“El tiempo es un juez tan sabio que no sentencia de inmediato, sino que espera estratégicamente”
Pierre Corneille.
Este viernes 24 de Noviembre del presente año fue sentenciado Martin Orozco Sandoval, sentando en Aguascalientes un precedente para que la cultura de la denuncia sea un instrumento que permita fortalecer el andamiaje institucional y de combate a la corrupción de nuestra democracia en el Estado.
Hace 14 años presenté una denuncia en contra del ex Alcalde por uso indebido de la función publica y tráfico de influencias; por haberse adjudicado 2 terrenos propiedad municipal de manera ventajosa, ilegal y arbitraria y por los cuales desde entonces a la fecha devenga cerca de 95 mil pesos de renta mensuales, hecho que a todas luces es ventajoso por parte de un político que soportado en ello, posteriormente fue electo Senador de la República y luego Gobernador del Estado.
Cuando hice la denuncia, fui presa de sin fin de señalamientos, insultos y amenazas por parte de quienes en aquel momento orbitaban al rededor del liderazgo y la expectativa de trabajo que les representaba estar con MOS. En el PRI, soberbios como siempre prefirieron desentenderse de todo lo que esa denuncia representó, y propios y extraños con la autocomplacencia ya conocida y que tiene al borde de la extinción a esa organización política prefirieron asumirse como los estrategas políticos y los mejores referentes territoriales poseedores de las mejores y mas altas virtudes de operación política, desconociendo así lo que ese instrumento representó en términos de desenmascarar a Martín Orozco por el hecho señalado.
Producto de ese tema, el PRI solo pudo ganar una sola elección, por que después de ese 2010, no volvió a articular una victoria electoral contundente y mientras el oportunismo y el enriquecimiento de muchas personas transcurría, el PRI sin entender que no estaba entendiendo se desprendió de personas como yo que alzamos la voz para cambiar la narrativa y desenmascarar a quien entonces era el político mas popular en el Estado, tanto que (haiga sido, como haiga sido) en 2012 y en 2016 se presentó y ganó ante los grupos y mas notables referentes políticos del Priísmo de aquel entonces.
El tiempo transcurrió y la justicia (lenta) procedió, e inevitablemente surgen sin fin de cuestionamientos y reflexiones al respecto, mas allá de las de la “comentocracia” a mí me surgen algunas; ¿Qué hubiera sido de MOS con esta sentencia a cuestas en 2012 y 2016? ¿Habría sido Gobernador Carlos Lozano en 2010 sin las consecuencias que ésta denuncia desencadenaron? ¿Dónde estarían hoy los principales beneficiarios del sexenio Lozanista?, ahora seguro estoy de que Lorena Martínez habría sido una magnífica Gobernadora y hoy Aguascalientes estaría aun mejor (sí, aún mejor de lo que está), no lo sabremos, pero sí merece la pena reflexionar sobre lo que hacemos en el momento en el que ostentamos un cargo público, y por eso es que reflexiono al respecto, ¿vamos a seguir siendo indiferentes ante el agravio de los Gobernantes en turno? ¿Hasta cuando nuestros representantes populares y funcionarios en materia anticorrupción se tomarán más en serio sus encargos y dejará de temblarles la mano para señalar lo que les corresponde? tampoco lo sabemos.
Lo que hoy sí sabemos es que hoy el tiempo me dio la razón y que hay un precedente para qué en materia de combate a la corrupción tengamos la posibilidad de creer en que la justicia ocurre y que hoy en día se puede señalar a quien comete abusos en la función pública para enriquecerse ilícitamente.
El tiempo transcurrió, la sentencia judicial por fin llegó, para concluir con una de las sentencias más complejas, la que ocurre ante el escrutinio público y de la que nadie tarde o temprano nadie nos salvamos. Enhorabuena por el fortalecimiento democrático de nuestro Estado y por el combate a la corrupción, en tiempos de la transformación política que vivimos en nuestro País, cada día seguimos avanzando y yo tengo el privilegio de poner mi granito de arena para cambiar las formas en las que se ejerce el poder público.
Pepe Proa
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