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Mercado Interno Juan Manuel Rodríguez

Efecto Trump en Industria
Del auto en Aguascalientes

*Nissan va por un millón de autos en 2017
*¨La mayoría para exportar a Norteamérica

Juan Manuel Rodríguez (21-XI-16)
Todavía no sabemos cuáles serán los efectos inmediatos de las medidas unilaterales que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está pergeñando para aplicar a partir del 20 de enero en que tome posesión, sin embargo no hay duda de que repercutirán en la industria manufacturera hidrocálida, cuyo 70 por ciento está concentrada en la producción automotriz.

Los planes de la empresa japonesa Nissan, con sus dos plantas locales, la 1ª en total producción y la segunda Compas cuando logre su plena producción, más la de CIVAC en Cuernavaca, Morelos, se prepara para superar la producción de un millón de unidades el año 2017, de cuya cifra el 80 por ciento estaría destinado a la exportación, principalmente al mercado de Norteamérica, es decir, Estados Unidos y Canadá.

Con la interferencia de los proyectos de Trump, quien amenaza con aplicar un arancel del 35 por ciento a la importación estadunidense de autos, se podrían afectar los planea de Nissan, así sea parcialmente, pues sabemos que su exportación abarca más de 50 países, además de Norteamérica, a Sudamérica, a Asia y Medio Oriente, en los cuales colocó más de medio millón de unidades el año pasado.

En el mercado mexicano, que el año pasado significó ventas por un millón 250 mil unidades vehiculares, Nissan Mexicana produjo 829 mil 700 unidades en el año fiscal (1 de abril 2015 a 31 de marzo 2016) y más de 300 mil autos fueron destinados al mercado mexicano. Cinco de los 10 vehículos más vendidos el año pasado fueron producidos por Nissan, en Aguascalientes y Morelos.

Sin duda, habrá necesidad de hacer algunos ajustes pero la industria manufacturera, y en particular la automotriz del estado, tiene más de 50 países del mundo a donde exportar y ahora, el acento seguramente se pondrá en los países latinoamericanos..

Un millón 100 mil empleos en
automotrices de EU en México

Las atropelladas declaraciones como candidato y ahora como presidente electo pronunciadas por Trump,  han trastocado una relación México-Estados Unidos, que prácticamente rompen con una tradición de supuestos dos socios y hasta “amigos” (aunque John Foster Dulles nos había advertido de que EU no tiene amigos, sólo intereses), que nos obliga a considerar cuál va a ser nuestra nueva relación con alguien que prácticamente nos agrede.

El estado de Aguascalientes –como deberían hacerlo entidades de todo el Bajío y algunas como Sonora, Edomex y otras más— enfrascadas en una competencia por atraer la inversión extranjera, en nuestro caso particularmente la referente a la industria automotriz, mediante plantas ensambladoras para surtir al principal mercado comercial del que dependemos para “nuestras“ exportaciones –que en el fondo son literalmente trasnacionales--, no sólo para enfrentar un retroceso que está más que anunciado, sino para adecuar nuestras vocaciones económicas a las nuevas realidades de un inminente mercado global marcado por el nocivo proteccionismo comercial. 

Y no es porque la amenaza Trump fuera a darse de la noche a la mañana, puesto que el magnate parece ignorar el obligado proceso legal que tanto ante el Legislativo de su país, como de los múltiples Acuerdos Internacionales que EU ha suscrito con otras naciones, debe negociar previamente para poder aplicar  su atrabiliaria y unilateral actitud.

Tampoco puede olvidar que los capitales trasnacionales no tienen patria y su ubicación obedece a su principal objetivo: obtener utilidades y gananzas.

Aunque el proceso de aplicación de su política pueda tardar, no debemos bajar la guardia y entender que ya estamos en camino de una nueva etapa que apenas inicia pero que traerá consecuencias profundas y graves, en nuestra relación con una potencia de la que sumisos nos hemos declarado interdependientes, política que ya no será más, cuando menos mientras Trump esté al frente de ese gobierno.

El pretender llevarse plantas de México pondría en la mira cuando menos a las automotrices norteamericanas que constituyen 10 de las 32 con que cuenta México en su territorio y que solamente “las tres grandes” (Ford con 3 ensambladoras, General Motors con 4 y Chrysler con 3) comprenden un millón 100 mil empleos unos 730 mil directos y el resto de indirectos por sus proveedoras en nuestro país.

Ha generado confusión la presunción de Donald Trump al asegurar que convenció a Bill Ford para mantener su planta de Kentucky que produce el Lincoln para no trasladarla a México, sin embargo, en amplio reportaje el sitio informativo SinEmbargo reportó que Ford recalcó que la planta no será cambiada pero tampoco suspenderá su inversión de mil 600 millones de dólares (mdd) en San Luis Potosí donde producirá el compacto Focus. El informe señala que Trump debería saber que un vehículo de lujo como el Lincoln sí puede producirse en EU aunque se paguen altos salarios a los obreros, pero no un compacto pues los salarios nortemaericanos no lo haría redituable, pero sí los bajos salarios mexicanos. Producir un compacto en México, es de sobrevivencia para una empresa mundial como Ford.

Lo que Trump ha asegurado  es que buscará imponer el arancel a los autos y Mark Fields consejero delegado de la Ford dijo que “una medida de ese tipo, afectaría no sólo a toda la industria automotriz, sino al conjunto de la economía”, según SinEmbargo.

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