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Mercado Interno Juan Manuel Rodríguez

Reconstrucción por el desastre, 
sorprende al país ante un 
latente freno económico 

Inicial modesto apoyo, degeneró 
en feria oportunista de partidos; la 
solidaridad humana restañará heridas

Juan Manuel Rodríguez (25-IX-17)
Si las condiciones económicas y financieras de México eran de por sí difíciles, no sólo por la volatilidad del entorno internacional y la incertidumbre que genera la renegociación del TLCAN, sino por los no muy favorables indicadores internos, agravados por los desastres naturales con huracanes y terremotos que flagelaron el sur y el centro de la República con daños considerables, los días 7, 19 y la répplica del 23 de septiembre, nos colocan en situación de emergencia nacional, aunque persista la confianza de que sabremos salir adelante.

Antes de estos desastres naturales ya los expertos preveían dificultades al observar las principales variables, inflación prevista al 3% y por el “gasolinazo” se disparó y ya llega al 6.6 % con sus efectos nocivos que merman el poder adquisitivo de la población, cuyo impacto ya se resiente con disminución en el consumo. En el sector clasemediero hay evidente cautela y van cuatro meses en retroceso en la venta de autos, lo mismo a nivel popular, las tiendas departamentales en agosto tuvieron un retroceso de 2.5 por ciento y en los 4 meses anteriores hubo retrocesos comparados con los porcentajes del año anterior. El crédito bancario al sector privado sigue creciendo 3.3%, pero desplomado frente al 8.5% del año pasado.

El Producto Interno Bruto (PIB) creció en agosto alineado al 2 por ciento, más sumando en lo que va del año, apenas es de 1.6%. Todo lo anterior indicador de que existe ya un freno en la economía desde antes de los desastres sísmicos. Y si el proyecto de presupuesto para el año próximo estima un crecimiento entre el 2 y el 3 por ciento del PIB, los desastres son un impedimento para lograrlo.  Si se han hecho sacrificios para lograr un superávit primario y reducir el monto de la enorme deuda pública, y hasta el presupuesto 2018 fue diseñado para satisfacer a las calificadoras internacionales, (según opinión de los analistas ) difícil será recurrir al endeudamiento externo, con la espada de Damocles de las calificdoras, encima.

El secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, habló después del primer terremoto del 7 de septiembre, afirmaba que había suficientes recursos para la restauración en el sur del país, Oaxaca y Chaipas principalmente, pues el Fondo Nacional para los Desastres Naturales (Fonden) tenía alrededor de 10 mil millones de pesos disponibles; además, con los recursos previstos para desastres en la iniciativa de presupuesto  para 2018 presentada ante el Congreso, permitiría que el Fonden tuviera en total unos 15 mil millones de pesos. También mencionó el funcionario, sólo como “posibilidad” el cobro del bono catastrófico de 150 millones de dólares (unos 2 mil 700 mdp) y que parece están por verse. Queda, pendiente pensasr en más ajustes al presupuesto.

y ¿los 259 mil millones de
los ex gobernadores, ´apá?

Sigue trabajándose en el rescate de víctimas, con la esperanza de encontrarlas todavía con vida, y ya preocupa la urgente necesidad de dar cobijo a miles que quedaron sin hogar y perdieron todo su patrimonio, además de preparar los trabajos para la reconstrucción, no sólo la reparación, sino levantamiento total de miles de nuevas viviendas, lo que implica un caudaloso financiamiento cuyo origen es todavía impredecible.

Se requerirá todavía esa solidaridad humana en el período de reconstrucción y, seguramente, la unidad social que ha logrado estas proezas de rescate, deberá permanecer y mantenerse en el futuro.

Si no hay recursos para restañar las heridas que sufrieron las ciudades, la reportera Ariadna García está segura que con tan sólo los recursos públicos ahora investigados por las autoridades de las administraciones de 22 ex gobernadores y que, según su reportaje, implican 259 mil millones de pesos, serían suficientes para cubrir las necesidades de esta recuperación nacional (El Universal, sab 23 sept 17).

Podríamos también mencionar lo que en una entrevista señaló el autor de un libro sobre desastres naturales, Scott Knowles, quien asegura que muchas veces no son tan naturales y tienen un fuerte acento político, como podría suceder en nuestro caso, cuando muchos edificios colapsados son producto de endebles materiales para ahorrar en su construcción, permisos oficiales indebidos, producto de la corrupción, colonias enteras levantadas en zonas de alto riesgo, entre otros muchos casos.

Ahora mismo, congruente con su disposición al apoyo a sectores vulnerables como la implantación de la ayuda a adultos mayores (criticada como populista y ahora mal copiada por otros), un partido anunció destinar un modesto porcentaje del recurso presupuestado anual al partido político, para dedicarlo a los damnificados. La crítica fue inmediata y acusada de ilegal, pero la reacción más que duplicó la oferta,desencadenando una fiesta de “donaciones” de recursos que ni siquiera existen todavía pero eso sí, con fines descaradamente clientelares.  De los 29 mil millones de pesos destinados en esta ocasión de año electoral, seguramente una buena parte se destinará a la reconstrucción y qué bien que se haga, en respuesta a una petición bien cimentada de la sociedad. Pero tampoco se llegue a la demagogia de retirarles todos los recursos, porque desaparecerían los partidos, tan imprescindibles para cualquier estado democrático.

Las calamindades nos ponen a prueba tanto a individuos como a sociedades. La nueva generación de mexicanos respondió positivamente y mejor, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, que la gratísima respuesta de los mexicanos que sufrimos el terremoto hace 32 años cuando, ante el espasmo y parálisis del sector público, se reaccionó ipso facto e, incluso, se evitó con protesta generalizada (desde luego, los periodistas en los medios) que el gobierno introdujera maquinaria pesada no obstante que había sobrevivientes en los escombros, como lo pretendía, ante el peligro de epidemias.

Volverá México a levantarse,ahora con unidad y mayor esfuerzo colectivo para salir de cualquier infortunio que afecte a la sociedad.

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