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La Reflexión Dominical Escribe: Padre "Gandhi"


Padre "Gandhi"
Las Parábolas del Reino



Muy buenos días, mi querida familia:



Desde el domingo antepasado el Evangelio según san Mateo cap. 13, nos ha venido presentando las “Parábolas del Reino”, con las que Jesús nos enseña cómo actúa en la historia humana el poder liberador de Dios. Hoy nos trae cuatro muy significativas.

Las parábolas del tesoro y la perla son imágenes del valor del Reino de los Cielos -o Reino de Dios, y nos invitan Amar a Dios sobre todas las cosas. Las cosas materiales, son medios que podemos usar tanto cuanto nos ayudan para lograr el fin de nuestra vida que es el cielo.

Por lo tanto, el labrador que descubre el tesoro escondido y el comerciante que encuentra la perla fina, simbolizan a las personas sabias reconocen las prioridades y aprovechan las oportunidades, para alcanzar el fin. Para obrar nosotros de igual modo, necesitamos disponernos a que Dios nos conceda el don que le pidió Salomón, según nos cuenta la primera lectura: la sabiduría para decidir entre lo bueno y lo malo, que nos hace posible, como dice el Salmo 119 (118), caminar según la Ley del Señor, que es precisamente la Ley del Amor.



El mensaje de la parábola de la red llena de pescados, unos buenos y otros que no sirven, es similar al de la parábola de la buena semilla y la cizaña que leíamos el domingo pasado. La acción de Dios, pacientemente misericordiosa al ofrecer a todos en el tiempo presente la oportunidad convertirse y de acoger su Reino, es también justa y esa justicia divina se manifestará “al final de los tiempos”, es decir, cuando al terminar esta vida le corresponda a cada cual rendir cuentas ante el Señor.

Jesús ante estas comparaciones del reino les pregunta: “¿Han entendido ustedes todas estas cosas?”-, ellos responden que sí: en esta misión de continuar el magisterio de Jesús, deberán ser fieles a una tradición que se remonta a los orígenes de la Iglesia fundada por Él, pero también deberán saber encontrar nuevas formas de presentar su mensaje en circunstancias nuevas, respetando lo valioso de la tradición, pero asimismo estando dispuestos a asumir sin miedo lo nuevo que trae el presente y que depara el porvenir.

Mi querida familia, en medio de este mundo aquejado por la presencia del mal en sus distintas formas, nuestra fe en Dios nos anima a la esperanza en el triunfo definitivo del bien, que puede empezar desde ahora mismo para nosotros si nos ponemos en la onda de su Reino, es decir, en la del poder constructivo de su amor, que sabe sacar bienes de los males y hacer maravillas en nosotros si confiamos en Él a pesar de todas las dificultades que se nos presenten en esta vida.

Buona domenica dell Signore. Dio con noi.

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