Por Madero
Héctor Ruiz Esparza
Aguascalientes Ags. A 19 de junio de 2024, d.C.
Se terminaron las giras, las fotos, los abrazo, los templetes y los gritos de vamos a ganar, para los tres “magníficos” en los manejos políticos Marko, Alito y Chucho.
Se quedaron arriba sin bajar al piso, ellos y sus agremiados que no hicieron labor de campo, se colgaron de una candidata con valor, de una sola pieza y con ganas de hacer las cosas bien, lástima que los partidos que la representaron dejaron mucho que desear, además abandonaron a un electorado que se encuentra desanimado, triste y desconcertado.
Prueba de ellos es que después de las elecciones del 2 de junio, la oposición quedó en ruinas.
Marko Cortés asumió las riendas de Acción Nacional en el año de 2018, el PAN tenía 11 gubernaturas: Baja California, Baja California Sur, Puebla, Chihuahua, Durango, Nayarit, Aguascalientes, Tamaulipas, Guanajuato, Querétaro y Yucatán.
Al perder en los comicios en esta última entidad de Yucatán, ahora el blanquiazul gobernará sólo en Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes y Chihuahua.
El PAN gobernará a 13.7 millones de personas en cuatro entidades, es decir, menos que los 14.1 millones de habitantes de los dos estados gobernados por Movimiento Ciudadano (Nuevo León y Jalisco).
Alito Moreno Cárdenas, nombrado en agosto de 2019,como dirigente del partidazo, esta organizaciónencabezaba 12 gubernaturas: Sonora, Sinaloa, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí, Colima, Hidalgo, Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca, Campeche y Estado de México, que fue su bastión por décadas.
Con los resultados de las votaciones del nunca olvidado 2 de junio, sólo mantendrá los gobiernos de Coahuila y Durango, en los que este año no hubo elecciones.
El partidazo gobernará estados que suman 4.9 millones de personas, lo que representa 9.2 millones menos que los habitantes de ambas entidades emecistas.
Jesús Sambrano en 2020, fue nombrado líder del sol azteca, y el PRD encabezaba los gobiernos de Michoacán y Quintana Roo, ambos ahora manos de Morena.
El PRD, perdió su registro como partido al no alcanzar el 3% de la votación en alguna de las elecciones federales.
Mis respetos a una asociación que agrupó a la izquierda mexicana por más de 25 años desde su fundación en 1989 hasta la división que sufrió con el registro de Morena como partido en 2014 y que se llevó a la gran mayoría de sus agramiados.
Bajo las gestiones de Marko Cortés en el PAN, Alejandro Moreno en el PRI y Jesús Zambrano en el PRD, estas tres fuerzas políticas han perdido en conjunto 25 gubernaturas con el nuevo mapa electoral.
Lo del PRI ha sido una muerte lenta.
Es el partido con la peor imagen en el electorado. Una pésima marca que va feneciendo de una hemorragia gradual de cuadros y votantes. De ser el partido hegemónico durante 70 años, hoy sólo gobierna en dos entidades.
En su columna del 13 de junio Sergio Sarmiento escribe: “El régimen de partido hegemónico, sin embargo, está de regreso. Empezó con López Obrador, pero se ha consolidado con el triunfo de Claudia Sheinbaum, quien recibió 59.75% de los votos.
Lo que transforma este triunfo en un nuevo régimen hegemónico son las mayorías en el Congreso por la sobrerrepresentación. En Diputados, un voto de 54.71% se tradujo en una mayoría de 74.6%; en el Senado, el 55.18% del sufragio arrojó 64.84% en escaños.
El anterior partido hegemónico, el PRI, se mantuvo en el poder 71 años. ¿Cuánto durará la Cuarta Transformación? No lo sabemos. Por lo pronto, ya se apresta a usar su posición en el Congreso para acabar con los contrapesos al poder: Los tribunales, el INE y los organismos autónomos. Así actúan los partidos hegemónicos”.
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