Construir, cuesta
Héctor de León
Fue el 30 de marzo de 1979 cuando en sesión ordinaria del Consejo Universitario se dio el acuerdo unánime de aprobar tres nuevas licenciaturas para la Universidad Autónoma de Aguascalientes: Derecho, Optometría y Salud Pública. Planear, construir, programar, en suma, crear una licenciatura para una entidad como Aguascalientes, no era un asunto sencillo, sobre todo cuando apenas se tenía una experiencia universitaria de unos pocos años –seis años en el caso de las referidas profesiones-. Desde luego que las expectativas de las nuevas profesiones eran muy diferentes: la licenciatura en Derecho era una de las opciones de estudio más esperadas por los estudiantes, y qué decir del grupo de abogados que aquí competían en el ejercicio profesional, cuando la gran mayoría ya se veían como docentes de los primeros cuadros que habrían de incursionar en un mercado de suyo complicado por el número de profesionistas que para ese entonces había en la ciudad, porque no era común que se pensara en el establecimiento abogados de los municipios locales o en las poblaciones de las entidades vecinas, máxime que se le dio el sello, como era de preverse, que sería una licenciatura de una alta demanda y por lo mismo, su ingreso quedaría limitado a los egresados del Estado y los municipios de la zona de influencia.
Dos personajes, para decirlo pronto, fueron los puntales de la creación de la licenciatura en Derecho: don Alfonso Pérez Romo, que figuraba en ese tiempo como el segundo rector de la UAA, y don Efrén González Cuéllar, que siempre soñó que la carrera debería de ser una de las primeras que surgieran en la Universidad, sin embargo, las primeras licenciaturas de la institución llevaban un proceso de maduración o desarrollo, como la semilla que se selecciona, se le siembra y se le cuida con esmero.
Aquella tarde de su aprobación, el rector apuntaba, con bastante lógica, que la vida humana transcurre inmersa en un cúmulo de relaciones jurídicas. Desde comprar un producto, ir al cine, transportarse en un vehículo, inscribirse en una escuela, casarse, tener hijos, y hasta el morirse, tienen siempre un espectro regulado por las leyes. Yo agregaría que en este mundo que hemos creado, nosotros mismos lo hemos hecho tan complejo, que nos hemos echado a la tarea de darnos normas y leyes, que pocos cumplen, pero que todos quisiéramos darles la vuelta para alcanzar los mayores beneficios personales. En fin, la licenciatura de Derecho, desde su nacimiento comenzó a brillar en la Universidad como un sol, y como en el caso de otros profesionistas de las más diversas ciencias, su formación se ha dado como en las mejores universidades de México, pero en donde sobresalen los empeños y los esfuerzos propios de los futuros profesionistas. ¡Queda mucho por hablar de esta hermosa licenciatura, como las demás que dominan el espectro académico de la UAA! (hmdeleon@terra.com.mx)
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