BANNER

Kike de la Torre no emprendió la graciosa huida sino la apasionada entrega

Una Faena Espectacular













Dejó de ser simplemente “Kike el de
Prensa”, para ser “El Niño de la pajarita”



Por Cortador 

 Kike de la Torre se ha desmitificado, desde el domingo 10 de noviembre su imagen será la de 'el hombre viril o valiente', significado de Andrés Avelino, nombre masculino de origen griego del santo de ese nombre, fallecido el 10 de noviembre de 1608, clérigo cuya fama sustentó en la conversión de quienes escuchaban sus sermones…
                                                                                                                                        
 ASÍ KIKE, quien “murió el 10 de noviembre, de 2019, como mueren las crisálidas para que pueda nacer el nuevo “ser”, sin rasgo alguno de “niño mimado”, porque no cualquiera se avienta al ruedo y enfrenta, literal, “de frente” a una res brava, así sea un utrero –tres años-, eral –de dos- añojo –de uno- o incluso un recental que, no obstante su corta edad –menos de un año- tiene la fuerza suficiente para tumbar a un hombre adulto…

POR ELLO, DESDE ayer ya no es simplemente “El Kike, el de Prensa” o “de Comunicación Social”, sino “El Niño de la Merced”, o “El Niño de la pajarita” o ”El Niño de la castaña”, como se le denomina también, al moño, que para nuestro personaje de hoy es parte “consustancial”, imprescindible en su atuendo; si bien, para entrarle al burel como se entra a los charcos en los caminos anegados, lo cambió por “el pañuelo rojo de San Fermín”, famoso en la pamplonada, costumbre “más antigua que la de vestir de blanco, que se instauró oficialmente alrededor de los años setenta. (europapress)…

SORPRENDIO ver a Enrique de la Torre entrar al terreno del becerro en el marco de “La Trianada”, armado con la roja capa y de una determinación hasta antes de entonces, desconocida, en tanto que muchos representantes de medios de comunicación, por los que se desvive todos los días y que le “corresponden” con expresiones de agradecimiento, reían divertidos, porque sin duda nunca han estado ante un par de astas, así sean minúsculos pitones, y no tienen idea de la seriedad del evento…

ENTREGADOS al disfrute del espectáculo que “El Niño de la Pajarita” generaba, no porque fuese su afán, sino buscando salida para el torrente de adrenalina, nunca pasó por sus mentes hacerle el “quite”, excepto el de la playera roja, quien se impuso a su propio temor y se aproximó a la escena más cerca de lo que su sentido común le aconsejaba. Otros asistentes, niños incluso, que ignoraban la identidad del lidiador, veían la escena con respeto, con seriedad. En su inconsciencia entendían que estaba ocurriendo algo importante, algo grave, porque el torito estaba bien armado, ya no era un "choto", un "churro" o un ternero

  
Kike de la Torre nunca emprendió la graciosa huida, en cambio siempre dejó ver la apasionada entrega. Trucó arte, por valor; hizo lo que quiso hacer, al margen de los resultados. ¡Bien por él! Muchos vivimos atados por nuestros miedos, incapaces de romper ese lazo que nos une a la zona de confort pero también a nuestro remordimiento, al temor de hacer el ridículo. Y nos acogemos a la frustración. “El Niño de la pajarita” “De la Torre de la Merced” (como Morante de la Puebla), nos ha dado una lección a muchos. (Cualquier coincidencia con la renovación de los contratos de publicidad, será pura realidad)…







Publicar un comentario

0 Comentarios