Muy buenos días mi querida familia
Domingo VIII del tiempo ordinario ciclo A.
Toda la predicación de Jesús está marcada por una invitación a establecer nuestras prioridades en la vida, de modo que cada quien pueda lograr la realización del fin para el que fue creado o creada por Dios.
Así, el evangelio de este domingo nos hace una pregunta, en relación a nuestras prioridades: ¿Cuál es nuestra actitud frente al dinero y, en general, frente a los bienes materiales? Esta pregunta es clave porque nuestra sociedad está contaminada por el consumismo; en otras palabras, el dios dinero es el único valor absoluto al que rinden culto nuestros contemporáneos. El dinero se ve como la llave mágica que abre las puertas del paraíso: reconocimiento social, lujos, viajes, conquistas amorosas, etc.
Este modelo de felicidad que predica la sociedad de consumo está construido sobre la supremacía del TENER. Poco importan valores tales como la familia, el trabajo honrado, la preparación profesional, el sentido común. Hoy se valora a las personas por su capacidad de tener y acumular, mientras más pronto se obtengan estos bienes, mejor, sin importar los medios que se utilicen.
En esta falsa religión del dios dinero, todo se compra: la honra, la dignidad, las conciencias, los puestos públicos, los contratos, la gestión de la salud, etc. Todo vale con tal de lograr el objetivo deseado.
Permitamos que las palabras de Jesús resuenen en nuestro interior y revisemos el apego que tenemos por los bienes materiales. ¿Qué tan libres nos sentimos ante ellos? Este examen no debe ser solamente teórico: Revisemos nuestras pertenencias, y regalemos aquello que no estamos usando y que puede ser útil a otras personas.
Mil olvidemos que la puerta del cielo son los pobres.
Buona domenica dell Signore. Dio con noi.
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