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Recordando

¡Se mataron Abel Campos y Tomás Martín!

La versión de los diarios


Hace apenas 59 años –se cumplirán en octubre- se registró en Aguascalientes lo que pudiera calificarse como el último duelo, como en los viejos tiempos, a balazos, entre dos hombres con cuya vida cerraron un capítulo de la historia y se dio paso a una nueva forma de convivencia, ya sin armas a la cintura como hasta mediados del siglo pasado era común. Algunos años después hubo otro enfrentamiento a tiros, a escasos metros del primero, a la vuelta de la esquina, pero con varios protagonistas.. y todos fallecieron.

El Jueves 1 de octubre de 1959, la maestra de cuarto año de la primaria 21 de Agosto nos mandó, a otro alumno y a quien esto escribe al Mesón de la Cruz a comprar naranjas para venderlas luego en la cooperativa. A las 9:30 horas caminábamos por Emiliano Zapata rumbo a los mercados y poco antes de llegar al cruce con Rivera –hoy “Antonio Arias Bernal, “El Brigadier”, reconocido caricaturista- escuchamos unos disparos y mucha algarabía, así que, curiosos por naturaleza nos dimos prisa para unirnos al ambiente.

Apenas llegamos a la esquina, hacia la izquierda se  veía y oía gran alboroto. En el piso, junto a una camioneta estaban tirados dos hombros, Tomás Martín (no Martínez) Dávalos y Abel Campos Enríquez, cuyos nombres me eran conocidos, porque en el barrio de San Marcos eran muy mentados, incluso Abel vivía en la calle Primavera donde yo vivía, pero él, en el extremo oriente, casi en esquina con la “Puebla”, luego “Aldegunda Padrón” y actualmente “Dr. Pedro de Alba”.

(Ese día se anunciaba la creación de la Casa de la Juventud, que luego de varios cambios de nombre es conocida ahora como IDEA –Instituto del Deporte de Aguascalientes, que en sus inicios abrió a los jóvenes de entonces la posibilidad de nadar en una alberca, de formar parte de algún equipo deportivo y de aprender infinidad de materias que se impartían ahí-). 

Dos testigos de los hechos, Bartolo de Luna Muñoz y Rubén González Mendoza, éste, chofer de Tomás, dijo que su patrón estaba parado junto a su camioneta, en el arroyo de la calle (la circulación era de norte a sur en la calle Rivera), cuando llegó Abel y estacionó su troca adelante, que bajó pistola en mano y que sin darle tiempo de nada le vació la carga de su .38 escuadra.

Por instinto de conservación Tomás Martín hizo intento de buscar protección en la parte trasera de su camioneta, donde cayó mal herido y cuando Abel se acercó y se hincó para asegurarse de que su rival estaba muerto, Tomás tenía en la diestra su escuadra .45 y a corta distancia le metió tres tiros: en la frente, en oreja y en la rodilla derechas.



En la edición del 2 de octubre los diarios (sólo había dos: El Sol del Centro y El Heraldo) destacaba, en primera plana local y con elocuentes gráficas ¡¡ DUELO A BALAZOS!!, y daba a saber que Tomás Martín quedó muerto en el lugar de los hechos, con 13 impactos de bala calibre.38, y que Abel Campos llegó con vida al hospital, pero grave por el balazo en la cabeza, y no sobrevivió. De hecho las autoridades se vieron en la necesidad de programar los horarios de los sepelios para evitar que las familias se encontraran, aunque nunca hubo más enfrentamientos entre ellos. Tomás, hasta donde hemos indagado tuvo sólo hijos hombres, en tanto que Abel tuvo sólo mujeres.

En la misma edición, El Heraldo llevaba como nota de ocho columnas, en dos pisos, “Amenazan los molineros con dejar sin masa y tortillas a la ciudad”; y como nota secundaria, que “Para antes del día 15 los rieleros presos (había un conflicto a nivel nacional en la pugna por la dirigencia) serán puestos en libertad”, según anuncio de Alfredo I. Fabela, a la sazón líder del gremio.

Se informaba también que en los mismos hechos, el niño Alberto Rodríguez Cervantes resultó herido por una bala que le entró por la espalda al hombro izquierdo; en la sección policiaca los lectores se enteraban que el Lic. Horacio Westrup Puentes había sido acusado de lesionar a Gonzalo Gómez Zermeño, quien fue a reclamarle una deuda con Cesáreo Díaz, en tanto que, en las páginas de sociales se anunciaba la boda de Clarita Palomino Topete con el Ing. Javier de León García, y la de Ma. Dolores Alba Macías Valadez con José Antonio Lomelín. 

El duelo entre Tomás Martín, de 33 años y Abel Campos Enríquez, de 37, dio origen a un “corrido”, como entonces se acostumbraba, que hizo popular el Duelo América y que supimos por el beisbolista  “El Zurdo” Isaías, del antiguo barrio de Fátima.

La versión sobre el motivo de la rencilla refería la disputa por las aguas negras que discurrían por el río San Pedro, que en aquel tiempo permitían la irrigación de grandes superficies, principalmente forrajes para los establos, y a cuyo acceso Tomás no le permitía a su vecino Abel.

Tanto Abel como Tomás eran de armas tomar, según saldría a relucir: Abel tenía en su “palmarés” haber herido de un balazo al Dr. José González; y Tomás Martín, que mató al Güero Martín del Campo y desarmó a Guillermo Cummings, teniendo esto como sobresaliente que Cummings, a diferencia de Tomás era un hombre alto. 

Otras notas del día eran: “20 millones de pesos, el valor de la cosecha de uva”; “La colonia rielera (que llegaría a ser conocida como “mundo de juguete”, por las dimensiones de las viviendas), casi un hecho”. 

Del  otro evento, que al principio mencionamos, registrado en la entonces calle F. Díaz –ahora Rafael García Macías (creo que fue director de la Banda Sinfónica de Aguascalientes, ya lo indagaremos)-,  murieron varios de los protagonistas, entre ellos el Lic. Guillermo Andrade, en cuyo recuerdo lleva su nombre una privada de la calle “Los Angeles”, hoy “José Gpe. Posada”,  en la cual nació el ilustre grabador.


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3 Comentarios

Unknown ha dicho que…
Mil gracias por tu aporte en verdad disfrute la narracion de estos hombres valientes que quedaron plas mados en un corrido para siempre salu2 RECORDANDO y muchos exitos
Unknown ha dicho que…
De acuerdo a lo que dice la nota periodística, se deduce que Abel no fue ningún valiente , sino un ventajoso cobarde al atacar de sorpresa y por la espalda a Toma s Martin y descargarle todos los tiros, es cuanto.
Soy Alberto Rodriguez Cervantes, el niño que aparece en la foto con mi madre Maria Teresa Cervantes Sanchez. Sanchez ahoa tengo 71 años y vivo en Chihuahua, Chih. desde tres meses despues de aquel incidente de violencia machista. Mi abuela María Concepción Sánchez vivía en la calle de Rivera frente a la camioneta que aparece en la fotografía a un lado de la cual quedaron los cuerpos de Abel, muerto al instante y de Tomás con 5 tiros en su cuerpo uno de los seis que disparó Tomás fue el que me perforó la espalda de homoplato izquierdo al derecho. Mi hermano Fernando quien falleció hace dos años, mis primos Victor y Memo, estabamos sobre la banqueta jugando con canicas..nos acabana de hablar ki madre para que ya fueramos a almorzar, cuando escuchamos los gritos amenazantes de Abel pistola en mano. Al correr para entrar a casa, escuché los disparos y el golpe caliente que casi me tira de la bala calibre 38.
Al entrar corriendo me encontró
en el zaguan mi tia Martha, una niña de 14 años que muy enojada al ver la espalda sangrando, salió muy enojada a la calle a ver quien me había disparado. Tras ella venía mi madre quien contaba que casi se desmayaba al ver la cantidad de sangre que salía principalmente de un desgarre central sobre la columna vertebral. Mientras, a la tia Martha le toca ver caer a Abel. Tomás le había dado uno de los tres tiros en la cabeza. Empezó a entrar mucha gente a casa, mi tía les pedía que hablaran a la cruz roja. Llegó primero un sacerdote que me confesó mientras mi madre me tenia la camiseta que traía, hecha bola para detener la sangre. Nunca me había confesado pero el vura me dijo que reconociera todos mis pecados. A la lista que él mencionó a todos entendí que debería decir que sí. Tal vez quedé absuelto por varios años. En seguida llegó una ambulancia, subieron a Tomás aun vivo y querian que mi mamá y yo nos gueramos ahi mismo. Mi tia Martha tuvo a bien interferir y aceptar que un señor voluntario nos llevara en su auto a la cruz roja. Mientras me atendían, un reportero nos tomó la foto y tomo nuestros datos.No creyó que yo sólo tenia 6 años. Era alto y como ven, muy flaco. Mi padre, Manuel Rodríguez Guerra originario de rancho El Tigre junto a la Chona, se había venido a Chihuahua a trabajar acá. Mi madre, mis hermanos Fernando y Manuel bebito y mis hermanas Esther y Lydia, estabamos temporalmente en Aguascalientes mientras mi padre encontraba casa. Ya para venirnos ocurrieron las hechos. Solo estuve internado en el imss 12 días. Al regresar a casa, un día tocaron a la casa de la abuela, dos señoras. Eran hermanas de Abel. Contaba mi madre que cuando le dijeron primero eso, sintió "muy feo", pero iban a ofrecer disculpas muy apenadas y a decir que querian pagar los gastos que se hubieran generado. No hubo ningun gasto..primero la cruz roja y a partir del tercer día el IMMS.
Ese incidente me generó un efecto traumático a los sonidos de cohetes y balazos que despues sabiamente mi padre hizo que lo superara. Me da mucho gusto haber sobrevivido y mucha pena por esos hombres herederos de la estupidez de la cultura machista que les hizo creer que la violencia era la gorma de firimir diferencias. Me da mucha pena saber que el crimen organizado sigue esos aprendizajes.
Aguascalientes y mi querida ciudad natal La Chona, al igual que gran parte del territorio nacional, vive esa realidad. Los efectos del crimen organizado. Quiero ser optimista y pensar que gradualmente algún día, eso sea erradicado de nuestras formas de vivir. Muchas gracias por haber revordado aquellos hechos que me han permitido contarles esta parte.
A sus órdenes!