla en leyes, políticas de Estado y políticas públicas para la modernización de México. 

 

Desde su promulgación a la fecha, la Constitución de 1917 ha experimentado 558 reformas o enmiendas, adaptándose a las necesidades de cada momento histórico.  Durante el actual gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, la Constitución ha sido modificada 6 veces, con el objetivo de aprobar legalmente las reformas estructurales que lo han caracterizado. Los principales temas han sido: energía; educación; telecomunicaciones; política; hacendario; y financiero.  Pero, a pesar del número elevado de enmiendas, es factible afirmar que la Constitución de 1917 conserva, en buena medida, su espíritu original. 

 

El Constituyente de Querétaro agrupó principios, tendencias, valores e intereses.  Toda la Revolución estuvo allí, con el propósito de construir una nación guiada por el derecho, de formular un proyecto nacional al calor del debate democrático, es conciencia crítica y normativa en el tiempo.  La Revolución se serenó para darse su Constitución.  En palabras del insigne patriota Mariano Otero (1817-1850), se fincó en:

 

"El establecimiento de un orden equitativo y justo, en que la libertad sustituya un día completamente a la servidumbre.  Surge al aliento de los hombres de la Revolución, de la presencia popular, de hombres surgidos de la entraña misma del pueblo, imbuidos de la experiencia nacional, honestos y fundamentalmente resueltos a dar a México un nuevo y más avanzado proyecto nacional."   

 

Ante las viejas y nuevas acechanzas, desde afuera y adentro, el proyecto histórico del Constituyente de Querétaro mantiene respuestas claras, enérgicas y eficaces.  En él, el pueblo, la nación, se expresan de manera plural, crítica, digna y deliberante.

 

Hoy la vigencia de nuestra Carta Magna se demuestra en la solidez de las instituciones, que se derivan de los insoslayables avances que han promovido y concretado los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional  (PRI), que es el Partido emanado de la Revolución de 1910: en educación, salud, trabajo, el agro e infraestructura. Esta trayectoria del partido orgánico de la Revolución Mexicana se ha fortalecido y enriquecido con la institucionalización de la  pluralidad política, la alternancia democrática y el reconocimiento pleno de los derechos humanos y sociales como vértice y principio de la estructuración de la República.

 

Somos un pueblo que avanza, al amparo de su ley fundamental, con rumbo cierto y liderazgo firme, que preserva y profundiza la unidad esencial de los mexicanos, para garantizar la continuidad histórica de una nación justa, democrática y soberana.

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