*.- En 2016, conforme a los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 58.1% de la población de 15 y más años se encuentra unida: 31.4% es soltera y 10.5% es separada, divorciada o viuda.
*.- Datos de la Encuesta Intercensal señalan que en el país residen 12.4 millones de personas de 60 y más años; 1 381 509 viven solas, y de estas, 94.4% son ex unidas o son solteras, mientras que 5% declararon estar casadas o en unión libre.
*.- De acuerdo con la ENOE, 9.6%, de las mujeres de 15 y más años con hijos nacidos vivos son solteras. En las adolescentes de 15 a 19 años este porcentaje es del 22.8 por ciento.
*.- En 2015 se registraron 558 018 matrimonios. De estos, 556 269 correspondieron a uniones legales de personas de distinto sexo (99.7%), mientras que 1 749 (0.3%) fueron matrimonios legales entre población del mismo sexo.
El origen
de la celebración del Día de San Valentín, data de la época del Imperio Romano,
aproximadamente en el año 270 de nuestra era. En esa época, bajo el reinado del
emperador Claudio II, había un sacerdote en Roma llamado Valentín; el emperador
prohibió a los jóvenes casarse y vivir en matrimonio porque pensaba que
solteros y sin familia serían mejores soldados al no tener compromisos en el
momento de ir a la guerra. El sacerdote Valentín consideró injusto el decreto
dictado por el emperador, por lo que comenzó a celebrar en secreto los
matrimonios de los jóvenes enamorados. La “rebeldía” del cura fue descubierta,
por lo que se le encarceló y sentenció a ser decapitado el 14 de febrero, fecha
retomada para celebrar a las parejas.
Con
motivo del Día de San Valentín, el Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (INEGI), integró indicadores sobre la situación conyugal de la
población y el registro de matrimonios y divorcios ocurridos en el país.
Situación conyugal
La mayor
parte de la población de 15 y más años se encuentra unida. Así lo indica la
Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en el tercer trimestre del 2016:
casi tres quintas partes (58.1%) se encuentra en esta situación conyugal, mientras
que 31.4% está soltera y 10.5% se encuentra separada, divorciada o viuda. Esta estructura
cambia radicalmente conforme la edad de la población; por ejemplo, gran parte
de los hombres jóvenes (15 a 29 años) son solteros (73.3%), en tanto que en
edades más avanzadas el predominio de la población unida es mayor: en los
hombres de 30 a 59 años y en los de 60 y más años dicha proporción llega a ser del 79.8% y 76.4%,
respectivamente.
Mediante el análisis de la situación conyugal, es posible identificar múltiples contextos de vulnerabilidad, lo cual resulta importante en el diseño de políticas públicas encaminadas a mejorar el nivel de vida de la población. Un ejemplo de ello son las mujeres que ejercen su maternidad estando solteras. De acuerdo a la ENOE, 9.6% de las mujeres de 15 años y más con hijos nacidos vivos son solteras; en las adolescentes de 15 a 19 años este porcentaje es 22.8 por ciento. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, “cuando las gestantes son adolescentes solteras, es mucho más probable que se trate de un embarazo no deseado".
Además argumenta que el riesgo de muerte materna es mucho mayor cuando la madre es joven y es más probable que abandonen la escuela al quedar embarazada, “lo cual tiene consecuencias a largo plazo tanto para ellas mismas como individuos, como para sus familias y comunidades".
Otro aspecto que se encuentra en la agenda pública es el trabajo no remunerado. Para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “la desigual división sexual del trabajo es el factor explicativo de muchas discriminaciones que afectan a las mujeres".
Lo
anterior se puede observar cuando se compara el tiempo empleado en el trabajo
no remunerado en el propio hogar. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Uso
del Tiempo 2014, los varones de 12 y más años le dedican en promedio 9.7 horas
semanales, mientras que en las mujeres de la misma edad el tiempo que dedican es
de 29.8 horas. Ello hace una diferencia de 20.1 horas a la semana y aumenta a
28.5 horas cuando hombres y mujeres se encuentran unidos.
Buscar
los mecanismos institucionales para potencializar el desarrollo de la mujer es
una prioridad gubernamental en nuestro país. Así lo hace ver el Programa
Nacional para la Igualdad de Oportunidades y no Discriminación contra las
Mujeres, cuando señala que “la corresponsabilidad de hombres y mujeres en el
trabajo remunerado y no remunerado se concibe como la estrategia para que las
mujeres alcancen la igualdad sustantiva”.
En nuestro país, datos que proporciona la Encuesta
Intercensal 2015 indican que hay 9.3 millones de hogares con jefatura femenina,
lo que equivalen al 29% del total de los hogares.
Bajo otra perspectiva, la separación, el divorcio, la viudez o la
soltería conllevan a que las personas lleguen a una edad avanzada viviendo solas.
Datos de la Encuesta Intercensal señalan que en el país residen 12.4 millones
de personas de 60 y más años, 1 381 509 viven solas, y de estas, 94.4% están ex
unidas o son solteras, mientras que 5% declararon estar casadas o en unión
libre. Del
total de adultos mayores que viven solos, poco más de una cuarta parte (27.7%)
se inserta en el mercado laboral como población económicamente activa (PEA).
De
la población no económicamente activa (PNEA), 11.1% recibe ayuda de alguien que
vive en otro país; 22.8%, de alguien que vive en otra vivienda pero dentro del
país; 49%, de algún programa de gobierno, y 36.1% por alguna jubilación o
pensión. Brindar
sustento económico a los adultos mayores es solo uno de tantosapoyos que se pueden otorgar a personas que por su ciclo de vida van perdiendo
gradualmente capacidades motrices y cognoscitivas. De acuerdo al artículo 5 de
la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, es obligación de
familiares, instituciones y sociedad proveer a esta población de una vida con
calidad.
En 2015 se registraron 558 018
matrimonios, de estos, 556 269 son uniones legales de distinto sexo (99.7%), y 1
749 (0.3%) corresponden a matrimonios legales de personas del mismo sexo. En
los primeros, sobresale el hecho de que el hombre tiene mayor edad que su
cónyuge; ello sucede en 66.4% de los casos, mientras que en 11% ambos tienen la
misma edad y en 22.3% el hombre es menor que su pareja. Cabe
señalar que en dicho año se llevaron a cabo 20 782 matrimonios donde la mujer
era menor de edad (menor de 18 años), y de estos, en 89% el cónyuge tenía 18 o
más años. De acuerdo con la ONU, “el matrimonio de niñas y las uniones
tempranas constituyen una violación a los derechos humanos de las niñas y son
consideradas como prácticas nocivas que afectan gravemente la vida, la salud,
la educación y la integridad de las niñas, impacta su desarrollo futuro y el de
sus familias, e incrementa la discriminación y la violencia en su contra”.
Respecto a la escolaridad de los
contrayentes, se observa un mayor equilibrio en las parejas de diferente sexo, ya
que en la mitad de los matrimonios tanto hombres como mujeres tienen la misma
escolaridad (51.9%), en 18% el hombre cuenta con mayor escolaridad que su
cónyuge y en 19.9% su escolaridad es menor.
En cuanto a los matrimonios del mismo
sexo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos señala que a nivel
internacional, el marco normativo que protege el acceso al matrimonio para las
parejas del mismo sexo se establece en el Artículo 16 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y hace la recomendación a legisladores a que
“adecuen los
correspondientes ordenamientos en materia civil y/o familiar con el fin de
permitir el acceso al matrimonio a todas las personas y en condiciones tales
que se impida cualquier tipo de discriminación”.
En 2010 se registraron 689 matrimonios del mismo sexo, de los cuales, 55.2%
se dieron entre hombres y 44.8% entre mujeres; la Ciudad de México fue la única
entidad donde se registraron estos eventos. El monto registrado en 2015
conlleva a un incremento del 153.8%, y su registro se da en diversas entidades
del país: la
Ciudad de México concentra 82% de los eventos, Coahuila 9.7%, Colima 4.1% y
Guerrero 1.1 por ciento. En Nayarit, Jalisco, Sonora, Guanajuato, Querétaro,
Baja California Sur, Baja California, Oaxaca,
Tabasco, Tamaulipas y Puebla, la participación relativa es menor al 1% en cada
una y, en suma, participan con el 3.1 por ciento.
Ø Divorcios
En
2015 se registraron 123 883 divorcios. De estos, 123 786 son eventos de
diferente sexo y en 97 casos los cónyuges que se divorciaron son del mismo
sexo. Sobre estos últimos, en 2014 es que se registran los primeros casos (41
eventos). Si se consideran solo los divorcios de diferente sexo, en 2015 la
edad promedio de los hombres al momento de divorciarse es de 39.7 años y de 37.6
en las mujeres.
En cuanto su condición de actividad, en 50.5% de los divorcios ambos forman
parte de población económicamente activa; en 22.5% solo él; en 2.2% solo ella,
y en 1.7% ninguno.
De las mujeres que se divorciaron, 18.6% tenía mayor escolaridad respecto a su
cónyuge; 40.2% tenían el mismo grado de escolaridad y 17.3% era menor.
En
los últimos años el número de divorcios ha aumentado en relación con los
matrimonios y ello se debe a que un mayor número de personas decide vivir en
unión libre, dando paso a menor número de uniones legales. Entre los años 2000
y 2015 el monto de divorcios aumentó 136.4%, mientras que el monto de matrimonios
se redujo en 21.4 por ciento.
Las principales causas de divorcio se dan: por mutuo
consentimiento (50.8%), voluntario unilateral (34.4%) y la separación por 2
años o más, independientemente del motivo (8.7%). En suma, estas tres causas
representan 93.9% del total de divorcios de distinto sexo, registrados en
2015.
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