Los periodistas de ayer (LXXIII)
Llegamos a la parte final de la vida profesional de nuestro amigo y colega Horacio Mauricio Dávila Villaseca, quien se distinguió como reportero de radio y televisión, además por sus conocimientos académicos ha ocupado diversos cargos como ejecutivo y asesor en materia financiera y empresarial. Y consejero electoral en diversas etapas.
Horacio es un periodista que nunca ha dejado de serlo. Más allá de los cargos y las instituciones, lo que define a Dávila Villaseca es una esencia perdurable: la mirada del periodista. Esa curiosidad incansable, ese afán por informar, por explicar, por tender puentes entre las fuentes de poder y la ciudadanía, entre las empresas y sus mercados, entre las instituciones y sus beneficiarios.
Esa vocación de ser el enlace, el intérprete, el que da la voz y sentido a la complejidad, ha sido el faro constante que ha guiado cada paso de su diversa y fructífera trayectoria. En Horacio Mauricio palpita el testigo comprometido de la historia reciente, el ciudadano activo que cimentó instituciones, y el estratega sabio que hoy comparte su experiencia para seguir construyendo, desde Aguascalientes, un futuro más conectado, más informado y más democrático.
Su vida es un testimonio elocuente de que servir a la comunidad puede adoptar muchas formas, todas ellas vitales, todas ellas unidas por el hilo dorado de la comunicación y el compromiso.
Actualmente Horacio Mauricio Dávila Villaseca comparte sus conocimientos en distintos frentes. Es catedrático de la nueva Universidad Santa Fe, que se distingue por su elevada calidad académica y en varios organismos empresariales y financieros como asesor.
No se ha desligado de los medios de comunicación, pues si bien ya no es reportero activo, es decir, de los que buscan la nota diaria para su respectivo medio o publicación, emite su opinión siempre bien fundamentada al público radioescucha.
En efecto, Horacio forma parte del equipo de opinión del nuevo consorcio radiofónico MásQueRadio, fundado hace pocos años por el también periodista Eduardo González Jiménez, que posee tres estaciones, dos de ellas con sede en esta entidad y una tercera en la vecina ciudad de León, Gto.
Las emisoras de aquí son la 90.1 y la 107.3, la primera con sede en esta ciudad capital y la segunda en el municipio de Calvillo, cada una con programación distinta, pero que se enlazan para los noticiarios y los cortes informativos de cada hora.
Participa con su aportación editorial cada viernes poco antes de las ocho de la mañana, en el programa informativo que habitualmente conduce Juan Carlos Cruz, aunque la semana anterior estuvo al frente el periodista Luis Antonio Salazar debido a que Juan Carlos estaba enfermo. Por lo regular, Luis Antonio conduce el noticiario del mediodía, de lunes a viernes.
Le deseamos a Horacio Mauricio Dávila Villaseca que continúe por el camino del éxito.
Ahora nos vamos a referir a un periodista que estuvo solamente algunos años en activo, pues no se conformó por ser siempre reportero, sino que cursó otra carrera profesional, en este caso, la de abogado y al titularse optó por litigar y abandonar el ámbito reporteril.
Recordamos con agrado a Javier Ortiz Rico, quien prestó sus servicios como reportero de la sección local del periódico El Heraldo de Aguascalientes.
Javier es hermano del finado Luis Ortiz Rico, quien por espacio de dos décadas, quizá más, fungió como jefe de redacción de EL SOL DEL CENTRO.
Fue un reportero sagaz y quisquilloso, muy jovial y siempre con la sonrisa a flor de labio. A la par que se desempeñaba como reportero, bajo las órdenes del gran periodista don Leandro Martínez Bernal, quien por muchísimos años fue director gerente de El Heraldo de Aguascalientes, cursaba la carrera de abogado pues su sueño era convertirse en profesional del Derecho.
Trabajó con ahínco y portó con orgullo la camiseta de su medio de comunicación, no obstante que su hermano mayor Luis era alto ejecutivo del principal diario competidor: EL SOL DEL CENTRO.
En aquellos años era más reñida la competencia y el celo que había entre El Heraldo y EL SOL, pero la rivalidad no llegaba a la enemistad ni tampoco a agresiones. La competencia era leal en términos generales por las notas exclusivas.
Esta competencia arrojaba siempre buenos dividendos para ambos bandos, todo en beneficio del público lector.
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