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En la Opinión de Mario Mora Legaspi 🖊️


Los periodistas de ayer (LXXXVII)

Llegamos a la última parte de los textos dedicados a rendir homenaje póstumo al periodista, escritor y poeta don José Arteaga Pedroza.

El 4 de junio de 2010 el Congreso del Estado le rindió un homenaje póstumo por su trayectoria, en ese acto el diputado Gallegos entregó una placa a su esposa e hijas.

Ese mismo día, el 4 de junio, EL SOL DEL CENTRO publicó la trayectoria de don José Arteaga Pedroza.

Asimismo, en 1975 puso la primera piedra de la Casa del Periodista junto con el gobernador de ese entonces, J. Refugio Esparza Reyes. Fue la culminación de un viejo sueño que se le hizo realidad a los periodistas independientes y don José fungía como tal, además de ser director de III Mundo y primer presidente de la preciada Unión de Periodistas Independientes.

En el caso de los periodistas que trabajan en medios de comunicación cotidianos o diarios, lamentablemente este proyecto no se ha podido realizar debido al poco interés del gremio, donde la verdad de las cosas reina el egocentrismo y existe poca solidaridad entre los integrantes del gremio, pues todos y todas, casi sin excepción, nos sentimos hechos a mano, los non plus ultra, los mejores. Está malo decirlo, pero es la pura verdad, es una autocrítica realizada desde la sinceridad y sin hipocresía.

Los periodistas e informadores deberíamos ser más humildades entre nosotros mismos, pero desgraciadamente no lo somos, al menos en Aguascalientes.

Muchas son las facetas en las que se desarrolló con éxito nuestro personaje: poesía, periodista, compositor, cantante, escritor, dibujante y orador.

En oratoria destacó de manera brillante, con “Héroe de Nacozari, Nuestra Carta Magna”, (1954), “Bandera del Batallón Ligero de Aguascalientes” (24 de febrero de 1956), “Elogio de la Reina de las Flores” (1955), “Elogio a la Reina de León” (1957), “Génesis de la Carta Magna” (1958), “El Padre Juárez” (1962), “Congreso Nacional Periodístico” (1972), “Día de la Libertad de Expresión” (1976), “Manifiesto de Paz América” (1977), Frente a la Estatua del Apóstol de la Revolución: Francisco I. Madero, “Congreso Nacional de Periodistas y Escritores”, Valle de Santiago, Guanajuato. (1981), “IX Congreso Nacional de Periodistas Revolucionarios Unidos” con sede en Aguascalientes (1982) y (1984) en el gobierno de Rodolfo Landeros Gallegos, exedra de la Plaza de la Patria.

Cabe señalar que el gobernador Rodolfo Landeros Gallegos, durante su sexenio, fue un gran protector del gremio periodístico, porque formó parte de sus filas. Poca gente sabe que Landeros Gallegos (Q EPD) se formó como reportero en EL SOL DEL CENTRO y comenzó en la sección deportiva.

Pero este punto podría ser tema de otro artículo.

Hasta aquí la vida y obra de don José Arteaga Pedroza, cuyas hijas, hijos, nietas, nietos y demás familiares, lo recuerdan con cariño y reconocen su valía y todo el legado que dejo a través de su vasta obra literaria y periodística.

Desgraciadamente las actuales generaciones de informadores ni siquiera tienen conocimiento de quiénes fueron sus antecesores, los que abrieron brecha en este largo y fatigoso camino de informar a la opinión pública.

Estamos en vísperas de Nochebuena y también de la Navidad, no me queda -y perdón por hablar en primera persona- más que desearles a todos ustedes, amables lectores, que tengan felices fiestas.

Deseo sinceramente que tengan mucha salud y bienestar al lado de sus familiares y amistades.

Este año ha sido de muchos contrastes, como todos, con problemas, alegrías y tristezas. En el caso del medio periodístico hemos sufrido lamentables pérdidas, pero la vida es así, todo lo que principia llega tarde o temprano a su fin.

En mi caso particular el fallecimiento de Salvador Rodríguez López, colega, amigo entrañable y feroz competidor, me ha dejado un hondo pesar y un velo de tristeza. Su muerte registrada apenas en noviembre pasado causó mucha consternación entre los colegas.

Realmente nadie esperaba su deceso, estaba enfermo, pero completamente lúcido y hasta hacía sus clásicas bromas con quien esto escribe, porque siempre nos llevamos así, era un toma y daca, casi sin cesar.

Su partida dejó un gran hueco, no se diga en la redacción de su amado diario El Heraldo de Aguascalientes, al que le fue fiel hasta el último día.

¡Chava un largo abrazo hasta la eternidad!

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