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En la Opinión de Mario Mora Legaspi 🖊️


Los periodistas de ayer (XLI) 

Seguimos con el recuerdo de colegas que cumplen o cumplieron con su tarea diaria de informar a la opinión pública sobre el acontecer local, regional y hasta nacional. 

Ahora subrayamos la trayectoria de Alfonso Álvarez Berrones, periodista potosino, que vino a esta ciudad a invitación de José Ángel Martínez Limón cuando asumió la dirección de EL SOL DEL CENTRO. 

Álvarez Barrones, en compañía de Wilbert Patrón UC., de quien ya hablamos ampliamente en capítulos anteriores, vinieron al rescate de este Diario cuando gran parte de la plantilla de personal emigró a un nuevo proyecto editorial el diario Hidrocálido en octubre de 1981. 

Alfonso llegó como reportero y jefe de información, mientras que Wilbert como jefe de redacción. Ambos del diario hermano El Sol de San Luis. 

Y los dos, tanto uno como el otro, dieron cátedra de periodismo audaz y objetivo. Nos enseñaron a explorar nuevos ángulos de información para servir mejor a nuestro público lector. 

Alfonso permaneció aquí aproximadamente un año, el tiempo suficiente para reagrupar y fortalecer la redacción del Diario. Y una vez que se logró el objetivo, retornó a la capital potosina para retomar su cargo de jefe de redacción de El Sol de San Luis, hasta su jubilación hace apenas unos años. 

De Wilbert Patrón UC., ya le comentamos que se arraigó más años en Aguascalientes, pues años después Salió de EL SOL para sumarse a las filas de El Heraldo de Aguascalientes, donde ocupó el cargo primero de secretario de redacción y luego llegó a ser jefe de redacción y editor de ese rotativo hasta los primeros años del nuevo milenio. 

Wilbert decidió que era momento de retornar al lado de su familia y volvió a SLP, donde hace dos años obtuvo el Premio Estatal de Periodismo por su destacada trayectoria profesional. Sigue siendo un periodista vigente, a pesar de contar con más de 90 años. Enhorabuena. 

Ahora quiero referirme a Roberto Cervantes Dávalos, ya fallecido, quien logró su objetivo de incursionar como reportero, no obstante que él ingresó como corrector de notas y de planas en este Diario. 

Roberto comenzó a trabajar como corrector, pero siempre buscó la oportunidad de elaborar notas informativas, así fueran de sociales, cultura o policía. Como su turno era de seis de la tarde hasta cerrar edición, cuando surgían hechos de última hora y el reportero policiaco se encontraba ocupado, entonces el jefe de redacción, Luis Ortiz Rico, le daba la oportunidad de escribir la información. 

Y Roberto lo hacía con mucho entusiasmo y deseos de convertirse en reportero. Incluso fueron varias las ocasiones en que cubrió las vacaciones de las reporteras de la sección de sociales. Se entregaba por completo a su labor, no obstante que ya era una persona casada con hijos. 

Tuvo algunas enfermedades y decidió pensionarse. Años después falleció, pero nosotros lo recordamos con afecto y estimación. 

Es ocasión propicia para recordar a Martha Delgado Barrón, quien fungió tres o cuatro años como reportera de la sección de Sociales y Cultura. 

Martha, estudiante en ese entonces de la Preparatoria del Magisterio, era una muchacha joven y agraciada, quien aprendía rápido y presumía de ser autosuficiente. 

Ella perteneció al equipo informativo de este Diario durante los primeros años posteriores a la aparición de Hidrocálido. 

Cumplía eficazmente con sus labores y era leal a la camiseta. Martha renunció al periódico para contraer nupcias y emprender un importante proyecto en su vida. 

Sabemos que contrajo matrimonio con su novio de algunos años y que formó una familia. Le perdimos la pista, pero deseamos sinceramente que las cosas marchen bien en su vida. 

También aprovechamos para honrar la memoria de David Castañeda Medrano, quien fue corrector de EL SOL y que se probó como redactor. Él prestaba también sus servicios en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), pero también escribió dos o tres novelas que llegó a publicar como libros. 

A David le faltó tiempo para realizar todos sus sueños, pues falleció todavía en plena edad productiva. Uno de sus objetivos era convertirse en reportero, pues contaba con capacidad y preparación para serlo. 

Su inesperada partida de este mundo nos dejó estupefactos y consternados. Lo tenemos presente en nuestra memoria, porque la verdad nunca mueren del todo.

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