Buscan nuevo proyecto
de nación, ante la crisis
*Aceleró Trump la inquietud nacional
*Foros por mayor desarrollo industrial
Juan Manuel Rodríguez (14-XI-16)
Tras una larga etapa de neoliberalismo y políticas económicas exógenas que privilegiaron un inequitativo intercambio nos han postrado como nación, más una crisis global que ya cumple 8 años sin ver fin a la inestabilidad financiera, la incertidumbre y la atonía mundial, por fin la sociedad se levanta en una actitud soberana, para analizar, con participación de destacados representantes de la sociedad la posibilidad de aplicar un nuevo proyecto de Nación,
Hoy mismo, este lunes, el Instituto para el Desarrollo Industrial inicia un foro al que convocó a diversos sectores, entre empresarios, académicos, analistas y expertos que aporten sus experiencias y conocimientos hacia la posibilidad de proponer un nuevo proyecto de Nación.
Y no es aislada la preocupación, ahora acentuada a raíz del resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, cuyo resultado se sumó al ya largo período de economía débil que registra nuestro país.
A su vez, el periódico especializado El Financiero, precisamente después del resultado electoral estadunidense, anuncia para el día 23 de este mes, un foro en el que participarán expertos que analizarán las repercuciones que para nuestro país tendrá la asunción de Donald Trump, así como cuestiones referidas a los presidenciables en la sucesión mexicana de 2018, la gobernabilidad regional, las perspectivas económicas del año próximo, entre otros temas.
Empeñado en una política económica cuya inercia nos ha dejado durante más de 30 años con un mediocre crecimiento de apenas dos puntos y fracción de Producto Interno Bruto (PIB) anual, México quedó sorprendido por el triunfo de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos.
Sorpresa porque se le daba como perdedor por sus incongruencias y hasta actitudes ofensivas, quien anunció desde su campaña, acciones de política nocivas particularmente hacia su relación con México, entre otras, las que más diretamente nos afectarán como sería un mayor proteccionismo comercial con efectos en el Tratado de Libre Comercio (TLC) y una embestida en contra de la migración mexicana hacia los Estados Unidos, incluyendo deportaciones como las que ya aplicó Obama a más de dos millones de nuestros connacionales y aplicación de impuestos a las remesas de dólares hacia México.
Su actitud se basa en el éxodo de miles de empresas estadunidenses hacia otros países, como México, generando el desempleo de unos 5 millones de trabajadores de altos ingresos en el país vecino, sin emb argo, en nuestro país la política oficial intencionalmente mantiene congelados los salarios con ínfimos aumentos anuales, constituyéndose en atractivo para la inversión extranjera que ahorra hasta más del 50 por ciento en sus costos laborales.
La inequitativa política mexicana, apoya con infinidad de facilidades a los capitales trasnacionales, con disponibilidad de terrenos para sus plantas, permisos gratuitos de construcción,exenciones de impuestos estatales o muknicipales, construcción de infraestructuras de vialidad, carreteras o ferroviarias, de energía y otras más que no son similares a las que merecennuestros empresarios inversionistas nacionales.
Se carece de una política real de apoyo industrial nacional, a sabiendas de que esta actividad influye directamente en el crecimiento económico general del país. El más reciente Índice Global de Actividad Económica (IGAE) divulgado por INEGI, reveló un menor crecimiento de la actividad económica en los cuatro meses recientes sin duda afectadas por el sector secundario,pues se registró una caída de 0.8 por ciento en actividad industrial, respecto al año anterior y eso afectó al desarrollo general de la economía. Entre enero y agosto de este año, la industria creció apenas un 0.36 por ciento.
Otra de las advertencias de Trump ha sido la de imponer aranceles a la importación de autos, a sabiendas de que la exportación de vehículos armados en México ha estado rompiendo records de exportación hacia Estados Unidos. Ciertamente esa medida afectará a los compradores de autos en ese país, pero también podría tener severas repercusiones en las armadoras instaladas en México y que, como sabemos, Nissan tiene dos complejos en nuestra entidad que generan más de 8 mil empleos y está por concluirse una tercera con capital alemán de Daimler.
La situación de la economía estadunidense, sobre todo afectada en su industria manufacturera ha repercutido negativamente en nuestras exportaciones hacia ese sector, que van en declive. Ciertamente han caído las exportaciones --petroleras en 28 por ciento y las mineras en 11 por ciento--, sobre todo las manufactureras que son las que significan el 90 por ciento de nuestras exportaciones y que, como sabemos, van fundamentalmente en mayor proporción a los Estados Unidos.
Aún con la devaluación de nuestro peso, las exportaciones no han mejorado y solamente al tercer trimestre de este año, el déficit de nuestra balanza comercial rebasó los 12 mil 460 mnillones de dólares, considerado el más alto desde 1994. En materia de automóviles, independientemente de la evolución de la exportación, el mercado interno mexicano ha respondido favorablemente al lograrse una colocación de un millón y cuarto de unidades en el mercado nacional hasta el mes de octubre, esperando que llegue casi al millón y medio a fines de año. Este resultado es por el incremento de la oferta crediticia por parte de las propias armadoras, con plazos de pago más largos, pero que casi duplican el precio de las unidades.
Si bien se confía en que Trump no logre aplicar todas sus ofertas de campaña, los observadores consideran que con el carro completo incluídas las mayorías republicanas en el Congreso, el nuevo presidente al asumir su cargo, sí cumpla muchas de sus amenazas, para las que debemos estar preparados fortaleciendo nuestra propia industria, se multipliquen los empleos formales con mejor retribución salarial que permita incrementar el consumo y consoliden nuestro mercado doméstico.
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