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LOS OLVIDADOS DE LAS AUTORIDADES


Los Señalamientos viales; tras cumplir

su objetivo,  nadie se acuerda de ellos




















Por “El Jedi


Cuando Usted visita una ciudad a la cual llega conduciendo un vehículo, para ubicarse recurre a los nativos o residentes, quienes le dan señas a partir de sitios determinados o de una vialidad principal, como estoy seguro fue el caso de varias personas que nos visitaron por motivos de la Feria de San Marcos, sin embargo cual no será nuestra sorpresa que al llegar al lugar indicado encontramos una indicación de “desviación por obras” y la recomendación de tomar rutas alternas…

Para quienes la circulación por el lugar es “famiiar” no representa mayor problema pero, qué tal para el “desorientado”,que puede se residente de la misma ciudad pero no del mismo rumbo.

Si se trata de un conductor de la era moderna o viaja en el vehículo alguien de las nuevas generaciones, raudos y veloces sacarán su smart, irán a la aplicación requerida y de dlas nuevas generaciones inmediatamente buscarán en su Smart la aplicación requerida para que les marque una ruta. sin embargo, como sucede en estos días en nuestra Ciudad, resulta que esas obras se ejecutaron desde hace ya varios meses pero nadie - autoridad competente ni constructor- han tenido la delicadeza de retirar dichos señalamientos viales.  

Tengo entendido, sin entrar a detalle en las reglamentaciones de obra pública, que en el presupuesto para este tipo de concursos y licitaciones se incluye una partida correspondiente a la colocación de señalamientos viales, mismos que deben de ajustarse a los lineamientos de la Dirección de Tránsito Municipal o bien de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, sin embargo al término de la obra nadie se ocupa de retirarlas, ocasionando entre otros problemas, que:

1-    Desorientan a la población (sobre todo a los que solo van de paso por la ciudad), ya que en su mayoría incitan a tomar vías alternas por motivo de la obra, siendo que ya está concluida;
2-    Cuando son mediante mantas o pendones, se llega al extremo de representar un peligro ya que con el paso del tiempo se desgarran e inclusive caen sobre la vía pública, con el subsecuente peligro tanto para los automovilistas, como para los peatones;
3-    Demasiada contaminación visual para la imagen urbana;
4-    Peligro constante ya que en ocasiones los señalamientos colocados sobre las banquetas son vandalizados y son cortados de tal forma que representan un elemento punzocortante, debido a la manera que los tubos de ptr sobre los cuales son colocados, resultan ser cercenados con el respectivo riesgo que conlleva esta acción, entre otros conflictos.

Aparte de lo antes expuesto, me pregunto: si alguna de las dependencias responsables se dedicaran a retirarlos y reciclarlos, cuánto se ahorrarían en colocarlos donde hacen falta y por tal motivo se tienen que adquirir?

O bien, qué pasaría si algunos chatarreros se dedicaran a retirarlos para echarlos “al kilo”? Para ellos todo sería ganancia, mas no para el pueblo, que los paga a precios muy altos. 

Un caso muy particular y evidente son los trabajos que se realizaron en la Av, Aguascalientes Sur (pa’ los cuates, 2º anillo) en la calzada norte de la sección entre las Avenidas Héroe de Nacozari y José Ma Chávez (por ahí están las oficinas de la Secretaría de Obras Públicas Municipales, por cierto), donde a pesar de que concluyeron los trabajos de “repavimentación”, que para muchos sólo fue un riego de sello), llama especialmente la atención la duplicidad de señalamientos de “No estacionarse”; para empezar, nadie respeta ya que ahí se encuentra también la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente, amas muy concurridas por la nauraleza de sus funciones, pero que ninguna cumple con la obligación de ofrecer cajones de estacionamiento para los usuarios.


Sin tratar de evidenciar a las autoridades sino como aportación para la solución del problema urbano, mencionaré que en la Secretaría de Desarrollo Urbano Municipal existe un departamento de Imagen Urbana, que es el responsable de autorizar y regular los anuncios en la ciudad, además de que tanto el Código Municipal en su libro Sexto, capítulo Noveno; como el Código de Ordenamiento Territorial, Desarrollo Urbano y Vivienda en su capítulo V, delimitan y especifican la reglamentación en materia de anuncios.

Así pues, reitero: Si como lo mencioné con antelación, si les causa “mucho trabajo” y no tienen las herramientas materiales y humanas, que nos digan y no faltará quién le haga el favor a la ciudadanía de retirar esos sobrantes de obra y de paso echarse unos pesitos (bastantes, diría yo) a los bolsillos.


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